Omar Perotti asumió con un discurso basado en la producción, el trabajo y la educación. Armó un gabinete que combina experimentados y representación de la unidad del PJ. Seguridad, una sorpresa y un desafío. 

La combinación de “un gringo que creció en el campo” y habla con similar fluidez sobre “valores” más o menos inmutables y de “los jóvenes, el futuro del trabajo y el impacto de las nuevas tecnologías” junto a la eficiencia en la cosa pública, asumió esta semana la Gobernación de Santa Fe. Con un eje puesto en la seguridad ciudadana –para cuya administración escogió dar una sorpresa positiva- y otro en “la producción y el trabajo”, todo aderezado con el necesario cuidado de las cuentas públicas que están más playas que el río Paraná, Omar Perotti se hizo cargo de la Casa Gris con la meta de conducirla los próximos cuatro años en sintonía con la Rosada, por la senda del crecimiento y el desarrollo económicos y el foco puesto en las exportaciones, que aporten las divisas suficientes para pagar la fiesta de los veloces ciclistas financieros.

“No vamos a utilizar el tema de la pesada herencia, como suele decirse. Nosotros sabemos que a las crisis no se las llora, a las crisis se las enfrenta y se las derrota”, afirmó en sus primeras palabras como gobernador en ejercicio de sus funciones.

Experiencia y representación

Para llevar adelante sus políticas, Perotti escogió un elenco que combina representantes de los diferentes sectores del justicialismo que cooperaron en la construcción de la unidad de las diversas vertientes de ese movimiento, con ex funcionarios de las gestiones del fallecido gobernador Jorge Obeid más algunos que desempeñaron funciones con Carlos Reutemann.

Un gabinete puramente peronista, asentado en la experiencia antes que el experimento y corto en términos de paridad de género.

En la grilla oficial tallan Walter Agosto (Economía); Rubén Michlig (Gestión Pública); Adriana Cantero (Educación); Daniel Costamagna (Producción, Ciencia y Tecnología) y Jorge Llonch (Cultura), que cumplieron funciones en alguno de los dos gobiernos de Jorge Obeid.

Esteban Borgonovo (Gobierno); Carlos Parola (Salud) y Celia Arena (Secretaría de Igualdad y Género), que tuvieron desempeños públicos con Carlos Reutemann. Borgonovo también lo tuvo con Obeid, así como Cantero con el ex corredor de autos que en su madurez se volcó a la actividad política.

Silvina Frana (Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat) y Danilo Capitani (Desarrollo Social) participan del armado político que encabeza la ministra nacional, María Eugenia Bielsa, quien compitió con Perotti en las primarias santafesinas.

Roberto Sukerman (Trabajo) pertenece a la línea interna que lidera Agustín Rossi, La Corriente. Erika Gonet (Ambiente y Cambio Climático), supo militar con el ex intendente de Granadero Baigorria, Alejandro Ramos.

El único “nuevo” en el esquema ministerial diseñado por Perotti es una apuesta fuerte: Marcelo Saín (Seguridad). Hacedor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y funcionario bonaerense en Seguridad durante la gestión de León Arslanián, Saín fungió hasta el 10 de diciembre como director del Organismo de Investigaciones (OI), una suerte de Policía Judicial que depende del Ministerio Público de la Acusación (MPA).

Con la base del trabajo realizado en el OI –cuyos frutos se cosechan por estos días en los tribunales-, Saín fue elegido por el gobernador para la delicada área de seguridad. Lo cual implica un enfoque distinto al dominante sobre ese asunto en las últimas gestiones.   

Probablemente influido por la mirada y la trayectoria profesional de Saín, Perotti se animó a hablar durante su discurso de asunción ante la Asamblea Legislativa de la presunta existencia de un “pacto de gobernabilidad” directo o indirecto entre sectores de la política y el delito.

“El desdeño estatal se manifestó en la «vista gorda» policial pero también judicial y política”, aseguró el rafaelino. “Esto se acabó: debe haber una clara línea infranqueable que divida sin más a las instituciones estatales y la legalidad, de un lado, y el mundo delictivo, del otro. Hay que cortar los vínculos con el delito”, completó con atrevimiento.

Hasta ahora, las investigaciones sobre los lazos entre el narcotráfico y el poder público treparon hasta los uniformes policiales, como si allí terminara la cosa.

