Un informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz da cuenta cómo Cambiemos no dudó en quemar sus manuales liberales al momento de hacerle frente a la crisis financiera, con tal de llegar con vida a las elecciones del 27 de este mes.

Con el único objetivo de mantener alguna chance en los próximos comicios, el gobierno de Cambiemos pareció aplicar la máxima de Groucho Marx: “Estos son mis principios; si no le gustan tengo otros”.  En el último informe de coyuntura del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Cepo), se indicó: “El modelo económico de endeudamiento y especulación que estableció Mauricio Macri agoniza y en su caída se lleva puestos todos los principios económicos liberales que le dieron origen”.

“La necesidad tiene cara de hereje”, creen desde el Ceso, para explayarse: “Ante la amenaza de una corrida cambiaria que se expandía hacia los depósitos bancarios, los ortodoxos funcionarios de Cambiemos no dudaron en quemar sus manuales liberales”, abundaron. Y vayan algunos ejemplos: fuertes intervenciones directas para estabilizar el dólar, obligación a exportadores de liquidar divisas en un breve plazo, estiramiento forzoso de los pagos para deudas de corto plazo y hasta el tantas veces maldecido “cepo” a la compra de divisas, fueron parte del combo heterodoxo con el que el oficialismo busca perdurar.

La bajada de barreras cambiarias se hizo a los apurones, en un contexto delicado que enciende luces rojas para el próximo gobierno. “Luego de las Paso, comenzó la cuarta etapa de la corrida cambiaria que se inició en marzo de 2018. Una vez más, el gobierno volvió a gestionar mal las presiones cambiarias con una tardía y tímida intervención inicial, que permitió que se masifique el pánico cambiario, culminando en la implementación de controles cambiarios”, recordaron desde el Ceso.

El informe también hizo hincapié en la “intervención tardía” del BCRA, con un mecanismo de intervención que ya se había mostrado como ineficaz en el pasado. Pero al macrismo todo se le vino en contra.

Desde el Ceso repasaron las consecuencias de escupir para arriba: “La devaluación post Paso era parte de una estrategia oficial por demonizar a Alberto Fernández ante los mercados, en un intento de condicionar el programa económico de la oposición y amenazar a la población por haber votado al populismo. Pero la estrategia oficial se transformó en un búmeran, que agravó la corrida cambiaria, incitó la salida de depósitos, estimuló el remate de los bonos argentinos en los mercados financieros y terminó congelando el desembolso de 5.400 millones de dólares de la cuota de septiembre por el acuerdo con el FMI”.

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