Los títulos sobre el valor negativo del petróleo en Estados Unidos asombraron a la opinión pública. ¿Qué significa eso? ¿Por qué no baja el precio de la nafta? “La crisis del patrón dólar y el establecimiento del petrodólar que hace a la hegemonía norteamericana es lo que de alguna manera se está discutiendo”, dice Sebastián Schulz, sociólogo e investigador, en esta entrevista realizada para La Señal, por Radio Gráfica. “Lo que hay que decir es que esto afecta a las empresas petroleras norteamericanas y las globales que operan en Estados Unidos”, afirmó el becario doctoral del Conicet e investigador del Centro de Estudios Chinos de la Universidad de La Plata (UNLP).
El especialista también se refirió al rol del gigante asiático: “China es un actor central en esta disputa. (Donald) Trump, Arabia Saudita y Rusia son actores centrales. Pero el gran actor que está poniendo en crisis la forma de ordenar el mundo, después de la caída de la Unión Soviética, es China”.
En esta entrevista, Schulz también habla del futuro del litio en la disputa entre Estados Unidos y China por liderar la revolución tecnológica y sobre por qué en el surtidor argentino el valor del combustible no cae: “Hoy, más que una guerra de precios, es una disputa geoestratégica para que determinados actores empiecen a perder y queden rezagados frente a otros”, afirmó.
—¿Qué significa la baja abrupta del precio del petróleo en el orden mundial y qué implicancias tiene a futuro?
—Nos despertamos con esta caída histórica del precio del barril del petróleo. Hay que hacer algunas consideraciones para tener lecturas más complejas y alejadas de las tapas sensacionalistas de los diarios. Primero, lo importante es conceptualizar y poner blanco sobre negro. Específicamente lo que pasó: el petróleo que se cotiza en un lugar específico que se llama West Texas Intermediate conocido como WTI, es el precio de referencia norteamericano. El martes vencían los plazos de las ventas de petróleo a futuro y producto de la situación actual -que se expresa en el coronavirus- una merma en la producción industrial y un conjunto de pujas geopolíticas que produjeron este derrumbe, el precio del petróleo cerró a casi 40 dólares en negativo. Sin embargo, el precio de lo que se llama el Petróleo Brent, que es el petróleo del mar del norte europeo -que se cotiza en Europa- tuvo un descenso importante pero terminó cerrando a un poco más de 25 dólares por barril. Y la cotización del petróleo estadounidense WTI, se espera que en junio suba a 22 dólares y la tercera cotización anual en setiembre, se espera que supere los 30 dólares. Igualmente esto sigue siendo bajo, teniendo en cuenta que el promedio del año pasado-de la venta de petróleo estuvo entre 60 y 70 dólares. La extracción del petróleo de esquisto en los Estados Unidos, que se obtiene mediante el fracking, tiene un alto costo y no se puede vender o no es rentable venderlo a menos de 50 o 55 dólares. Y estamos diciendo que en setiembre se espera a que llegue a 30 dólares. La pandemia del coronavirus, la ralentización del crecimiento y la crisis de la producción provocó que la demanda del petróleo disminuya rápidamente. Sin embargo, hay un conjunto de pujas políticas, porque tanto Rusia como Estados Unidos -dos actores importantes en la comercialización de energía- empezaron a producir más petróleo y esto también generó una caída del precio que afectó a estas empresas. Cuando uno se pone a ver cuáles fueron las compañías más afectadas, porque esto no afecta a todos por igual, aparecen algunos nombres de compañías norteamericanas o globales que operan en el mercado de Texas y la gran mayoría están radicadas en Delaware, el paraíso fiscal más grande del mundo. Entonces vamos a ver cómo esta crisis del petróleo que tiene que ver con la pandemia del coronavirus, muestra lo que estaba escondido en una burbuja especulativa -que se infló 10 veces más respecto de la crisis del 2008- y que está a punto de estallar. Entre estas empresas, las más perjudicadas son la Noble Energy, Marathon Oil, Halliburton, Whiting Petroleum -que se declaró directamente en bancarrota-, la ExxonMobil también muy perjudicada. Todas estas empresas están fuertemente orientadas a la extracción de petróleo y gas de esquisto en Estados Unidos y en el NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte que incluye a 3 países: Canadá, Estados Unidos y México), por eso están tan comprometidos con esta fuerte baja.
