El 8 de agosto nos va a encontrar en la calle luchando por conquistar, no sólo derechos para las mujeres, sino sobre todo, libertad para nuestras cuerpas y para nuestras vidas. Hasta el momento, sólo hemos obtenido victorias desde este gran movimiento denominado “La cuarta Ola”, que acciona con toda la responsabilidad de anidar en sí años de historia de miles de mujeres de Argentina y del mundo. Y por victoria me refiero a que la sociedad argentina ha cambiado sin lugar a dudas. El aborto es hoy un acto legitimado socialmente y eso es un hecho.
Resta que esta victoria se cristalice en una ley. Para eso pondremos todo de nosotras y no vamos a parar hasta que suceda, porque la base de nuestra lucha es la búsqueda de libertad y autonomía sobre nuestras cuerpas. Luchamos por no ser “las criadas”, las esclavas de la reproducción de la ficción de Margaret Atwood, libro y luego serie The Handmaid’s Tale. Como afirma la autora, entendemos que “Las mujeres que no pueden tomar la decisión sobre si tener o no bebés son esclavas, porque el Estado reclama como propiedad a sus cuerpos y al derecho a dictar el uso al que deben someterse sus cuerpos“. Si en este país las mujeres no podemos elegir, no podemos sostener una maternidad deseada, estamos presas de lo que nos impone ese Estado.
De esta manera el 8A, se nos presenta como una fecha determinante en la que se ponen en juego 13 años de construcción política, la presentación y el avance de un Proyecto de Ley, un debate de meses con más de cien exposiciones, una vigilia con más de un millón de personas en las calles el 13 y 14 de junio y la media sanción de una Ley fundamental. Ese día el Congreso definirá si abortar seguirá siendo un delito de la clandestinidad o pasará a ser una política de salud garantizada en los hospitales públicos. Sin embargo, la última palabra no la tienen los senadores, la seguimos teniendo las miembras de este movimiento. El poder lo tenemos nosotras, elles deciden hoy circunstancialmente. Para atrás no vamos a volver jamás. Ya no somos las mismas y hemos avanzado tanto como para asegurar que el aborto debe ser entendido como un derecho. Seguiremos luchando o por que sea ley o porque se implemente, como lo hicieron tantas mujeres antes, consiguiendo el voto. Las feministas estaremos en las calles, re-configuraremos nuestras camas, nos empoderaremos en nuestros lugares de trabajo, re-pensaremos y pondremos en juego como herramienta a nuestras cuerpas colonizadas, militando una causa que sentimos porque lo personal es político. Seguiremos incomodando al mundo desnaturalizando miles de actos cotidianos con irreverencia feminista. Seguiremos luchando más allá de los que suceda el 8 porque estamos haciendo historia por nuestros derechos y sobre todo por nuestra libertad. Porque libres somos muy peligrosas para el sistema basado en el mandato de masculinidad como dispositivo de control. Libres somos poderosas.
* Causa Organización Popular – FSP