Elisa Carrió, precandidata a diputada nacional por Cambiemos en la Caba, se cruzó con Margarita Stolbizer. Ambas disputan qué tanto luchan contra la corrupción, pero sin mencionar a sus jefes, Mauricio Macri y Sergio Massa.
Una de las escenografías que el gobierno de Cambiemos plantea camino a las Paso es la que muestra a personajes afines al oficialismo exhibiendo una descomunal vocación por denunciar presuntos actos de corrupción que habrían sido cometidos durante los doce años y medio de gobiernos kirchneristas. Carrió y Stolbizer son dos feroces protagonistas de esa puesta en escena.
El round aludido entre Lilita y Margarita se produjo durante un programa de TV al que estaba invitada Carrió, quien respondió los tweets que le enviaba la segunda, que es candidata de 1País, la fuerza que integra junto a Massa.
La polémica, entonces, se desarrolló durante el programa «A dos Voces», y tuvo su primera detonación cuando Carrió tildó de «mentirosa» a Stolbizer, quien le respondió vía twitter: «Vos sabes que no soy mentirosa y que, como vos, lucho x causas justas y contra la corrupción. No caigas bajo!».
Carrió, quien era avisada de los twitazos de su ex aliada, redobló su apuesta: «No es cierto que Stolbizer NO sea mentirosa. En el 2008 NO firmó la denuncia y ordenó al GEN no firmar salvo Juan Carlos Morán que sí firmó».
Lilita se refería a que, en 2008, Margarita había ordenado al GEN -su partido- no firmar la denuncia que la primera realizó contra el kirchnerismo por asociación ilícita «por la que hoy están procesados» -se ufanó Carrió- y subrayó que «no luchó siempre contra la corrupción, sí lo hizo a partir de Hotesur». Y luego Carrió envió el listado de los que firmaron la denuncia.
Stolbizer, a su vez, en una entrevista que le realizaron este jueves en Terapia de Noticias , el programa de La Nación+ (LN+), dijo sobre el cruce: «Me cuesta andar contestando estupideces (…) Cree que puede ser la única que combate la corrupción».
Ni una palabra sobre las gravísimas denuncias contra Macri por las cuentas de sus empresas en guaridas fiscales, la autocondonación de la deuda del Correo Argentino o las coimas de Odebrecht. Tampoco se endilgó a Stolbizer aliarse con alguien que fue jefe de Gabinete de los gobierno presuntamente corruptos. La corrupción es K o no es.
Se esperan novedades en el frente del narcotráfico, otro de los escenarios pergeñados por el macrismo para no hablar de los temas en los que tiene pocas cuestiones positivas para decir, como la situación social, la economía y los derechos laborales, entre otras.
«¿Irá a declarar o lo matarán antes?»
Carrió no paró allí. La diputada nacional de la Coalición Cívica se mostró confiada en que prospere el proceso para el desafuero del ex ministro de Planificación del gobierno kirchnerista, Julio De Vido aunque se preguntó, irónicamente: «¿Este hombre irá a declarar o lo matarán antes que declare?».
Sin preocuparse por el clima que crea ni por las consecuencias que pudieran tener sus observaciones, Lilita aseguró que el ex ministro y actual diputado del Frente para la Victoria (FpV) es «la clave para arriba y para abajo», del presunto entramado de corrupción durante el gobierno kirchnerista. Siempre en el marco de su estilo “Prueba Cero”, pero con la contundencia que también la caracteriza.
«El arma que tiene De Vido es que los conoce a todos, con muchísimos hizo negocios. No solo con los del Frente Para la Victoria. Como era el que manejaba los sobornos, manejaba el dinero, era el cajero de Kirchner, trataba con los empresarios extranjeros y locales, con los intendentes, con los gobernadores, con los empresarios de la construcción, con los empresarios de la pesca y con los empresarios de energía, por eso yo decía: todo el mundo lo protege», explicó Carrió, sin ofrecer otra cosa que su parecer y sin recibir una sola repregunta. Asì es muy fácil.
Y en ese marco de porqueriza, en el que le atribuyó al ex funcionario kirchnerista cierta «protección», Lilita advirtió: «Si el Congreso lo protege es porque también el Congreso es garante de esa impunidad, tal como lo fue el Poder Judicial federal durante diez años».
La cena está lista, sólo que algunos comensales saben que esos manjares apestan.