Un informe especial del grupo de economistas Mate (Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía) revela la historia y las maniobras evasoras de uno de los grupos económicos más poderosos de la Argentina. “Aducir una situación de crisis es imposible de ser aceptada”, indicaron los especialistas.
El trabajo elaborado por los investigadores Sergio Arelovich, Lavih Abraham, Diego y Marco Kofman y Natalia Pérez Barreda, repasa la historia del grupo que semanas atrás intentó, cuarentena de por medio, despedir a empleados, situación que obligó al gobierno nacional a prohibir esa práctica por 180 días.
“Aducir una situación de crisis en un eslabón de esta trama societaria es imposible de ser aceptada porque requiere analizar el flujo de operaciones entre todos sus componentes”, asegura el informe de Mate, y agrega: “Lo ocurrido con Techint exterioriza una importante deuda en el sistema legal argentino respecto de lo que se debe permitir y no permitir en el régimen de sociedades, acompañando las tendencias globales con estrategias regulatorias propias. El control y la regulación de estos poderes fácticos multinacionales es un desafío para las democracias del Siglo XXI”.
El informe completo
El Grupo Techint en el paraíso
De Puerto Madero a Luxemburgo para fugar dólares
El grupo Techint, cuya radicación en Argentina se remonta a 1947, decidió mudarse unos días antes del estallido social de 2001. La mudanza fue importante: de Puerto Madero a Luxemburgo. Sin embargo no se necesitaron contenedores, sólo un contrato creando empresas allí. De este modo construyó un derecho: el de fugar divisas legítimamente bajo la forma de remesa de utilidades dado que el accionista controlante de las empresas que operaban en Argentina pasó a tener residencia en aquel país europeo.
Sus oficinas de la Ciudad de Buenos Aires fueron asignadas a las empresas radicadas en Argentina, controladas algunas por Tenaris y otras por Ternium, las dos primeras compañías constituidas en Luxemburgo. Esta modalidad, la de radicar una empresa controlante en un paraíso fiscal o bajo regímenes de baja o nula tributación se volvió práctica habitual en la familia de los Rocca, aunque hay que decir que es costumbre corriente de multinacionales y grandes empresas locales.
La empresa insignia del grupo en el negocio de hidrocarburos, Tecpetrol(Argentina), está controlada por Tecpetrol SL (Madrid). Esta empresa tiene un sólo empleado, pero facturó 114 millones de euros en 2018 y ganó 14 millones. Productivo el muchacho. La estructura del grupo económico incluye un sinfín de empresas radicadas en Luxemburgo, Países Bajos, España, Panamá, Uruguay e Islas Caimán, entre otros.
Me compro, me vendo, me presto
Tecpetrol y Techint compañía técnica nternacional comercial e industrial –la constructora que anunció los despidos – están estrechamente vinculadas como así también con otras compañías del grupo que las proveen de acero.
Analizar el balance de una de ellas siempre dará una imagen incompleta. El tráfico de compras y ventas entre cada eslabón del grupo Techint es intenso, los préstamos otorgados y recibidos entre ellos también, la interpretación sobre lo que dicen y no dicen los estados contables individuales constituyen un ancho abanico de situaciones.
Y declaro la ganancia donde me conviene
La constructora de Techint es un eslabón de otra compañía del grupo, también radicada fuera del país, en este caso bajo el régimen de sociedades financieras del Uruguay. Las oficinas se encuentran en la hermosa rambla oriental a metros de la Embajada de Estados Unidos, calle La Cumparsita 1373 de Montevideo. La uruguaya, se llama Techint E&C, la E por Engineering y la C por Construction.
Ésta, a su vez está controlada por Techint Investments S.A. radicada en Panamá. La radicada en Uruguay declaró ventas en 2017 por algo más de 1.400millones de dólares y dice tener 18.000 trabajadores. Es claro que no sólo allí sino también en Argentina, Brasil, Chile, México, Perú, Egipto, España, India.
El cuento del eslabón más débil
Aducir una situación de crisis en un eslabón de esta trama societaria es imposible de ser aceptada porque requiere analizar el flujo de operaciones entre todos sus componentes. Lo ocurrido con Techint exterioriza una importante deuda en el sistema legal argentino respecto de lo que se debe permitir y no permitir en el régimen de sociedades, acompañando las tendencias globales con estrategias regulatorias propias.
El control y la regulación de estos poderes fácticos multinacionales es un desafío para las democracias del Siglo XXI.
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