Trump y otro capítulo de su película bizarra en defensa del muro fronterizo con México, mientras sigue la parálisis presupuestaria. La CNN dice que el magnate bajó su nivel de popularidad.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insiste en su lucha por la construcción de un muro que considera fundamental para impedir la inmigración ilegal. La semana pasada lo hizo con un discurso televisado “a la Nación” sobre «la crisis de la Seguridad Nacional y Humanitaria en nuestra Frontera Sur» para, luego, visitar la frontera. Habló en cadena de drogas, sangre y muerte, y cerró en McAllen, Texas, aclamado por una claque que lo vitoreaba y rodeado de la Patrulla Fronteriza. Pero la parálisis presupuestaria sigue por tercera semana y algunos estadounidenses comienzan a fastidiarse.

Según publicó la CNN este lunes, una nueva encuesta le da un bajo nivel de popularidad y muchos de los encuestados dicen no estar de acuerdo con la construcción del muro fronterizo.

La semana pasada Trump puso en escena su dotes de televisivas para machacar sobre la imperiosa necesidad de levantar el paredón en la frontera con México. Sin embargo, muchos analistas consideraron que Trump evitó declarar el estado de emergencia, lo que le hubiera permitido utilizar fondos militares para llevar a cabo el proyecto, aunque lo siga blandiendo como amenaza otra vez esta semana.

Trump llegó el jueves pasado a McAllen, Texas, una ciudad de 143.000 habitantes, firmando autógrafos y aclamado por una multitud, en una escena que parecía sacada de aquella película bizarra de Robert Rodríguez, Machete.

Allí, el magnate habló con los guardias fronterizos, recorrió la zona de frontera en donde se apilaban gigantes paquetes de droga “interceptados” y supuestas armas requisadas a los inmigrantes detenidos cuando intentaban cruzar la frontera, en una puesta en escena digna de los films clase B.

Luego, al hablar a la prensa, amenazó que si el Congreso no aprueba la construcción del muro declarará el estado de emergencia, con lo que destrabaría los fondos militares para llevar adelante el proyecto. Algo que podría haber decidido sin más el pasado martes y que sin embargo no hizo.

El día posterior, Trump había abandonado abruptamente las negociaciones presupuestarias con los demócratas en Washington con lo que se mantiene la tercera semana del polémico «shutdown» (cierre), esto es la parálisis parcial de la administración federal.

La fuerte disputa con los opositores en el Congreso provocó el cierre parcial de diferentes órganos del gobierno federal, pero Trump insiste en la liberación de más de 5.000 millones de dólares para construir el tan cuestionado muro fronterizo frente a México que había prometido en su campaña electoral. En lo único que estaría dispuesto a ceder es en que el muro se haga de hierro en vez de concreto para reducir el gasto.

En un mensaje de Trump el martes en cadena desde el despacho oval en el horario de máxima audiencia, repasó una serie de crímenes supuestamente cometidos en suelo estadounidense por inmigrantes ilegales y preguntó a cámara: “Cuánta más sangre de estadounidenses hay que derramar para que los congresistas hagan su trabajo?”
“Nuestra frontera sur es un canal para la entrada de vastas cantidades de drogas ilegales, como la metanfetamina, la heroína, la cocaína y el fentanilo. Cada semana, 300 de nuestros ciudadanos mueren tan solo a causa de la heroína, de la cual el 90 por ciento fluye por nuestra frontera sur”, disparó Trump.

Pero más allá de las declaraciones altisonantes, los analistas leyeron que al fin de cuentas no tomó la decisión de declarar el estado emergencia y que hubo un cambio en cuanto a quién pagará el famoso paredón ya que Trump sostuvo ahora que «se financiará indirectamente por el gran acuerdo comercial con México», lejos de la afirmación de campaña en la que decía que sería directamente México quien lo haría.

“Cuando dije que México pagaría por el muro frente a miles y miles de personas, obviamente nunca significó que México firmaría un cheque”, se defendió en Texas, Trump, ante la pregunta de los periodistas.

Los demócratas, que han recuperado el control de la Cámara de Representantes en el legislativo después de las elecciones de mitad de período, reiteran que se oponen a financiar este muro que consideran «inmoral», caro e ineficiente.

Trump amenaza con eludir al Congreso invocando poderes de emergencia para ordenar la construcción. Esto le permitiría buscar fondos alternativos para construir la muralla y posiblemente darle vía libre para reabrir partes del gobierno federal cerradas a partir del diferendo con el legislativo. Pero sabe que los opositores lo acusarían de un exceso de poder presidencialista y le responderían con reclamos ante las cortes.

Por su lado, los demócratas acusan a Trump de inflar la «crisis» fronteriza y consideran que el muro es un truco político que no vale el dinero que demandaría de los contribuyentes.

La parálisis

Como represalia de la negativa de aprobar los fondos para construir el muro, Trump se ha negado a firmar un paquete de gastos más amplio, lo que deja a algunas secciones del gobierno federal sin fondos y a 800.000 empleados sin cobrar.

«El hecho es que el presidente Trump ha elegido tomar como rehenes a servicios críticos como la salud, la seguridad y el bienestar de los estadounidenses y retener las nóminas de 800.000 trabajadores inocentes», dijo la opositora Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes. “Quiere forzar al contribuyente a financiar un muro caro e ineficaz que siempre dijo que haría pagar a México», recordó.

En tanto, el mandatario anunció que, por culpa de los opositores, no asistirá al foro económico de Davos, que se celebrará entre el 21 y el 25 de enero. “Por la intransigencia de los demócratas sobre la seguridad fronteriza y la gran importancia que tiene la seguridad de nuestra Nación, respetuosamente cancelo mi importante viaje a Davos, Suiza, para el Foro Económico Mundial. ¡Mis sentidos saludos y disculpas!”, escribió el republicano en su cuenta de la red social Twitter.

Este lunes, la CNN publicó que una encuesta le da un bajo nivel de popularidad a Trump y muchos de los encuestados dicen no estar de acuerdo con la construcción del muro. La semana pasada también se había publicado otro sondeo de Reuters/Ipsos en el que el 51 por ciento de los adultos creía que Trump «merece la mayor parte de la culpa» por la crisis. Según el sondeo, otro 32 por ciento culpa a los demócratas por el cierre y el 7 culpa a los republicanos.

 

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