Para peritar los celulares de Marcelo D’Alessio fue necesario llevarlo adonde los retiene el juez interviniente. El contenido atemoriza a Comodoro Py, políticos y periodistas, y complicaría aún más al fiscal Carlos Stornelli.
En una investigación llevada adelante por el periodista Raúl Kollmann y publicada en Página 12 de este viernes, pudo establecerse que el lobista y falso abogado “debió ser llevado al lugar donde realizaban el peritaje para que con la imagen de su rostro y las claves necesarias se pudieran desbloquear sus tres teléfonos”.
El investigador añade que “la apertura de los móviles inquieta a actores de la política, la justicia y hasta el periodismo”, que seguramente temen por los alcances del contenido.
Luego de idas y vueltas, D’Alessio por fin aceptó desbloquear sus celulares, en los que estarían grabados los chats que compartió con Stornelli. “La pelea para evitar la apertura de los celulares de Marcelo D’Alessio –cuyo contenido inquieta a actores de la política, la justicia y hasta el periodismo– estalló en medio del peritaje de los aparatos y derivó en un escena de escándalo”, relata Kollmann.
El problema era que ni el juez Alejo Ramos Padilla ni los peritos podían ingresar al contenido de esos teléfonos, por lo que el magistrado ordenó trasladar al lobista –que se encuentra detenido en el penal de Ezeiza– al edificio Guardacosta de la Prefectura Naval.
La resolución de Ramos Padilla indicaba que los móviles debían ser abiertos en forma “voluntaria o compulsiva”, y de ese modo, con la imagen del rostro de D’Alessio y las claves correspondientes –única manera de que el teléfono se encienda– se lograron activar.
El perito de parte del abogado trucho, señala Página 12, “montó en cólera, y se retiró diciendo que era todo ilegal porque no estaba presente el abogado defensor”, y “al final del día, el abogado Claudio Fogar presentó un habeas corpus en el que pedía que urgente se frenara el estudio en marcha, que es clave para la investigación, ya que permitiría determinar la responsabilidad, entre otros, del fiscal Carlos Stornelli, en la presunta extorsión denunciada por el empresario ruralista Pedro Etchebest”.
Kollmann va más allá, puesto que considera que, además, el contenido de los celulares “podría dar una noción del alcance de los negocios y manejos extorsivos que siempre fueron vox populi en tribunales pero nadie prueba”. El informe agrega que “a última hora, según pudo reconstruir PáginaI12 por allegados a la causa, ya se había rescatado parte de la información almacenada y el juzgado ordenaba medidas de prueba”.
El periodista recuerda que “los celulares de D’Alessio se convirtieron en la pesadilla de muchos desde que se conoció la denuncia de (el empresario Pedro) Etchebest, quien contó que D’Alessio le pedía dinero bajo coacción en nombre de Stornelli para no quedar implicado en la causa de los cuadernos”.
Kollmann interpreta que “los primeros intentos por evitar la apertura se produjeron a través de otro tipo de estrategias como las maniobras para quitarle la causa a Ramos Padilla con pedidos de inhibición, planteados por el propio D’Alessio y por el fiscal Stornelli en el contexto de la denuncia que hizo –tardíamente– éste último. Como la pelea por la competencia demora un tiempo, hasta que todas las partes opinan y luego resuelve un tribunal superior, el paso clave era la pericia de los celulares”.
Lo cierto es que pudieron ser desencriptados los tres celulares que usaba D’Alessio, de los cuales los considerados clave son un Iphone 8 y un Iphone 10, que esperaban este jueves a su dueño “en la mesa de la sala de Prefectura”, y que “se pueden abrir por reconocimiento de rostro, huella digital o clave secreta, pero además tienen la capacidad de destruir la información que contienen”.
El artículo de Página 12 revela que “más de una decena de peritos estaban reunidos por la mañana (del jueves) y varios de ellos le señalaron a Ramos Padilla que iba a ser imposible abrirlos. Había peritos de la Procuración, de la fiscalía, de la Corte Suprema, peritos de las parte y de la Prefectura”.
El magistrado entonces redactó la resolución y notificó a D’Alessio que sería llevado “voluntaria o compulsivamente” para tomar una imagen del rostro, poner su huella digital o para que brinde las claves.
Según el matutino porteño, “a disposición decía que era una prueba no invasiva y que estaba dentro de la legalidad. Una vez que el hombre que también se decía agente de la DEA estuvo delante de los peritos, el juez le preguntó: «¿Va a colaborar o lo hacemos por la fuerza?». El perito de parte, de la defensa, Rubén Martín, empezó a discutir con Ramos Padilla. Le decía que no se podía hacer nada si no estaba el abogado defensor, que se estaban violando principios básicos del derecho de defensa. El juez replicaba que el abogado había sido notificado como todos de la pericia y que sin embargo no había asistido. Martín se retiró del lugar intempestivamente. D’Alessio quedó allí y según describieron testigos del momento, «no hubo que utilizar la fuerza»”.
Todo indica que Ramos Padilla “recuperó información que empezó a analizar de inmediato y ordenó, en función de algunos hallazgos que no trascendieron, nuevas medidas de prueba”.
Como contraofensiva, “el abogado Fogar fue por la tarde a presentar un habeas corpus con la esperanza de que el juez Mariano Iturralde mande a frenar todo. Planteó que llevaron al imputado para ser objeto de una pericia sin haberlo notificado a él, que es su defensor, de esa situación y que esto agrava las condiciones de detención de D’Alessio. A última hora, agentes del juzgado y la fiscalía seguían analizando datos. Se están peritando también computadoras y cotejando si las capturas de pantalla que D’Alessio le mandaba a Etchebest para mostrarle su vínculo con Stornelli son montajes o son reales. Lo cierto es que en Comodoro Py, y más allá, cunde el pánico”, cierra el informe el periodista de Página 12.