La carta que envió días atrás el responsable de un bar cultural a los medios de comunicación locales, denunciando controles municipales desmedidos, pone a las actividades autogestivas, en un contexto recesivo, en alerta. Una vez más reclaman una regulación acorde.
“Estamos al borde del cierre, nos estamos extinguiendo”, afirma preocupado Hernán Franicevich, promotor del espacio cultural Let´s Dance Music Club, radicado desde 2010 en el barrio de Pichincha, donde se desarrollan diversas actividades de expresión artística.
Esta semana, Franicevich escribió una misiva, que se difundió en periódicos y radios locales, tras un episodio acaecido el jueves 26 de enero, en el que inspectores municipales le labraron al local una multa por una supuesta infracción que lo deja entre las cuerdas.
En diálogo con el eslabón, el responsable del espacio situado en Callao y Güemes, contó que comparte proyecto con un socio, cuatro empleados fijos y uno adicional. Y sostiene que el lugar también es parte de una cantidad de gestores culturales que producen recitales, talleres, ciclos de poesía, cine, y teatro, presentación de libros y charlas. “Let’s Dance está habilitado como bar cultural –cuenta–, un parche por decreto que obtuvimos de la Secretaría de Cultura, con el cual nos vemos limitados y es insuficiente para regular la actividad”, agrega el titular, y asegura: “Los controles se hicieron insostenibles desde la apertura del local, allá por el año 2010”.
“Sufrimos un sinfín de ataques, amenazas, en torno al cierre del local. Muchísimas multas, cuatro clausuras con sanciones que varían según el juez que entiende en el caso. Multas que van de 2 mil pesos por una falta común, a 12 mil pesos, como le sucedió hace poco a un espacio cultural amigo”, se queja.
Según Franicevich, los requerimientos en torno a la salida y las luces de emergencia, baños para discapacitados, matafuegos, libreta sanitarias, desinfección mensual, cobertura médica, seguro, instalaciones eléctricas con descarga a tierra y disyuntor, permiso para sillas en el interior y mesas en la vereda, iluminación, visibilidad de ventanas hacia el interior del lugar, nivel de sonoridad, no son suficientes para los controladores.
Toda esta problemática en un contexto de tarifazos e inflación. “Lo de la EPE y los impuestos, es insostenible. En cuanto a la baja en el consumo, nos impulsó a buscar alternativas y meter dos o tres eventos por noche, de modo que los tiempos ahora están muy justos. Nunca faltando el respeto al artista, o generando conflictos, pero sí notamos que el trabajo se vuelve más estresante”.
Por éste, y los motivos antes expresados, gestores locales autogestivos reclaman desde hace tiempo una nueva regulación. La actual, que data de 2001, sigue restringiendo a estos espacios, por ejemplo del baile, ya que están nomenclados como “Locales sin actividad bailable”, en contraposición a las confiterías bailables, discotecas, cantinas, salones de fiestas, (años atrás también fueron las whiskerías y cabarets) que sí están contemplados en la ley. “El baile es un tema complejo –admite el dueño de Let’s Dance–. “Está malinterpretado, pero sí, digamos que si alguien se mueve al ritmo de la música, se considera que es un boliche”, reclama, y agrega: “Imaginate lo que sucede cuando tenés una milonga. Sin duda alguna, hay gente bailando tango. Y peor aún, cuando te amenazan con multarte en una clase de tango en un taller diurno”.
¿Cuánto tiempo más llevará?
Junto a otros actores culturales, organizaciones de músicos independientes locales y sectores sociales y políticos, Franicevich participó de encuentros y debates en torno a la necesidad de una nueva normativa para los espacios culturales autogestivos que pelean por no extinguirse.
“Necesitamos que se trate la ordenanza de Club Social y Cultural que tenemos armada y consensuada desde hace años con distintos bloques políticos del concejo. La ordenanza la tenemos ultra trabajada con el Ecur (Espacios Culturales Unidos Rosario). El proyecto facilita la comprensión de nuestra actividad, nos da un marco regulatorio para que quien se quiere dedicar a la cultura realmente, lo haga de verdad, cumpliendo con muchos requisitos, y por otra parte se facilite el desarrollo mediante la exención de impuestos que no corresponden a nuestra actividad. Que haya fomento para acustizar los espacios e inclusión dentro de la programación y agenda de cultura de la ciudad”. Aún así, aclara que “los proyectos presentados quedaron por ahora en stand by, buena parte del cuerpo legislativo tiene en su poder la ordenanza en comisión de gobierno y todavía no llegó a recinto para ser votada. Por lo tanto, hasta que no se abra el año legislativo, no va a poder ser abordada, porque tampoco será lo primero que se trate”.
En cuanto al marco legal actual, el emprendedor de 38 años, asegura que es “vetusto, atrasado e inadecuado. Deja un vacío de actividades que da espacio a la subjetividad del inspector”.
Todas las voces
El responsable de Let´s Dance, que homenajeó en vida a David Bowie con unos de sus clásicos temas que invitaba a moverse al son del blues, habló del aporte que cree que generan espacios como el suyo. “En principio, eso lo puede manifestar mejor la gente que participa de las actividades que hacemos, la comunidad de personas que asisten a nuestros eventos de todo tipo de expresiones y que permite la inclusión de artistas que no tienen prensa, que recién inician el recorrido. Para nosotros, es un espacio de inclusión. Yo creo que la cultura es la voz de un pueblo. Y como tal, debe ser plural, no singular. Si no, estamos hablando de la voz del gobierno de turno de un pueblo, turno que ya se les fue de las manos”.
