El presidente de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de Rosario, Rodrigo Sánchez Almeyra, se refirió este martes al impacto de la suba del dólar en los gastos médicos y aseguró que la inflación en salud es superior a la inflación del país. “Estamos extremadamente preocupados por la situación, tanto por la devaluación como por el encarecimiento del crédito bancario, que nos afecta muchísimo a todas las empresas”, indicó en el marco de la jornada de financiamiento de la salud privada que comenzó este lunes y continúa este martes en el Centro de Convenciones del Ros Tower (Catamarca 1140). Afirman que por lo bajo de los sueldos argentinos ya no pueden trasladar los incrementos a sus clientes.

“Definitivamente la suba del dólar afecta muchísimo a los prestadores, porque la mayoría de los insumos: medicamentos, descartables, suturas quirúrgicas, guantes, jeringas, camas eléctricas, y casi toda nuestra aparatología es importada”, planteó Sánchez Almeyra. Y añadió: “Estamos extremadamente preocupados por la situación, tanto por la devaluación como por el encarecimiento del crédito bancario, que nos afecta muchísimo a todas las empresas. No esperábamos este vaivén del mercado”.

“En nuestra estructura de costos, el valor de los insumos está atado al dólar, y de acuerdo a cada institución o grupo, puede oscilar hasta el 30 por ciento del costo total. Siempre teniendo en cuenta que el principal costo de los sectores de salud, afortunadamente por la cantidad de mano de obra que empleamos, es el recurso humano, que ronda el 60 por ciento”, señaló el presidente de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de Rosario.

Sánchez Almeyra planteó que desde sus entidades no pueden “encarecer el valor de las cuotas o aumentar los aranceles indefinidamente, porque la gente no lo va a poder pagar”. Estamos extremadamente preocupados con estos vaivenes económicos, y en cómo van a repercutir”, remarcó.

Con respecto a la inflación, el referente de la entidad se quejó de que “en salud es más alta que la inflación del país, con lo cual se está haciendo muy difícil financiar el sistema, tanto para los financiadores como para los prestadores”. “La inflación impacta dura y directamente, ya que la salud privada no tiene ningún tipo de subsidios; pagamos luz, gas, alimentos de los pacientes, insumos médicos, salarios y equipamiento”, apuntó.

“Esto se soluciona creciendo, haciendo que la economía sea más rica, no hay una forma de salir rápido, tenemos que hacer un plan de genuino crecimiento”, analizó Sánchez Almeyra, quien reclamó “un cambio de financiamiento del sistema de salud, porque este, está bastante agotado”.

“Hay que ver si el modelo, que se basa en los aportes salariales de los empleados (teniendo en cuenta que los salarios en Argentina no son altos), es suficiente y después, buscar fuentes de financiamiento alternativas. Necesitamos saber cómo vamos a sustentar a largo plazo el sistema de salud. Acá hay que plantear qué va a pasar con la salud en los próximos 50 años, nos tenemos que poner los pantalones largos como país y empezar a planificar”, concluyó.

Según asegura la propia institución, la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de Rosario nuclea a 23 instituciones que aportan alrededor de 1600 camas a la ciudad. “Hoy, aproximadamente un 60 de los rosarinos está adherido al sistema privado de salud, mediante obras sociales o prepagas”, afirman.

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