Nadie planifica más allá de abril, pero Macri hace chistes que vencen en junio: el Gobierno quiere llegar vivo al Mundial de Rusia. La oposición organiza la quema del mega-DNU en marzo. La interna BCRA-Hacienda promete nuevas metas inflacionarias, y los gremios anticipan paritarias con alta sensación térmica. Susurros en Davos, gritos en la City.
Quién asegure que la política en la Argentina de Cambiemos es aburrida, deberá revisar su GPS mediático, porque si algo dejó en claro esta semana la prensa escrita, radial, televisiva y digital es que Mauricio Macri y elenco parecen estar ensayando un futuro descollante en el stand up. Que los efectos de esos gags sigan siendo dramáticos a lo largo y ancho de la sociedad no inmuta al funcionariado del régimen que gobierna desde diciembre de 2015, e incluso alienta a muchos de sus seguidores a continuar apoyando ese perfil.
Las correrías del Guasón
No importa que la feroz e indisimulable interna que protagonizan el titular del Banco Central Federico Sturzenegger y el jefe del Palacio de Hacienda Nicolás Dujovne haya llevado el dólar a la frontera más cercana a los 20 pesos. No interesa si el festival de emisión de Letras de esa entidad monetaria (Lebac) sigue a todo trapo, con el detalle de una baja de las tasas de interés que fue la que, en teoría, generó la mini corrida hacia el billete verde. Macri, en la conferencia de prensa junto a Vladimir Putin, se mandó un chiste relacionado con el Mundial que se disputará en Rusia, logrando que el mandatario de ese país mueva dos músculos faciales y suspire ansiando el retorno de Cristina Fernández de Kirchner, con quien al menos hablaba de multilateralidad y otros tópicos más a tono con la política.
No contento con su boutade moscovita, el presidente argentino, reunido en Davos con empresarios argentinos que asistieron al Foro Económico Mundial, les espetó: «Nosotros vamos a cortar el pasto, ustedes hagan los goles». La ocurrencia delata la condición monotemática que reina en su cerebro, pero no deja de ser elocuente que quienes la escucharon son nada menos que Marcelo Mindlin –capo de las empresas Pampa Energía Argentina, Edenor, Iecsa y Petrobras– y Eduardo Elsztain, titular de Irsa, Cresud y presidente de Banco Hipotecario.
A los dos, según los archivos del Panama Papers, se les detectaron cuentas offshore en Bermudas y la Isla de Man.
Con igual estilo, pero del otro lado del mostrador, en Washington, el flamante embajador argentino en los EEUU, Fernando Oris de Roa, al presentar sus credenciales a Donald Trump, debió fumarse un chiste del mandatario yanqui que pone negro sobre blanco el lugar que ocupa la administración macrista: “¡Lemons, lemons, lemons!”, le gritó el hombre de la tintura procaz al diplomático, tal vez para que tenga, guarde y ahorre la humillación por triplicado.
“Fue muy simpático”, interpretó Oris de Roa la salida de Trump, aunque aclaró, vaya a saber con qué fin: “Hay muchas más cosas que limones”.
La que no está para chistes es Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), quien advirtió nada menos que en Davos, donde Macri luego deambularía diseminando bromas, que “hay un aumento preocupante de la deuda en muchos países”.
El Presidente asiste por tercera vez al encuentro en el que la élite política y financiera mundial, los magnates más despiadados, los gobernantes de naciones a las que nada les importa la pobreza de la periferia, y mandatarios de países ricos que son pobres gracias a las acciones de todos ellos, ensayan juntos soluciones para problemas de los que son exclusivos responsables.
Una de esas soluciones repercutirá, como ya lo viene haciendo en la Argentina, y en Davos lo repitieron hasta el cansancio: “La reducción del gasto público es esencial, especialmente en las áreas donde aumentó muy rápidamente en los últimos años, en particular los salarios, las pensiones y las transferencias sociales”.
