Gran Bretaña se niega a devolver el oro que Venezuela tiene depositado en Londres y que ahora busca repatriar. En septiembre de 2017, el gobierno de Mauricio Macri envió al Reino Unido 462 millones de dólares en lingotes de oro.
Los depósitos en oro que Londres no quiere retornar a Venezuela son equivalentes a unos 550 millones de dólares y, según la agencia de noticias Sputnik, no solo la economía venezolana se vería afectada si el Reino Unido mantiene su negativa a devolver el oro que reclama Caracas.
Rusia es uno de los principales compradores de oro en el mundo y Venezuela está entre sus proveedores del metal precioso. Solo en el tercer trimestre de este año, el Banco de Rusia adquirió una cantidad récord de 92,2 toneladas de oro que elevó las reservas rusas del preciado metal por encima de las 2.000 toneladas.
Fiebre del oro
En el mercado mundial se ha desarrollado una nueva “fiebre del oro”. Países tan diferentes por su situación política y económica como Turquía, Kazajistán, la India o Polonia han aumentado sus compras del metal. Por lo tanto, las sanciones de EEUU contra el oro venezolano y la negativa del Reino Unido a devolverlo son una amenaza directa para los intereses económicos de Rusia, afirmó Antón Krilov, columnista del periódico Vzglyad.
Países como EEUU y las principales economías europeas no compran oro por una razón obvia: ya lo poseen en gran cantidad. Alemania, por ejemplo, tiene alrededor de 3.400 toneladas del metal precioso y una parte de ellas están almacenadas en EEUU desde 1951.
El país europeo intentó repatriar su oro durante muchos años, pero solo fue el año pasado que logró retornar 300 toneladas a su territorio. No obstante, según algunos expertos, no era el mismo oro que Alemania había trasladado a los almacenes y más bien parece comprado por Washington en el mercado para sustituir lo que había vendido.
Según Krilov, lo mismo podría estar pasando en Londres. En el mercado de momento no hay oro disponible y la negativa del Reino Unido a devolver a Venezuela sus reservas de este metal se debe a que las habría vendido hace tiempo.
La segunda razón por la que Rusia se ve afectada por las sanciones contra Caracas y por la renuencia de Gran Bretaña a devolver el oro, es la estrecha cooperación económica con Venezuela. Por ejemplo, la empresa petrolera estatal venezolana Pdvsa recibió a partir del 2014 anticipos de la empresa rusa petrolera Rosneft por un total de 6.500 millones de dólares.
Rusia está interesada en que Venezuela siga siendo solvente, por lo que cualquier acción dirigida contra la economía del país sudamericano amenaza los intereses rusos, apunta el analista.
El 1º de noviembre pasado, el presidente de EEUU Donald Trump ordenó la imposición de sanciones diseñadas para bloquear las operaciones de Venezuela con sus reservas de oro.
Como se indica en el documento, la administración de EEUU intenta evitar que las autoridades del país latinoamericano, “malversen la riqueza de Venezuela por sus propósitos corruptos” y “dañen la infraestructura de Venezuela y la ecología del país a través de una mala gestión”.
En ese sentido, Washington prohíbe a los estadounidenses operar “en el sector de extracción de oro en Venezuela”, y esas medidas podrían extenderse a cualquier otro sector de la economía venezolana.
Caracas inició gestiones para recuperar 14 toneladas de oro, valoradas en unos 550 millones de dólares, que están almacenadas en bóvedas del Banco de Inglaterra.
La medida se debe a la preocupación que le generan al gobierno de Nicolás Maduro las sanciones económicas internacionales, así como los posibles embargos de los acreedores. Sin embargo, Caracas todavía no ha recibido el oro solicitado, que forma parte de las reservas internacionales del país latinoamericano.
El oro argentino que Macri envió a Inglaterra
Con esos antecedentes, queda al desnudo la imprudente decisión de Macri de permitir que el año pasado el Banco Central envíe a Inglaterra reservas por 462 millones de dólares en lingotes de oro.
Las 11 toneladas del metal precioso forman parte de las reservas y según informó en su momento el diario Clarín, “la estrategia del Bcra es migrar parte de las reservas monetarias de oro al mercado internacional para hacer operaciones de carry trade y obtener rentabilidad sobre los lingotes”.
Sin embargo, a más de un año de la expatriación del oro, nada se sabe del destino, rentabilidad o pérdidas que pudiera haber derivado de aquella operación que encabezó Federico Sturzenegger, titular del Bcra por entonces.
El oro –siempre según el diario de Magnetto– debía alquilarse en los mercados internacionales. “Se reinvertirá en operaciones más rentables (generalmente se elige un swap de yenes), generando así una operación de carry trade. Esto ya lo estamos haciendo con todo el oro que tenemos en Londres, porque al colocarlo en esa plaza financiera podemos ampliar su utilización”, confirmaron a Clarín desde la autoridad monetaria.
Como los lingotes no se venden, sino que se rentan, Sturzenegger decía hace un año, muy suelto de cuerpo, que la operación “no afectará al número final de tenencia total de este metal”.
El oro –equivalente a unos 402 millones de dólares- fue comprado en abril de 2012 por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, cuando la gestión del Bcra estaba en manos de Mercedes Marcó Del Pont, y se calcula las reservas monetarias argentinas en ese metal deberían contabilizar unos 2.529 millones de dólares.