La posición de Perotti al respecto ya le trajo un cruce con el saliente Frente Progresista. El ex ministro de Gobierno de Miguel Lifschitz, Pablo Farías, quien aseguró que los dichos del mandatario “suena más a slogan de campaña que a discurso de quien tiene que asumir hoy los destinos de la provincia”.

“Para hacer acusaciones de cierto peso e importancia hay que hacerlas más seriamente”, siguió Farías, para quien, sino, “suenan solamente a cosas vacías que después quedan en la nada”. Veremos. 

Sin llantos

En su discurso de asunción, Perotti aseguró que no llorará sobre el déficit derramado, sino que procurará equilibrar las cuentas sin desatender los otros déficits: social, de empleo, de inequitativa distribución de la renta.

“Es bien sabido que estamos en medio de una profunda crisis económica y social a nivel nacional, y en esa emergencia los problemas que nos aguardan en Santa Fe son reales, son graves y son muchos”, sostuvo en su discurso de asunción ante la Asamblea Legislativa.

Agregó que la resolución de esos dramas “no será simple” ni “inmediato” pero –aseguró- “tienen que tener claro todos los santafesinos que: Los vamos a resolver.

El gobernador describió una situación que combina una mala situación fiscal con “niveles de pobreza que avergüenzan en el país y en la provincia” y “alto desempleo”, lo que conlleva “una alta demanda alimentaria” por lo que propuso “ordenar a Santa Fe en todo sentido”.

Perotti señaló que el déficit fiscal ascendía a octubre a casi 10 mil millones de pesos “como consecuencia que los gastos vienen creciendo en lo que va del año 9 puntos porcentuales más que los recursos”.

Contador de profesión, detalló que si “comparamos enero-octubre 2018 con enero-octubre de 2019 el resultado fiscal de la provincia se deterioró un 316 por ciento, no observándose en ese período un deterioro de semejante magnitud en ninguna provincia argentina”. Un palo para la administración socialista. 

Producción y trabajo 

Otro de los acentos que colocó Perotti como eje de su gestión es el de la educación y la innovación. “El futuro de cada ciudad depende cada día más del talento de nuestra gente. Y esto implica una política de cuidados. Cuidar su educación, su salud, su alimentación, su seguridad. Retener esos talentos, impulsar y financiar sus proyectos e internacionalizarlo, dejó de ser una opción, es hoy una necesidad”, apostrofó.

Para eso ratificó que buscará reducir los índices de deserción escolar y con ese fin instaurará el boleto educativo gratuito, para que la falta de recursos no sea un obstáculo para que les chiques no continúen con sus estudios.

Propuso una “Santa Fe fuerte en la defensa del trabajo y de la industria nacional”, que “agregue valor a sus materias primas agrícolas; exporte y lleve el trabajo de su gente al mundo”, en un marco de federalismo.

La idea de Alberto Fernández de gobernar con 24 gobernadores tiene en Perotti a un aliado potente. Le pidió al presidente que además de las vallas de la Plaza de Mayo que ya removió, haga lo mismo con las simbólicas que orlan la avenida General Paz.

“Vamos a despertar a la enorme fuerza que tenemos para producir, para trabajar, para estudiar, y para generar riqueza”, sostuvo el gobernador, para quien “somos un gigante histórico de la producción y del trabajo”.

Perotti también apuntó a “la vieja política” en las palabras de apertura de su gestión. “Lo que no entienden los escépticos, lo que no entienden ciertos sectores políticos y sociales es que el terreno que pisan ha cambiado. Que las picardías y trampas de la vieja política ya no sirven”, afirmó.

Agregó que “sus modos y sus formas son parte de un paradigma gastado. El de los dirigentes alejados de su gente, que no dan cuenta de las políticas de diversidad, de género, del cambio climático, de los jóvenes, del futuro del trabajo y del impacto de las nuevas tecnologías”. Y convocó a “repensar y a interrogarnos sobre esas formas” de hacer política que caducaron.

Si Argentina busca erguirse hasta ponerse de pie con el nuevo proceso político nacional, Santa Fe no quiere aguardar sentada. “El futuro no es lo que va a venir, no es lo que va a pasar. Sino lo que juntos seamos capaces de realizar”, dijo Perotti.

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