Macri quiso hacer alarde del encuentro que mantuvo con la canciller alemana Angela Merkel, pero lo cierto es que la reunión duró sólo 15 minutos, en los que, según el canciller Jorge Faurie se habló de “consensuar los temas del G20, además de las negociaciones entre Mercosur y la Unión Europea, el ingreso de Argentina en la Ocde, y sobre la relación bilateral y la presencia de empresas alemanas en el país». O sea, tres minutos para cada tópico. Nada indica que el fútbol haya sobrevolado el fugaz diálogo.
Precisamente, en torno de las negociaciones entre el bloque regional y Europa, Macri se volvió a despachar con otra barbaridad: «Yo creo que la asociación entre el Mercosur y la Unión Europea es natural porque en Sudamérica todos somos descendientes de europeos». Cada vez se entiende más la política de Cambiemos hacia los pueblos originarios.
Un dato a tener en cuenta es que Macri mantuvo un encuentro con el empresario informático y cofundador de la empresa Microsoft, Bill Gates. Será cuestión de prestar atención a futuros negocios de esa corporación en la Argentina.
Mega-DNU en modo cremación
Confirmando que buena parte de la oposición dio por concluidas sus vacaciones estivales, en la semana se pudo constatar que el crecimiento de la masa crítica que necesita el Congreso para dar la extremaunción al mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) firmado por el Gobierno, merced al cual se anulan 19 leyes y modifican otras 140.
El Frente para la Victoria (FpV-PJ) ya había anticipado su rechazo, pero el soft peronismo liderado por el senador Miguel Angel Pichetto salió al ruedo y calificó al mega-DNU de “abusivo”, sumándose al Bloque Justicialista de Diego Bossio en Diputados, que también lo rechaza.
Si faltaba algo para anticipar que el instrumento rubricado por Macri & Cia tiene destino incierto, el Frente Renovador se presentó en bloque en Tribunales reclamando que sea declarado inconstitucional.
La suma de esos votos indicaría que en marzo, cuando se abra el período de sesiones ordinarias, el mega-DNU rodará barranca abajo, lo cual representaría un duro golpe a las intenciones de Macri, que quiere gobernar por decreto y evitar todo lo que pueda el tratamiento parlamentario de sus iniciativas.
El mega-DNU, según el Gobierno, ayudaría a “desburocratizar el Estado”, pero desde la oposición advierten que es una aberración jurídica y política, ya que trastoca cuestiones procesales, penales y tributarias, todas ellas facultad exclusiva del Congreso, y que la Constitución deja completamente fuera del alcance de los DNU.
Como bien recuerda esta semana el diario Página 12, el súper decreto “avanza sobre derechos constitucionales facilitando los embargos comerciales de la cuenta sueldo de los trabajadores, habilita al Fondo de Garantías de Sustentabilidad (FGS) de la Anses a operar en el mercado financiero, faculta a la Unidad de Investigación Financiera (UIF) a saltearse la competencia judicial de los fiscales y reduce las multas de infracciones laborales a las empresas”.
Entre quienes le saltaron a la yugular al mega-DNU, el presidente del bloque de diputados nacionales del FPV-PJ, Agustín Rossi, disparó: “El presidente Macri, otra vez, atravesó la esfera de la división de poderes, se extralimitó en sus facultades y avanzó ilegítimamente sobre atribuciones del Congreso porque no hay razones, ni necesidad ni urgencia para disponer modificaciones sustanciales sobre las materias reguladas”. El Chivo quiere que, como ocurrió con la reforma previsional, la oposición concilie una postura conjunta para rechazar el DNU.
No muy diferente es la posición del Bloque Justicialista: “El Gobierno tiene que respetar el debate parlamentario, no se puede saltear al Congreso de la Nación en una reforma que contempla áreas verdaderamente sensibles para el funcionamiento del Estado y el futuro de los argentinos”.
Pichetto, desde el Senado, también bramó: “Tocaron el fondo de sustentabilidad de Anses, le facilitaron a su titular a realizar fideicomisos o dar préstamos a terceros, modificaron regulaciones del Senasa. Hay un montón de temas que son excesivos e implica un ejercicio abusivo de las facultades del Poder Ejecutivo”.
