El candidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT), Daniel Haddad, sigue recorriendo Brasil y sumando adhesiones. Y esta adhesión popular se refleja en las encuestas, que marcan que su intención de voto no para de crecer.
Un sondeo publicado por la agencia FSB le da un 23 por ciento, frente a un 28 por ciento de Jair Bolsonaro.
Según un sondeo publicado por el portal 360, en segunda vuelta Haddad podría obtener un 43 por ciento, frente a un 40 de Bolsonaro.
Por su parte, la encuestadora brasileña Ibope dio a conocer el pasado miércoles resultados que muestran a Haddad con el 22 por ciento de intención de voto y a Bolsonaro con el 28 por ciento de las preferencias en un escenario de creciente polarización.
Fernando Haddad, candidato a presidente de Lula, em caminhada e ato com Katia governadora em Goiânia #HaddadPreside… https://t.co/z6K5koXBvL
— Lula (@LulaOficial) 28 de septiembre de 2018
Según este sondeo, más atrás aparecen Ciro Gomes (del Partido Laborista) con el 12 por ciento, Geraldo Alckmin (Partido de la Social Democracia Brasileña) con ocho por ciento y Marina Silva (RED) con el seis por ciento. En las encuestas de la segunda vuelta, la medición de Ibope señala que Haddad le gana a Bolsonaro por 42 a 38 por ciento.
Acaso como reacción a los actos multitudinarios que está protagonizando Haddad, y debido asimismo a la intención de voto que no deja de crecer en las encuestas (el candidato arrancó con un 9 por ciento hace poco más de 20 días), desde las filas del partido de Bolsonaro aumentaron las dosis de violencia contra la democracia y las instituciones que suelen contener sus discursos de campaña.
Si Haddad gana, lo hará por fraude, “porque las urnas no son confiables”, afirmó Bolsonaro. De ser él el ganador, las urnas estarían bien, parece.
Además, en las últimas semanas, y con mayor vigor en los últimos días, los militares brasileños volvieron a la superficie. El comandante del Ejército, general Eduardo Vilas-Boas, dijo con todas las letras: “Existe la posibilidad de que se elija a un candidato ilegítimo”.
Tampoco hay que pensar a la fórmula del Partido Social Liberal (PSL) como alejada de los militares en actividad: Bolsonaro es un ex capitán del Ejército, y su candidato a vicepresidente, Hamilton Mourão, quien también realizó declaraciones amenazantes, es un general retirado.
La coordinación de la campaña presidencial de Bolsonaro está en manos de generales retirados hace poco tiempo, pero que todavía tienen gran influencia sobre los militares en actividad.
No es la primera vez que el comandante del Ejército, general Eduardo Vilas-Boas, desafía la democracia y las instituciones con declaraciones claramente golpistas. Ante cada fallo de la Justicia con relación a Lula y su posibilidad de ser candidato, el militar salió a decir públicamente que el Ejército no permitiría que Lula fuera sobreseído ni que se le permitiera ser candidato. Si el fallo no salía conforme a lo que deseaba el Ejército, saldrían a la calle, amenazó. Y ahora, la amenaza es contra Haddad.
Evidentemente, todo candidato que no asegure la continuidad de las políticas neoliberales será “ilegítimo” para el Ejército.
Ante este ambiente enrarecido y claramente golpista, esta semana se dio a conocer un documento titulado “Por la Democracia, Por Brasil”, que se pronunció contra Bolsonaro sin proponer el voto por ningún otro candidato en particular.
El texto lleva la firma de más de un centenar de personalidades, entre ellos el cantante Caetano Veloso y María Alice Setubal, de la familia propietaria del Banco Itaú, el banco privado más importante del país.
“Bolsonaro representa una amenaza franca a nuestro patrimonio civilizatorio, es preciso sumar fuerzas en defensa de la libertad y la tolerancia”, propone el documento.
Por su parte, Haddad encuadró las declaraciones del ex militar en la serie de amenazas que viene sufriendo la democracia en Brasil y llamó a defender la institucionalidad. “La democracia está siendo amenazada diariamente, el mundo está observando a Brasil con mucho cuidado”, señaló Haddad con relación a las declaraciones golpistas de Bolsonaro y los militares.
“Son movimientos exóticos que no favorecen a la institucionalidad y perjudican la tradición que consolidamos después de la democratización iniciada en 1985”, señaló el candidato a presidente del PT.
Con el lema “Haddad es Lula”, el candidato presidencial del PT recorrió la región nordeste (Bahía, Pernambuco y Maranhão), considerada un reducto prácticamente inexpugnable para el lulismo, fenómeno político que traspasa los límites del partido. En esa zona, que representa el 26 por ciento del total del padrón electoral, Lula llegó a cosechar una adhesión de más del 70 por ciento. Se trata de una región donde las políticas sociales de Lula lograron sacar a millones de personas de la pobreza. Tras la asunción de Temer en 2016, y debido a los recortes en los planes sociales, la situación en la región cambió.