Mariano Carreras, periodista que preside la cooperativa que formaron trabajadoras y trabajadores del periódico El Correo de Firmat, presentará en Rosario su libro Pibit@s, pura belleza sencilla y profunda.
La cita es para el próximo domingo a partir de las 21 en el Centro Cultural La Bartolina, en calle Salta 2817. Y Carreras estará acompañado por las cadencias musicales que ofrecerán David De Gregorio y Emiliano Zambrano, más “el espectáculo del compositor y músico, Fer Romero”, según se anunció en El Correo, que hace apenas unas semanas cumplió 105 años de presencia en Firmat, los últimos 2 bajo conducción de sus laburantes.
Las referencias al medio y su inserción en el movimiento de la autogestión es inevitable desde este diario digital, también producido por una cooperativa de trabajo que se siente hermanada con la del Correo; y desde este cronista, que aprecia y quiere a la gente de Firmat y a Carreras por su capacidad, su sensibilidad y su coherencia a la hora de ejercer el periodismo y militar por el espacio de los trabajadores y trabajadoras sin patrón.
Ahora, tras leer Pibit@s, a Carreras se lo aprecia y quiere también por haber compartido los relatos que dan forma al libro.
Breves, afinados, reflejo de todo un universo como el de la infancia, proyectada y revisada desde diversas edades pero siempre simples, francos, precisos, proveedores de asombro y sonrisas, como las pibadas. Así resuenan los textos, editados con el respaldo de Espacio Santafesino, programa del Ministerio de Innovación y Cultura, cuya titular, Chiqui González, puso letra a las primeras páginas “a modo de prefacio y presentación”.
Pero no solo letras dan forma al libro. La tapa y buena parte de los relatos cuentan con ilustraciones de Ariel Bertolotti, cuya empatía con los escritos dan cuenta de un vínculo con el escritor muy fuerte, como esos que se inician de pibitos.
Mariano ya no es un pibito en el sentido estricto de los calendarios. Nació en 1979 en Rosario y pasó su niñez y lo que va de su vida en Firmat, donde además de redactar en el Correo hizo y hace radio y televisión. Mariano ya no es un pibito, cierto, pero parece sentirse bien libre de lo estricto de los calendarios; sobre todo cuando escribe cosas como las que incluyó en el libro que presentará el domingo en La Bartolina. Vean, si no lo creen, uno de los capítulos, el titulado Soles:
De pibes siempre amanecíamos sin la presencia del viejo. Cuando mamá nos invitaba a empezar la jornada, él ya no estaba en casa.
Aunque mucho no entendíamos, intuíamos que todos los días la luna lo esperaba para iniciar la transición hacia el amanecer.
Oficialmente, papá se ganaba el mango trabajando de panadero.
Sin embargo, cuando crecimos supimos la verdad. El viejo tenía otra labor, otro oficio: era fogonero del sol.
Quizás por eso, el cielo de nuestra niñez fue infinitamente azul.
Se levantaba antes de las cinco para encender los motores del día y hacer leudar los primeros rayos de luz. Después corría de a una las nubes que estorbaban la alborada. Si algún día la pereza quería vencerlo o el despertador le jugaba una mala pasada, mamá estaba ahí para darle fuerzas e impedir que aflojara.
Ella era su mayor sol. Y el nuestro.
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