En un duelo clave por los promedios, Rosario Central igualó 1 a 1 ante Colón, en el Cementerio de los Elefantes, por la 5ª fecha de la Superliga. Rodrigo Aliendro pegó primero para los santafesinos, y Claudio Riaño empató luego.
El torneo local puso cara a cara a dos equipo necesitados en el mediodía en la ciudad de Santa Fe. Con urgencias similares por los flacos promedios, no lograron sacarse ventaja, y ahora la posición del auriazul dependerá de otros resultados, como el de Newell’s por ejemplo.
La mañana en el Brigadier Estanislao López arrancó movida, sin tiempo para hacer fiaca. El local avisó primero, con un remate de Marcelo Estigarribia, que obligó a una gran tapada de Jeremías Ledesma. El ex Newell’s encontró boyando una pelota en el área, una situación que se irá repitiendo con el correr del tiempo, y que tendrá consecuencias peores.
Después llegó el Canaya, con un disparo cruzado de Emanuel Brítez, estilo buscapié, que pasó muy cerca del palo más lejano de Leonardo Burián. El balón cruzó todo el área, y por poco no fue alcanzado por la pierna de Lucas Gamba, a quien le hubiese bastado un leve desvío para complicar las chances del arquero.
Más tarde, Leonardo Gil probó de tiro libre y el guardavallas uruguayo sacó por arriba del travesaño, y Ledesma se volvió a lucir con un disparo lejano de Fernando Zuqui. Y así transcurría el partido, con chances de ambos lados cada vez que se acercaban a los arcos.
Quien rompió el cero fue Rodrigo Aliendro a los 18’: capturó un rebote a la altura del punto penal, y a diferencia de la jugada del paraguayo Estigarribia, éste la mandó al fondo de la red, haciendo imposible cualquier intento de contener esa media vuelta certera.
El conjunto dirigido por Diego Cocca padecía cada vez que la pelota quedaba sin dueño en las inmediaciones de su arco. Al auriazul le volvió a costar defender una jugada similar a las anteriores, y debió contar nuevamente con los reflejos de su arquero, que tapado y todo, se encontró con la pelota, que venía lenta pero entre varios cuerpos.
Pero cuando parecía que el descanso se irían con ventaja sabalera, una insólita jugada le dio la igualdad a Central. La defensa rojinegra movió para atrás un insignificante tiro libre, para que sea despejado por Burián. Pero la presión de Gamba tuvo efecto, recuperó el balón y habilitó –dejando al arquero atrás– a su compañero de ataque Claudio Riaño, que a los 40’ definió con el solo obstáculo de un defensor.
El segundo tiempo ya fue distinto, con escaso peligro. A los de Arroyito les costó hacerse de la redonda, y los de la capital provincial, que la tuvieron un poco más, no supieron sacarle provecho. Las aproximaciones se originaron más por errores ajenos que por virtudes propias.
En tiempo de descuento, tuvieron una cada uno: Ciro Rius, incómodo, no pudo empujar la pelota casi abajo del arco; y en la réplica, el delantero Wilson Morelo anticipó a todos en el primer palo, y también acarició el triunfo.
Canayas y Sabaleros, fecha a fecha, entran y salen constantemente de la zona roja. Este era un partido importante para ambos, ya que dividen iguales. El juego de Central aún no cierra, pero por lo menos no se vuelve a Arroyito con las manos vacías. Ahora se viene el clásico, duelo también de necesitados.