Tras el duro traspié internacional, el rojinegro le ganó 2 a 1 a la T en el Marcelo Bielsa, con goles de Víctor Figueroa y el debutante Jerónimo Cacciabue, que cumplió el sueño del pibe marcando sobre el final. Santiago Silva, de penal, había empatado transitoriamente.
En la jornada de cierre de la fecha 23 de la Superliga, los dirigidos por Omar De Felippe demostraron que la cosa cambia cada vez que el equipo juega en el Parque Independencia. Así, el duelo ante el conjunto cordobés –uno de los conjuntos fuertes de torneo local– no se pareció en absolutamente nada al que disputó en suelo brasileño, ante el Atlético Paranaense, por la fase inicial de la Copa Sudamericana.
El dueño de casa pegó de entrada. Una buena jugada colectiva terminó en gol de Figueroa cuando apenas corrían 2’. A partir de ahí, los atacantes se cansaron de fallar en el arco rival: Alexis Rodríguez y Luis Leal fallaron sendos mano a mano ante Guido Herrera, que se la tapó al primero, mientras que el portugués la tiró por encima del travesaño.
Después llegó la acción que estuvo plagada de polémicas. Héctor Fértoli, apenas adelantado, enfrentó al arquero rival, que con un leve desvío evitó una nueva caída en su arco. Lo cierto fue que Patricio Loustau no observó ese toque, y en vez de dar córner, dio un penal inexistente en el área de enfrente, en la réplica de Talleres. El desenlace: El Pelado Silva lo cambió por gol a los 42’.
Ya sin la Pantera en cancha (salió lesionado sobre el final del primer tiempo), Daniel Opazo, su reemplazante, lo tuvo en la salida del entretiempo, pero nuevamente el uno rival ganó el duelo ante los atacantes leprosos. De todas maneras, el complemento se tornó más complejo, con el visitante dominando el control de la pelota, aunque inquietando por a Nelson Ibáñez.
Hasta que a los 38’, cuando la victoria parecía lejana, Caccibue cerró una noche de presentación soñada, metiendo un potente y certero derechazo desde el borde del área a la salida de un tiro de esquina, contra el palo más lejano de Herrera.
Así y todo, la puntería siguió siendo un karma en la noche rosarina, ya que minutos antes del pitazo final, Figueroa eludió al arquero para estirar la ventaja, pero en su remate se interpuso el eterno Pablo Guiñazú, para salvar su valla.
En resumen, Newell’s fue un justo ganador, y ni la falta de eficacia le impidió quedarse con los tres puntos, ante un rival que es una buena medida, y que aún se mantiene en puestos de clasificación a la Libertadores del año próximo.
