“El Fondo Monetario (que no va a las urnas) se dio la tarea de garantizar la política económica en curso de la Argentina más allá de los resultados electorales de octubre”, señaló un informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) hace su propio juego, que también es el juego de Estados Unidos para tener injerencia en los países de la región, la mayoría inmersos en una nueva ola neoliberal. “El FMI como agente institucional del capital financiero y, particularmente, de los acreedores de la deuda pública argentina, se ha dado a la tarea de garantizar la política económica en curso más allá de los resultados electorales de octubre”, se indicó en un informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) que coordina el economista y dirigente de Unidad Popular Claudio Lozano.
El organismo internacional de crédito quiere mantener vivo el actual modelo económico de ajuste y libre mercado más allá del macrismo y de quien resulte electo en los comicios presidenciales de este año. Si bien el gobierno de Cambiemos ensayará algunos retoques cosméticos para intentar suavizar los golpes de una economía en crisis sobre el grueso de la población y así mejorar sus chances electorales, lo cierto es que tiene poco margen de maniobra por estar sujeto a los designios del Fondo.
En el informe titulado “El FMI y la oposición política” se consideró que la jugada del FMI “trata de blindar la política vigente más allá de un eventual cambio de gobierno. En ese marco se inscriben las reuniones con (Juan Manuel) Urtubey, (Axel) Kicillof, (Sergio) Massa, (Ricardo) Lavagna, la CGT, etcétera”.
Al enfocar el rol de los opositores, el documento realizado por el IPyPP sostuvo que los planteos del actual gobernador salteño (Urtubey) y su equipo fueron “más propios de un aspirante a integrar el staff del organismo para auditar la Argentina que el de un candidato a presidir el país defendiendo el interés de sus habitantes”.
Y continuó: “Para el caso de Lavagna, Kicillof y Massa está claro que en ellos se expresa la idea de que hay que renegociar el acuerdo. No obstante, en el caso de los que integran el Frente Renovador (Massa, Lavagna) no se entiende bien por qué, si hoy tienen esta posición, algunos diputados de su bloque facilitaron el tratamiento del Presupuesto acordado con el FMI y, haciendo historia, validaron la negociación con los fondos buitre y el blanqueo de capitales que, articulados, fomentaron el proceso de endeudamiento y fuga que han caracterizado los tres años del macrismo”.
Según el análisis de situación que hicieron desde el IPyPP, la única estrategia viable para defender los intereses de la Argentina es plantear la nulidad del acuerdo con el FMI. Hacerlo “es abrir la puerta a una revisión del endeudamiento argentino en base a una clave distinta a la que hemos seguido desde que comenzó la democracia en nuestro país”, sugirió, y completó: “Las deudas se pagan, las estafas no, debiera ser la clave política que conduzca una nueva manera de posicionar al país frente al problema, ya histórico, del endeudamiento”.