El massismo, además de presentarse ante la Justicia, divulgó un comunicado que tituló en forma elocuente: “No vamos a permitir que gobiernen por decreto”.
Si la Justicia no da a lugar a las numerosas presentaciones contra el decretazo, y la opisición se decide a revocar en ambas Cámaras del Parlamento el mega-DNU, se verán desairados los deseos del elenco macrista de llegar “vivos” al Mundial de Rusia, momento en el cual, presuponen, el país entero dejará de prestar atención a la política, pero en particular a la economía.
Los gremios no creen en techos ni metas inflacionarias
En la semana que culmina, el Movimiento Obrero Santafesino (MOS) rechazó “en todos sus términos” el decreto por el cual Macri derogó la Paritaria Nacional Docente por “atentar en forma ilegal contra los derechos de los trabajadores”.
Con la claridad que le falta a algunos dirigentes políticos de la provincia, como el gobernador Miguel Lifschitz, que ya adelantó su rechazo al 35 por ciento que reclaman los docentes sólo para recuperar lo perdido de su poder adquisitivo, el nucleamiento sindical expresó su condena al decretazo : “Esta medida, además de condenar a toda la docencia a la dispersión salarial a la baja, dejando a criterio de cada provincia la política salarial del sector, constituye un golpe al sistema educativo nacional y por ende al conjunto del pueblo argentino. El Gobierno sigue una escalada de ataques sistemáticos a las organizaciones sindicales que se oponen a su modelo neoliberal, como lo hace hoy con los docentes, generando un clima de impunidad frente al Estado de Derecho y el sistema democrático”.
Y a nivel nacional fue la Corriente Federal Sindical la que salió a atacar el plan del Gobierno que tiende a fragmentar la reforma laboral, en apariencia con la conformidad de los denominados Gordos de la CGT, quienes le habrían hecho un guiño a Macri para que desguace el proyecto y así pase sin necesidad de que el Congreso meta la nariz.
María Lazzaro, de los docentes privados (Sadop); Walter Correa, de los curtidores; Héctor Amichetti, de los gráficos bonaerenses, y Vanesa Siley, de judiciales, rechazaron de plano la iniciativa macrista de reforma laboral, ya sea en un solo paquete o dividida en diferentes proyectos.
Siley advirtió que el gobierno podría cambiar algunos de los artículos cuestionados por los gremios, pero que las diferencias entre la CGT y el PJ en modo alguno “fueron zanjadas”. La dirigente gremial agregó: “Todo apunta a que el presidente Mauricio Macri continúe con la obsesión de realizar cambios sustanciales y, de no lograrlo en el Congreso, habría un Decreto de Necesidad y Urgencia” (DNU), porque “no obtendría consensos”.
Fuera de la reforma laboral, que muchos ya dan por sepultada por el propio Gobierno, al menos en su versión original, los gremios no están dispuestos a bancarse el techo del 15 por ciento que desde un sector de la Casa Rosada quieren imponer.
Desde la lejana Davos, el ministro Dujovne echó un balde de nafta al fuego: «Sin la cláusula gatillo sería más fácil el proceso de desinflación». Esa postura, según refiere la usina oficialista Infobae, genera tensiones internas. El jefe de Gabinete Marcos Peña tiene la idea de usar un discurso más conciliador, lo cual no garantiza acciones en consecuencia.
El medio digital propiedad de Daniel Hadad publicó una frase que puso en boca de Peña Braun: «El 15 por ciento es una referencia, pero se va a aplicar la paritaria libre. Nosotros esperamos que siga creciendo el salario real, aunque entendemos que cada sector tiene su propia realidad. Y si la cláusula gatillo sirve para eso, habrá cláusula gatillo. Cada sector definirá cuál es la mejor política». Los gremios no dialoguistas no creen una palabra de todo ese almibarado discurso, y desde hace meses duermen con un ojo abierto, como la mayoría de los argentinos.