—¿Cómo incide sobre aquellos estados que asientan su economía interior en base al petróleo? ¿Por qué Arabia Saudita apretó el acelerador en la producción el mes pasado? ¿Por qué algunas naciones participaron, siendo propietarias de enormes reservas petrolíferas, de este exceso de producción que determinó -entre otros factores más políticos- una caída extrema del precio? Y, ¿cuál es la ventaja para naciones cómo Rusia o Arabia Saudita el haber coparticipado de esta situación?
—Es muy interesante la pregunta. Muy atinada porque hace al nudo de la cuestión, que es lo que está en juego. Porque esto no es un problema del mercado, ni siquiera se está discutiendo simplemente el precio del petróleo. En realidad, hay un conjunto de reacomodamientos y lo que está puesto en jaque -pero queda expresado más que nunca- es el sistema petrodólar que se construyó en 1973, y que pone esta complementación entre Estados Unidos, en tanto potencia productiva a nivel mundial que expresaba más del 40 por ciento del PBI mundial, y Arabia Saudita -el principal productor de petróleo del planeta- en donde todo el mundo que quisiera comprar el petróleo tenía primero que adquirir dólares para después comprarlo. La crisis del patrón dólar y el establecimiento del petrodólar que hace a la hegemonía unipolar continentalista norteamericana, es lo que de alguna manera se está discutiendo desde el 2014 hasta la actualidad. Y que se expresa en esta crisis del precio del petróleo. Hay un conjunto de actores que está siendo parte de la puja, en el marco de esta crisis del petróleo, dos de los cuales son Rusia y Arabia Saudita. Y cuando la gran parte de las empresas norteamericanas empiezan a plantear la necesidad de bajar la producción de petróleo para sostener el precio -porque si el precio baja las hace insostenibles-, Arabia Saudita y Rusia, en algo que parece una disputa pero parece más un acuerdo que otra cosa, empiezan a aumentar su producción y eso es un golpe muy fuerte a las empresas norteamericanas. Después, otro actor es Donald Trump, que acuerda con Rusia y con Arabia Saudita el descenso progresivo de la producción. Pero en realidad, lo que se deja traslucir es que Trump de alguna manera ya cerró algunas empresas norteamericanas para que el derrumbe del precio lo paguen determinadas empresas y no otras. Que es algo parecido a lo que pasó en el 2008 con la crisis financiera global, donde estalló la burbuja y el gobierno norteamericano -en ese entonces también bajo el mando republicano- ya tenían decidido a qué bancos iban a salvar y a qué bancos iba a dejar caer. Pareciera que está pasando algo de eso. De hecho, Trump publicó en su cuenta de Twitter que estaba agradecido a Rusia y a Arabia Saudita por cerrar ese acuerdo. Y ahora, después del martes negro, Trump publica que nunca va a dejar caer a la industria del petróleo norteamericano y que ha dado órdenes al secretario de Energía para que formule un plan para salvar a algunas compañías norteamericanas que han sufrido esta crisis.
—Tomando en cuenta la estructura productiva china, que necesita ingentes cantidades de petróleo y no tiene una producción propia, ha tenido en Irak, en Irán y en Rusia algunos proveedores adecuados. ¿China se beneficia debido a su voracidad petrolera con este nuevo precio?
—Lo que la mayoría de los indicadores señalan es que China, de a poco, está retomando su carrera productiva. De a poco está saliendo del parate productivo por el coronavirus, está poniendo su industria a funcionar y no es un dato menor. Hoy China es el taller del mundo, el motor del mundo y también el principal consumidor de petróleo. China es un actor central en esta disputa. Trump, Arabia Saudita y Rusia son actores centrales. Pero el gran actor que está poniendo en crisis la forma de ordenar el mundo, después de la caída de la Unión Soviética, es China. Y como decías, es uno de los principales consumidores de energía pero no la tiene en su territorio, la tiene que traer de otro lado. En este marco, claramente, China se consolida porque Arabia Saudita vende petróleo en dólares, pero se lo vende a China y no a los Estados Unidos. Entonces, Rusia es un aliado clave de China al igual que Irán, son socios claves de China en la ruta de la seda. Lo mismo Venezuela, son aliados estratégicos de China.
