Tras las revelaciones de una investigación periodística acerca de que el Lava Jato fue manipulado, surgieron nuevo mensajes y chats que involucran al ex juez y actual ministro Sergio Moro y al Supremo Tribunal de Brasil.

Nuevos y reveladores chats confirman que la Justicia brasileña puso en marcha una maquinaria perversa para eliminar a Inacio Lula Da Silva de la carrera hacia la Presidencia de Brasil.

El diario Folha de Sao Paulo publicó otra tanda de chats privados entre el ex magistrado y actual ministro de Justicia Sergio Moro y el fiscal “anticorrupción” del caso denominado Lava Jato, Deltan Dallagnol. En esos intercambios se demuestra que ambos planeaban y organizaban el avance de los casos con la ayuda y apoyo del Supremo Tribunal Federal (STF).

El diario paulista, tras acordar con The Intercept Brasil, la web que hizo públicos los primeros chats hackeados entre Moro y Dallagnol, mostró chats de 2016, época en que el entonces juez estaba preocupado porque suponía que el ministro del STF Teori Zavascki –muerto en un accidente aéreo en 2017– habría de quitarle casos en los que él intervenía, entre ellos el de Odebrecht.

Así, en marzo de 2016 la Policía Federal brasileña permitió que se filtrara a los medios una porción de la investigación sobre el esquema de corrupción que llevaba adelante la gigante constructora Odebrecht.

Moro, precisamente, ya había sido cuestionado por el STF por filtrar a la prensa las escuchas telefónicas de Lula y temía que el juez Zavascki se apoyara en esa nueva filtración para arrebatarle algunas de las causas del Lava Jato y derivarlos a diferentes magistrados de primera instancia.

En ese marco fue que tomó contacto con Dallagnol, a quien hizo partícipe de su preocupación y de la necesidad de controlar al STF. El fiscal le dijo que no se preocupara, le reveló que él ya había entrado en contacto con la Procuraduría General de la Unión, y le recomendó que remitiera otra investigación, vinculada a Odebrecht. Además, se comprometió a hacer avanzar los casos más rápido.

Moro también le comunicó su temor por las «presiones» para que el Consejo Nacional de Justicia (CNJ) investigara su conducta ya que ya se empezaban a acumular las críticas por el uso de confesiones de acusados y procesados por corrupción y por la falta de evidencia concreta en el caso contra Lula. Dallagnol le prometió hablar con el representante de la Fiscalía en dicho Consejo.

Dallagnol aseguró: “Que sepas que no sólo la inmensa mayoría de la sociedad está contigo, sino que nosotros haremos todo lo que sea necesario para defenderte de injustas acusaciones”.

Desde el ministerio de Moro no niegan del todo la autenticidad de los chats publicados, pero alegan que se trata de una violación a la intimidad y denuncian el delito que representa hackear su teléfono.

Ya en los últimos días, el ex juez de primera y actual ministro reconoció que discutió sobre lo procesos de la operación del Lavo Jato con el fiscal que coordinaba todos los casos, algo expresamente prohibido por las leyes brasileñas.

Para Lula, los chats filtrados demuestran la arbitrariedad con la que el actual ministro avanzó las causas, impulsado –según denuncian– por motivaciones políticas, más que judiciales.

Los chats publicados ahora por The Intercept y Folha son la segunda parte del informe que se conoció el 9 de junio pasado, que se presume fueron hackeados a los fiscales del lava jato, quienes desde 2014 venían intercambiando información a través de grupos de Telegram.

The Intercept Brasil es dirigido por el periodista estadounidense Glenn Greenwald, a quien Edward Snowden, el ex analista de inteligencia de la CIA, reveló los programas de espionaje que utilizaba la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).

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