Foto: Andres Macera
Foto: Andres Macera

“«Traiga gendarmería de cualquier manera», me dijo una señora de Ayolas al 125 bis. Vive en una casa ocupada, sobre una barranca. No tiene otra forma, pero le roban. Fuimos en realidad porque no sabemos si se le va a caer la pared y ella pidió por gendarmería. Eso cerró algo en mí inmediatamente, a la inseguridad la sufren más los que menos tienen”, dijo el concejal Diego Giuliano (bloque Rosario Federal) a el eslabón. Mientras, en el recinto finalizaba una saga de catorce exposiciones en algo más de dos horas, y frente a los Tribunales miles de personas comenzaban a congregarse para reclamar por la vida. Una vez más, el tema de la reconfiguración de la violencia urbana aparecía en todo su dolor y complejidad.

Fue la noticia de la semana: 24 muertos en un mes. Estremece, no hubo titular que no lo aludiera. Provincia y Municipalidad organizaron reuniones para amortiguar la lectura social sobre sus roles e incumbencias. El contexto parecía el apropiado, pero el jueves Giuliano no pudo sacar su proyecto para declarar la emergencia en seguridad por 180 días en Rosario porque no obtuvo los votos oficialistas.

¿En qué ayudaría esa aprobación? «En disponer de partidas presupuestarias especiales y reasignar otras, reformular video vigilancia, comprar cien patrulleros, coordinar con fuerzas federales y cumplir ordenanzas ya aprobadas y no ejecutadas por la Intendenta como trabajar en los accesos a la ciudad, crear centro de monitoreo propio, prevención de la violencia en la escuela y patrulleros de la mujer por violencia de género», enumeró, a modo de ejemplo, el edil que en el Palacio Vasallo preside la comisión de Seguridad.

¿Hay un costo político en asumir la emergencia? «Deben creer que es en su contra, pero es al revés. El que estigmatiza es el que no hace lo que tiene que hacer. Esto es un plan de seguridad, una estrategia de prevención y bajar los niveles de violencia a través de la intervención social», consideró Giuliano. Y señaló una contradicción: Rosario adhirió a la emergencia en seguridad de la provincia, “pero no asume la propia”.

Según Giuliano, es justamente a los pobres a los que “no cuida nadie”. “Tengo objeciones filosóficas y funcionales con que venga Gendarmería a la ciudad y lo único que explica que lleguen es que se corrió la frontera a Rosario, pero no puedo desde mi lugar de análisis científico no escuchar a la señora de Ayolas 125 bis”.

Derrotero de horrores

El jueves, cuando iba terminando una semana fuerte, los ediles sintieron que debían marcar la cancha y hablaron durante más de dos horas sobre el tema, antes de comenzar la agenda del día. Hubo miradas para todos los gustos, pero un hilo conductor, reconocer la demanda de la gente. Nadie quiso quedar afuera.

Marina Magnani (Unidos y Organizados) fue de las voces más duras. “Cuando nosotros pedimos más patrulleros lo hacemos respondiendo a una demanda de la población pero sabiendo que en vez de un lobo cuidando las ovejas, pedimos tres lobos, porque acá el que regula el delito, el tráfico de drogas, la prostitución, toda la economía delictiva de la ciudad es la policía”, dijo la edila en medio de un silencio que pesaba tanto como sus palabras y siguió enumerando figuras de complicidad en venta de armas, entraderas y entregas.

“Mi trabajo en el Centro de Acceso a la Justicia fue un derrotero de horrores, escuchar cómo la gente pobre padece ataques de pánico, angustia, traumas, porque es víctimas de situaciones espantosas y no puede denunciarlas, y yo tampoco puedo hacerlo porque si tengo que ir a un juzgado tengo que dar el nombre de una persona a la que no le puedo garantizar que pase viva esa noche”, dijo Magnani de un tirón. Y fue por más. Dijo que si después de lo expuesto, se combate la inseguridad poniendo patente a un casco, se está mintiendo. “El que tiene que ponerse las pilas y crear una policía eficiente, con tecnología y capacitada es el gobernador de la Provincia”, sostuvo la edila. Y abundó: “Hubo un intento interesante que fue la creación de la Guardia Urbana Municipal, pero por el boicot que hizo la corporación policial fue una fuerza que nunca adquirió una dimensión importante en términos de competir en el territorio por la regulación del delito, que es el fundamento filosófico de las Guardias Urbanas en otros países”.

“No es culpa del Socialismo que la policía sea así, esto arrancó en la dictadura, adquirieron ese poder, reivindico que Jorge Obeid tuvo el intento por limpiarla con el informe Borgonovo”, tronó Magnani.

“Todo, pero todo lo que anunció ayer la intendenta Mónica Fein, está aprobado por el Concejo o presentado por algún concejal que aún no logró consenso”, dijo a su turno el radical Jorge Boasso, aludiendo a la reunión sobre el tema que convocó la Municipalidad, jaqueada por las circunstancias. “¿Qué debió haber hecho Fein? Rendir cuenta de por qué no ejecutó las ordenanzas que se aprobaron”, enfatizó.

Para Osvaldo Miatello (bloque Compromiso con Rosario) es necesario que la provincia diseñe un plan integral y concreto, que será acompañado. “Los vecinos de barrio Tango dijeron que en el destacamento que abrieron antes de las elecciones no hay nadie. Como vemos, no se trata de filosofía sino de casos concretos”, dijo el edil. Y se preguntó: “¿Qué haría hoy Fein si el gobierno de la provincia no fuera de su mismo color político?”.

Por su parte, Pedro Salinas (Ciudad Futura) pidió formar un comité de crisis, considerando que no hay rumbo para encarar el tema, no hay plan. Y dijo que muchos políticos deberían dejar de asumirse como víctimas cuando se les plantea el tema, porque “las víctimas verdaderas están afuera”. Norma López (FpV) criticó la reunión convocada por Fein por su “poca amplitud” (sólo asistieron algunos ediles) y no pasó por alto los anuncios realizados. “No son ninguna novedad. Ya fueron todos votados en el Concejo, el que incumple en forma serial es el Ejecutivo”, señaló.

María Eugenia Schmuck dijo a su turno que hubo acciones que tocaron intereses de las mafias, que respondieron con la escalada de violencia y el auge de las economías delictivas. Y dijo que la inseguridad tiene que ver también con “el concepto de seguridad democrática, muy difícil de imponer”. María Fernanda Gigliani pidió también por un plan integral y no pasó por alto la delimitación de responsabilidades, mientras Celeste Lepratti (Frente Social y Popular) sintonizó con Magnani y habló de la corrupción policial. De las exposiciones participaron además Sebastián Chale (Radicales Progresistas), Gabriel Chumpitaz (PRO), Horacio Ghirardi (Bloque Socialista), Eduardo Toniolli (PJ) y Lorena Giménez Belegni (Progreso Social).

La violencia urbana se reconfiguró y cuesta volver a pensarla. El audio de quien mató a un joven para sacarle un celular de diez mil pesos y que se escuchó esta semana, da una pista. “Yo no quiero perder ni a palos….ahora tengo que ver el maneje del celu a ver si lo puedo usar”, todo dicho en el mismo momento, sin que la imagen de la muerte que había causado se interpusiera. De esto se trata, de la subjetidad. Ese es el campo de trabajo para ingresar al problema por el que hoy todos reclaman.

Fuente: El Eslabón

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