La insostenible presencia de Federico Sturzenegger al frente del Banco Central se resolvió con su reemplazo por el ahora ex ministro de Finanzas Luis Caputo, mostrando que la independencia de la entidad monetaria es un verso PRO.
Luego de que el dólar llegó a cotizar a 28,50 pesos, la brújula ya imantada del Gobierno comenzó a girar a tontas y a locas, y tras llamadas de ida y vuelta desde la Casa Rosada y la sede del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington, la calva testa de Sturzenegger rodó por los fríos pasillos del Banco Central.
La excusa preferida por los socios mediáticos del gobierno de Mauricio Macri es que la trepada incesante de la divisa yanqui es un coletazo de la crisis global que genera la suba de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal.
Pero lo de este jueves deberìa articularse, ademàs, con el estado público que tomó la carta de intención que la administración de Cambiemos hizo llegar al FMI, que incluye un brutal ajuste fiscal y el remate de los activos del Fondo de Garantías de Sustentabilidad (FGS) de la Anses, entre otras calamidades.
Sin embargo, como sucede siempre, la política es más importante que la economía, o al menos es la que le da sustento o la liquida. La carta de intención fue firmada en forma conjunta por el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne y el ahora eyectado Sturzenegger, siendo quizá la última acción administrativa de éste al frente del Bcra.
Cuando las aves de rapiña de la city porteña se enteraron de que las previsiones inflacionarias que figuran en la misiva enviada al FMI llegan hasta un 32 por ciento en 2018, la disparada del dólar se acentuó, y el hombre del blindaje y el megacanje de 2001 se fue por la ventana.
El documento, textualmente, promete: “Vamos a amortizar activos de los fondos de pensión que se encuentran actualmente en posesión del gobierno como un medio para ayudar a financiar el pago de pensiones, incluyendo aquellas en la Ley de Reparación Histórica”. Y promueve el cambio de la Carta Orgánica del Banco Central.
La agencia Reuters, en tanto, confirmò que el cargo de Caputo en Finanzas no será ocupado, y que el actual Ministerio de Finanzas se reunificará con el Ministerio de Hacienda bajo la conducción de Nicolás Dujovne.
La agencia de noticias, además, indicó que el nombramiento de Caputo es «en comisión» ad referéndum del acuerdo correspondiente por parte del Senado de la Nación.
Lo cierto es que los movimientos intestinos del Gobierno nacional se sienten a varias cuadras de los baos de la Casa Rosada y de Olivos, pero Macri no aparece más que en un video en el que un niño le propina un pelotazo en los testículos y un comunicado en el que el mandatario le agradece a Sturzenegger «el trabajo realizado durante su gestión al frente del Bcra».
No se sabe si entre esos logros reconocidos por Macri está la devaluación del peso un 52 por ciento en lo que va de 2018, y un 193 por ciento desde que Sturzenegger asumió al frente del Banco Central, o la una deuda de casi 50 mil millones de dólares en Lebac que le deja a todos los habitantes de la Argentina.