El secretario adjunto de la Asociación Bancaria, Sergio Rivolta, reclamó que se cumpla la ley que obliga a las entidades a que el público no espere más de media hora para ser atendido. El lunes falleció un jubilado en una cola.
La ley denominada de Trato Digno fue aprobada en febrero de 2018, y establece como “práctica abusiva” y contraria al “trato digno” a la espera por un lapso mayor a treinta 30 minutos en la atención al público dentro del ámbito de la provincia de Santa Fe.
El precandidato a diputado provincial en la lista interna del peronismo que encabeza Lucila de Ponti recordó que el lunes pasado “un jubilado falleció en la fila del banco Superveille, mientras esperaba ser atendido”.
La ley, cuyo autor fue el diputado provincial Luis Rubeo, no fue reglamentada aún por el gobernador Miguel Lifschitz. En ese sentido, Rivolta explicó que “aunque la normativa fue aprobada hace un año, el gobierno provincial todavía no da señales de querer cumplirla, porque todavía no la reglamentó, ni determinó la autoridad de aplicación que deberá velar por su cumplimiento”.
El secretario adjunto de la Bancaria de Rosario amplió: “El gobierno no escuchó los reclamos que desde nuestro gremio venimos llevando adelante, y así terminamos con un abuelo muerto”.
Rivolta sentenció: “Ya que no tiene en cuenta a miles de jubilados, discapacitados y embarazadas que lo votaron como gobernador, sería bueno que Lifschitz, candidato del socialismo a diputado, no se haga el sonso y respete al menos lo dispuesto por la Cámara legislativa de la cual quiere formar parte”.
Asimismo, Rivolta sostuvo que otro efecto positivo de la puesta en marcha de dicha ley, además del trato digno de los usuarios, es que “los bancos deberían incorporar trabajadores para el buen funcionamiento de las sucursales, ampliándose el mercado laboral en el contexto de crisis que estamos sufriendo.”
La norma, registrada bajo el número 13.712, rige en entidades bancarias, financieras, mutuales de ayuda económica, empresas prestadoras de servicios públicos, compañías de telefonía móvil, medicina prepaga, servicios de televisión por cable y/o internet, entre otros. Establece para garantizar el buen cumplimiento, que los bancos deberían tener un libro de entrada y salida de clientes y un libro de quejas.