El miércoles 24 el magisterio de todo el país –agremiado por la Ctera y el Sadop– para y se moviliza hasta las puertas del Congreso de la Nación en rechazo del presupuesto nacional 2019. Explican con números que, de aprobarse la (des)inversión educativa programada, áreas clave como la infraestructura escolar o los programas que acompañan la inclusión plena de niñas, niños y adolescentes se verán crudamente afectadas. Consultado por El Eslabón y desde el campo de las políticas educativas, el ex ministro de Educación de la Nación y profesor de la Universidad Nacional de Hurlingham, Alberto Sileoni, advierte: “Este presupuesto pone en números y palabras lo que ya está ocurriendo: el desmantelamiento de la educación pública”.
¿Qué está en juego con la aprobación de este presupuesto? “Está en juego la profundización de lo que viene siendo una política desde hace treinta y cinco meses, ya no hay muchas más sorpresas. Este presupuesto pone en números y palabras lo que ya está ocurriendo: el desmantelamiento de la educación pública, de la salud pública, de los servicios”, responde Sileoni y recuerda que este corrimiento del Estado tiene perdedores bien claros y que son “los que menos tienen”. Repasa las medidas que desde 2015 han perforado la vida cotidiana de estas poblaciones, que van desde “la suspensión de dosis de vacunas hasta la quitas de pensiones por discapacidad”. También la doble vara para medir qué es lo que vale en una sociedad atravesada por el mercado: “Hay que pagar el gas porque «es lo que vale» pero no hay que pagarles a los educadores «lo que valen», ni a los asalariados, ni al resto de la sociedad”.
Para Sileoni el presupuesto proyectado es un indicador del “aprecio” que el Gobierno de Cambiemos tiene por la educación. Las medidas oficiales tomadas en detrimento del sector acompañan esta afirmación. “Mintieron cuando dijeron que iban a sostener las políticas educativas que estaban bien: no hay libros, no hay tecnologías, no hay formación docente. Mintieron cuando dijeron que con el ahorro de Fútbol para Todos construirían tres mil jardines: no hicieron ni una cosa ni la otra; bajaron los salarios y agredieron a los docentes; amontonaron en un solo Ministerio a Educación, Ciencia y Cultura porque no tienen el menor aprecio por esos derechos sociales; demolieron los canales educativos (Encuentro y Paka Paka). Y lo que no eliminan lo subejecutan al extremo, como ocurre con la educación técnica o las becas”, repasa.
Alberto Sileoni fue ministro de Educación de la Nación entre 2009 y 2015, antes acompañó como viceministro a Daniel Filmus (entre 2003 y 2006) y a Juan Carlos Tedesco (entre 2007 y 2009). En todos esos años se aprobaron en el país leyes relevantes para la enseñanza pública: la que fija un calendario de 180 días de clases (2003) que pone el acento en la responsabilidad del Estado nacional de asistir a las provincias para garantizar las jornadas escolares. Las leyes de financiamiento educativo y educación técnico profesional (2005). La ley de educación nacional (2006) que extendió la obligatoriedad al secundario y por primera vez miles de chicas y de chicos comenzaron a ser la primera generación en sus familias en conquistar este título. Y la ley de Educación Sexual Integral (ESI) que amplió derechos.
Otro aspecto que marca el ajuste en educación y nombra Sileoni es el desentendimiento estatal respecto de las jurisdicciones. “Transfirieron las responsabilidades (de la educación) a las provincias. En estos días, hay una nota de la ministra de la provincia de Santa Fe (Claudia Balagué) sobre la indefensión en que van a quedar después del retiro del Estado nacional”, señala respecto del reclamo que la funcionaria santafesina le hiciera a los diputados sobre la fuerte caída del financiamiento que se proyecta para la provincia para 2019 (un 22,75 por ciento menos al de este año). Un daño que se sentirá más –afirma– en las provincias del Norte del país.
“El presupuesto disminuye –amplía el ex ministro– pero también disminuyen los recursos para controlar los lavados de activos. Esta es la inteligencia global de esta alianza que gobierna la Argentina: menos derechos pero también menos controles para las evasiones, y en favor del deterioro del resto de la sociedad. Como decimos siempre: unidad, inteligencia, pensar cómo luchar contra esta derecha y hacer todos los esfuerzos para que no estén en el poder en diciembre del año que viene. Porque cuatro años serán muy difíciles pero ocho años serán la disolución de una parte significativa de los valores de la sociedad argentina”.
Los números del ajuste
“La Ctera no va a ser cómplice de un presupuesto educativo a la medida de los mandatos del FMI que traerá como consecuencia más ajuste y una educación cada vez más pauperizada”, declararon desde la confederación liderada por Sonia Alesso cuando se resolvió, en un plenario de secretarios generales, el paro y movilización del próximo miércoles 24 de octubre. Desde la organización sindical señalaron que “el recorte presupuestario en educación para 2019 significará un 39 por ciento de caída real del presupuesto”. Y graficaron cómo afectará en números algunas de sus áreas: el 77 por ciento menos en infraestructura; el 68 por ciento menos en edificios para jardines de infantes; el 69 por ciento menos para computadoras (antes Conectar Igualdad); el 36 por ciento menos para la formación docente; el 60 por ciento menos en Programas Socioeducativos (como ajedrez escolar, coros y orquestas infantiles, entre otros) y el 35 por ciento menos en becas para los estudiantes.
Desde Ctera recordaron que a esos datos se agregan los que hacen las condiciones de trabajo de la docencia además de manifestar el rechazo a cualquier tipo de privatización y mercantilización educativas.