Basta de decir que los jóvenes no se interesan por nada”. El pedido lo hizo una estudiante y se sintió como un grito. Condensaba mucho de lo que se estaba diciendo en el cierre anual del Ver para Saber, un programa municipal que invita a las escuelas secundarias de Rosario a debatir, pensar y realizar un cortometraje. Esta vez, las chicas y los chicos discutieron los estereotipos de adolescencia y de juventud que se impone desde los medios de comunicación hegemónicos. Hablaron de sus deseos, sueños, sufrimientos, de sus luchas y talentos. También pidieron que sus voces sean escuchadas.

¿Cómo hablan los medios de la juventud? ¿Cómo retratan las pantallas a la adolescencia? ¿Se escuchan sus voces? Con estos y otros interrogantes iniciales, estudiantes secundarios de cuatro escuelas realizaron cortometrajes que van por otra mirada en las noticias que los tienen como protagonistas. A sala llena y pororó en mano, las producciones en las que trabajaron todo el año se presentaron en el Centro Audiovisual Rosario (CAR).

La oportunidad de pensar, producir y concretar estos audiovisuales la da el Ver para Saber que –desde 2006- encaran en forma conjunta el CAR y el Museo de la Memoria, dependientes de la Secretaría de Cultura y Educación municipal. Las escuelas se anotan a principio del ciclo lectivo y el programa elige –teniendo en cuenta las motivaciones manifestadas– a cuatro instituciones de diferentes barrios de la ciudad para ser parte de la idea. Las seleccionadas esta vez fueron las escuelas Técnica Nº 625 Guido y Spano, la N° 3136 San Pedro J. Eymard, la N° 8.038 María Bicecci y la N° 384 Dr. Albert Sabin.

Los temas del Ver para Saber cambian cada año. Esta vez les propusieron desarmar cómo la juventud es mostrada mayormente por los medios masivos de comunicación, para llevar esas ideas a un guión: Jóvenes en el medio, se denominó la convocatoria. Ya en abril arrancaron con encuentros colectivos de debates y capacitación. Luego, el perfil del corto, la idea a desarrollar, los discutieron en el interior de cada escuela, donde además se repartieron roles y tareas. Los equipos y la ayuda para concretar el trabajo se las dio el programa municipal, con Mariana Sena, Alejandra Cáceres, Camilo Castiglione, Samanta Baéz, Diego Rolle, Lucila Arias, Fabiana Elcarte y Matías Martín, al frente en el día a día.

Lo que se proyectó al cierre -el jueves 21 de noviembre pasado- fue el producto final de un largo trabajo, sobre el que muchas y muchos confiaron había resultado una experiencia tan difícil como gratificante.

Las producciones

El 4to. año de la Técnica 625 filmó dos cortometrajes a los que llamó El color de mi reflejo y Estamos para cuidarte. Tienen la particularidad de ser diferentes en sus temáticas y a la vez iguales en poner en la agenda preocupaciones principales de la juventud, como las cuestiones de género y el gatillo fácil. Las historias narradas –funcionan integradamente- hablan de lo que pasa a diario, cuando se violenta y estigmatiza la adolescencia.

Queremos que nos escuchen, así se llama el corto del 4to. de la Escuela María Bicecci dedicado a reclamar por la aplicación plena de la educación sexual integral (ESI). En el filme aparece un grupo de estudiantes que se prepara para sumarse a una marcha que pide por la ESI. Entre el armado de carteles y pancartas, debe darse tiempo además para explicarles a los adultos –profesores y periodistas- el alcance de esta educación, el derecho a reclamar y pedir además que no se los descalifique por ser jóvenes. “Pero, no se dan cuenta que los medios de comunicación siempre hacen esto: nos hacen quedar mal…”, comenta en la historia una joven enojada por cómo reflejan las noticias la demanda estudiantil.

Un abuelo toma mate mientras mira los noticieros de la tele. “Son todos unos delincuentes, todos unos drogadictos”, dispara de golpe mientras señala la pantalla. El nieto –sentado al lado- lo interpela en su afirmación, preguntándole cómo sabe que es verdad semejante condena. “Lo dice la tele”, le responde el abuelo como fuente irrefutable. El diálogo, el encuentro entre generaciones, se transforma cuando el chico lo invita a mirar otro canal, otras noticias. El corto se llama Jóvenes en contexto, lo filmaron las chicas y los chicos de la Escuela 3.136, para mostrar otra cara de la juventud, la de ahora y la de otros momentos históricos.

¿Este mundo es una mierda o lo hacemos mierda nosotros? La verdad no lo entiendo…”, se escucha rapear a un joven de la ciudad. Deportistas, compositores y dibujantes ponen palabras e historias al documental que filmaron –el primero del programa- las y los estudiantes del 4to. año de la Escuela Albert Sabin. La producción está pensada para hacer visibles las habilidades en el deporte, la música y el dibujo de jóvenes de barrio Acindar. Al trabajo colectivo lo llamaron Talento de barrio.

El día de la exhibición, entre corto y corto, las y los estudiantes tomaron el micrófono para agradecer al Ver para Saber, presentarse en sus papeles de directoras de cine, de guionistas o responsables de sonido. También para pedir que se deje de decir “que la juventud está perdida” o bien para agradecer que “se escuchen” sus voces, valorar la oportunidad de “conocerse más”, “trabajar en equipo” y “el compañerismo” alcanzado.

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