Macri, con imagen baja pero blindada
Al menos dos consultoras salieron a medir la imagen de Macri, y la conclusión es que la misma bajó en proporciones alarmantes: desde octubre del año pasado, cayó 14 por ciento.
Aunque para muchos la sorpresa sea que el mandatario siga teniendo imagen, sus colaboradores no dejan de ponderar que sólo en enero esa baja fue de 4 puntos, y que el “nivel de insatisfacción de la sociedad se ubica ahora en el 59 por ciento”.
Los relevamientos pertenecen a la Universidad de San Andrés y a Ricardo Rouvier & Asociados.
La explicación de ambas encuestadoras es que los problemas están vinculados a medidas impopulares tomadas por el Gobierno, en especial la reforma previsional, aunque no es la única: los tarifazos y el fracaso en la “lucha” contra la inflación también se disputan un lugar en el ranking de repudios a la gestión de Macri.
La encuesta de la Universidad de San Andrés concluyó que la “mayor resistencia de la sociedad” a la figura de Macri tiene que ver con las reformas previsional, fiscal y tributaria, y que la insatisfacción de la sociedad alcanza un 59 por ciento: los «muy insatisfechos» suman un 27 por ciento, y los insatisfechos otro 32.
Asimismo, la satisfacción general social cayó del 53 por ciento en octubre, luego de las elecciones, al 39 en enero, tras el recorte a los haberes jubilatorios y el caso Triaca.
Por su parte, Rouvier & Asociados midió la imagen de Macri y constató que la misma bajó cuatro puntos en lo que va de enero: del 48,8 al 44,6 por ciento. En cuanto a la imagen negativa, pegó un salto desde el 47,9 al 52,4 por ciento. La opinión negativa en torno de su gestión creció del 50,4 al 55,3 por ciento.
No lo dicen las encuestadoras, pero es notable que ese decaimiento sólo puede disimularse gracias al inusitado blindaje mediático que opera en el país, que dista mucho de lo que se publica en el exterior.
Basta un leve repaso por las noticias que se publican sobre Macri en diferentes medios del mundo para corroborar la distancia que existe entre la realidad y la agenda de las empresas periodísticas de la Argentina:
- «La inflación agota la paciencia de los argentinos». Diario El País de España.
- «La Argentina de Macri, vuelve a la pobreza, entre bifes en cuotas y apagones». Diario La Stampa de Italia.
- «Hasta ahora, gracias a las reformas «Pro-Mercado» de Macri, lo único que sus planes le trajeron al pueblo, solo fue…dolor. La pobreza Cero de Macri, es una meta lejana para Argentina». The New York Times* de EEUU.
- «El negacionismo crece en la Argentina de Macri. El mundo vio como algo muy positivo el juzgamiento de los genocidas y la restitución de los nietos a sus familias de origen…Macri, da a entender que no hubo tal genocidio y quiere enviar los presos a sus casas». «La ONU reclama la liberación de una Legisladora del Parlasur, Milagro Sala, primera presa política de Argentina, se considera su detención, como un acto arbitrario, en democracia». The Guardian, de Inglaterra.
- «Macri insiste con los aumentos de precios, es un hombre inutil». The Economist.
- «A Macri se le acaba el tiempo para las reformas». Bloomberg, agencia internacional de noticias financieras.
- “Creció la deuda externa argentina desde que asumió Macri, y este hecho puede convertirse en su Talón de Aquiles, es extraño cómo los medios de prensa ocultan estos hechos al pueblo”. “Cinco importantes aumentos están sacudiendo los bolsillos de los latinoamericanos. Argentina, campeona de los tarifazos… Macri, ordenó fuertes incrementos con la excusa de «actualizar tarifas»”. BBC de Londres.
Esas valoraciones, que circulan a través de cadenas de whatsapp y en las redes sociales, confrontan severamente con títulos que deberían avergonzar a un estudiante recién ingresado a la carrera de comunicación social pero tienen sin cuidado a veteranos editores que son responsables de la mayor estafa periodística de la historia argentina.
Fuente: El Eslabón.