Paradojas de la política y las manipulaciones mediáticas: Cuba y Venezuela tuvieron un papel protagónico en este logro histórico, sin embargo integran el Eje del mal. En cambio los países imperialistas que invaden, perpetran genocidios y se inmiscuyen en los asuntos internos de otras naciones representan el Bien.
Cese del fuego, bilateral y definitivo. Tras más de tres años y medio de negociaciones, el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sellaron la paz, poniendo así fin a un conflicto que duró más de medio siglo y dejó un saldo de 250 mil muertos, 50 mil desparecidos y seis millones de desplazados.
El acuerdo se logró luego del arduo trabajo de una mesa de diálogo que tuvo lugar en La Habana, Cuba, y en la que tuvieron un papel protagónico el presidente de ese país, Raúl Castro, y el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro.
La enorme mayoría del pueblo colombiano está harto de la guerra. Líderes sociales, militantes y campesinos expresaron su alegría ante el fin del conflicto armado. La comunidad internacional también celebró el acuerdo. Sólo la más rancia derecha colombiana, representada por el ex presidente de ese país y actual senador, Álvaro Uribe, rechazó el fin de las hostilidades, a espaldas de las grandes mayorías.
Es mucho lo que se avanzó, pero también es mucho lo que falta. La paz no es solamente el fin de la guerra. Es un concepto más amplio, que incluye memoria, verdad y justicia, y también un reparto de la renta más inclusivo. Por ahora, las partes firmaron un compromiso por escrito, después de décadas de violencia incontrolable. Es un buen comienzo. Solo resta esperar que se cumpla.
El esperado anuncio se realizó el jueves 22 de junio, con la presencia del presidente Castro, su par de Colombia, Juan Manuel Santos; el líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y el presidente Maduro.
“El proceso de paz no tiene vuelta atrás. Esta es la victoria de Colombia pero también de toda nuestra América”, exclamó el presidente cubano luego de que Santos y Timochenko pusieran su firma en La Habana.
“Ante las diferencias, diálogo. Ante los retos, concertación. La paz en Colombia será una esperanza para millones de personas en el planeta que luchan por sobrevivir”, agregó Castro.
Por su parte, Ban Ki-Moon, expresó su “profunda admiración” por los negociadores, y agregó que “el proceso de paz colombiano valida la perseverancia de todos aquellos que pelean por poner fin a los conflictos en todo el mundo”.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, había anunciado en 2015 que el 23 de marzo de 2016 podría ser la fecha límite para alcanzar la paz definitiva. Pero no se pudo concretar.
Los últimos puntos acordados fueron el cese bilateral y definitivo del fuego y de hostilidades, la concentración y abandono de las armas por parte de la guerrilla, y el mecanismo de refrendación del acuerdo.
En febrero de 2016, se entró en la recta final hacia el acuerdo, con la confirmación de que tanto el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como la Comunidad de Estados Americanos y del Caribe (Celac) aceptaron el pedido de ambas partes para participar del control del proceso de paz.
El 29 de octubre de 2015, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, había anunciado que solicitaría al Consejo de Seguridad de la ONU un mandato para que, llegado el momento, el organismo monitoreara el fin del conflicto con las FARC. En este sentido, una condición clave de la misión de la ONU para el monitoreo del fin del conflicto en Colombia es que sea solamente de carácter político, lo que significa que los observadores internacionales no portarán armas. Esto marca una clara diferencia con los cascos azules, que en muchos casos suelen ser un remedio peor que la enfermedad.
La ONU aceptó la propuesta y una misión de esa organización llegó a Colombia para adelantar los preparativos de verificación y monitoreo del cese del fuego bilateral. Tras la firma de la paz definitiva, será esta delegación la encargada de recibir el armamento.
Fuente: El Eslabón