No hay tiempo de más
El jueves 26 de enero, a la 1 de la mañana culminó en Let’s Dance un evento de poesía, feria y música en vivo. Terminó prolijamente a horario, como todas las noches, según contó en la carta Hernán Franicevich, uno de sus titulares. En los diez minutos posteriores, y mientras se desarmaba la planta de sonido, quedó música de fondo de una computadora, tal vez como una manera de ir bajando los decibeles y desconcentrar al público.
“Junto a los músicos que habían tocado, estábamos desarmando la planta de sonido y al entrar los inspectores constataron difusión musical desde una computadora (no música en vivo, ni tampoco a alto volumen) era la 1.10 a.m.”, contó Franicevich en la misiva, y agregó: “Nos pasaron la falta, la cual obviamente se va a convertir en una multa. No atendieron ni tuvieron la consideración de ver que cortamos la música, de que trabajamos de esto, de que 10 minutos está dentro de la tolerancia, que para poder subsistir tenemos que trabajar a contrarreloj, que la multa por esos 10 minutos tira por la borda el trabajo de todo ese día, que entendemos que no estábamos provocando ningún tipo de negligencia, ni desborde”, y sentenció: “No podemos seguir trabajando más con tantos palos en la rueda, nos quita fuerzas, nos deja en una condición cada día más precaria y termina por deteriorar la cultura en Rosario”.
daniel
07/02/2017 en 14:57
Es deplorable lo qué hace la Municipalidad de Rosario.
Siempre están al ataque de quienes tienen todo en regla.
Su único fin parece ser el de recaudar tanto legalmente cómo ilegalmente(léase coimas ,aprietes ,etc.)y no el de respaldar los sitios qué promueven hechos culturales.
Desde hace mucho tiempo es lo unico q hacen.
Podría nombrar infinidad de lugares con infracciones por demás de evidentes…pero jamás sufren clausuras o multas.
Mientras paguen el canon…todo en orden.
Repudio totalmente esa actitud corrupta y patoteril de parte del municipio y sus corruptos inspectores.
Pablo Cesar
07/02/2017 en 19:35
Todos los espacios culturales son sistematicamente cerrados por el gobierno socialista que controla con exceso a los espacios autogestivos pero que hace la vista gorda en boliches o bares de renombre que no ofrecen otra cosa que la simple consumision de alcohol. Es lamentable que los lugares que se arman desde cero y con esfuerzo sean constantemente perseguidos por la subjetividad de las regulaciones del estado municipal, que se dice productor de cultura, pero que se niega a actualizar normativas para favorecer la cultura local. En cambio los lugares «top» de rosario que no ofrecen ningun tipo de produccion cultural, y que solo expenden y generan un consumo bobo con musica a todo volumen jamas son controlados.
La gestion cultural del socialismo es UNA VERGUENZA y esta lejos de promover realmente la cultura de la ciudad… en cambio pareceria que solo quiere promover pura y exclusivamente el CONSUMO.
Claudia Maujo
07/02/2017 en 23:10
Es lamentable que nuestra ciudad se siga fagocitado a los espacios culturales por falta de leyes que los incluyan, con la importancia que tienen estos espacios.
Tengo que pensar q si no escuchas determinado tipo de música y no vas a un boliche bailable te quedas sin opciones? Tengo que pensar que en un corto lapso de tiempo, la ciudad se nos achata X ponerle la pata en la cabeza a quienes intentan abrir sus puertas para sumar distintas posibilidades culturales?
SEÑORES RESPONSABLES DE CULTURA HAGAN ALGO X FAVOR!!!.No quiero pensar q mi ciudad no cuida su arte y a sus artistas!!!!!!
luis
08/02/2017 en 20:08
todo lo que quieran, a mi no me conmueven los casos aislados. en la mayoria de los casos son aventureros que con 2 mangos quieren ser bolicheros y se escudan en una reglamentacion que puede ser vetusta. pero la realidad es que son todos emprendimientos muy precarios que casi siempre joroban a toda una manzana como el caso de nomade.
Fernando Fabbro
08/02/2017 en 21:37
Me consta el esfuerzo que hace la gente del bar, conozco justamente a Hernán, y desde que habrio el bar siempre aposto a lo mismo a una propuesta distinta, a expenzas de ganar menos dinero, en alguna charla con el una vez me dijo, «la esencia del bar no es solo a venir a tomar yma cerveza, yo le apunto a que te lleves algo de acá, si te gusta consumir y tomar cerveza nada mas anda a otro bar, acá la propuesta es darle lugar a diferentes tipos de eventos relacionado con lo artístico cultural. Es una lástima que nadie pueda ver eso, lamentablemente vivimos en una sociedad que solo se fija en el dinero y no le deja nada a la gente,este bar justamente es eso trata de dejarte algo.
A quien corresponda sería bueno que alguna vez se hiciera lo correcto y no estoy pidiendo que se haga una excepción con el bar simplemente pido, que vean la propuesta y traten de entenderla, les pido no sean tan chatos, miren un poquito mas lejos que su bolsillo.
Este bar le da cultura e identidad a Rosario no Matemos la cultura justamente en una era donde casi nadie hace el esfuerzo.