—Irán, si bien tiene un proyecto industrial apreciable, no ha terminado de diversificar su economía a punto de tener un proyecto económico integral, pero lo está desarrollando. Esto de ser aliado de China, ¿implicaría que a pesar de la baja de los precios China no dejaría caer la economía de sus aliados, esa sería la idea básica?
—Es una crisis del petróleo que está afectando principalmente al mercado estadounidense y dentro de eso, se está viendo que las principales afectadas van a ser las transnacionales que operan en Estados Unidos. Ni siquiera las empresas más cercanas al Partido Republicano. En ese marco hoy el principal blanco, tanto de Trump, de Rusia, de Arabia Saudita como de China son estas transnacionales globales. Esta caída va empezar a atenuarse y China va ser una de las favorecidas porque se empieza a poner en crisis el patrón del petrodólar, del petróleo anclado en el dólar. Y empezarán a ganar terreno otras propuestas empujadas por China, por Rusia, por sectores del Estado hindú y por Sudáfrica, que tienen que ver con consolidar un esquema monetario comercial financiero alternativo. Y en esto es muy importante el rol de Europa, porque acá también se está jugando qué rol toma Europa -principalmente Alemania y Francia- en esta puja. Por un lado, Europa tiene mucha dependencia del gas norteamericano, que es un gas muy caro, pero por otro lado está construyendo el gaseoducto Nord Stream 2 que es mucho más barato para Europa. Pero que todo el tiempo recibe palos en la rueda por parte de los Estados Unidos.
-Consultado por la audiencia: ¿Qué significa cotización negativa del petróleo?
–Cotización negativa significa que Estados Unidos tiene una determinada capacidad de almacenamiento del petróleo, porque este se vende generalmente a futuro. Primero se almacena y después se vende. Lo que está pasando, se explica porque la producción mundial está parada, recién China está empezando a poner en funcionamiento su producción. Está todo el mundo en sus casas, básicamente. Las reservas de petróleo empiezan a llenarse, entonces las empresas petroleras siguen produciendo petróleo pero ya no tienen donde guardarlo, y es ahí cuando el precio empieza a descender. Quiere decir que te empiezo a pagar para que te lleves parte de lo que yo tengo y para que yo pueda seguir acumulando. Porque si no, las opciones serían parar la producción -que en el caso del petróleo no se puede hacer- o empezar a tirar petróleo a la basura. Eso quiere decir cotización negativa y fue lo que pasó. De a pocos se está empezando a recuperar y el precio se está levantando.
—¿Cuál será el rol del litio en el futuro?
—Tiene que ver con la disputa central que hoy está llevando adelante Estados Unidos y China, que es la carrera tecnológica. Hoy lo que se está discutiendo es cuál va a ser la potencia que va encabezar los avances tecnológicos, lo que se llama la cuarta y la quinta revolución industrial con los algoritmos, el big data, el 5G, los microprocesadores, las computadoras y los smartphones. Es una disputa muy fuerte entre Estados Unidos y China para ver quién encabeza, porque de alguna manera el que encabece va a poner los estándares sobre los cuales el resto del mundo se va a tener que regir. Y gran parte de esos componentes requieren del litio y una de los principales reservas de litio del mundo está en América latina, en el triángulo entre Bolivia, Argentina y Chile, y creo que no es casual el golpe de Estado en Bolivia contra Evo Morales, para correr a Bolivia de la alianza estratégica con China y volver a subordinarla a los intereses norteamericanos.
—¿Si baja el petróleo por qué no baja la nafta?
–El mercado no funciona como nos lo explicaron. El capitalismo se basa en eso. Hoy, más que una guerra de precios es una disputa geoestratégica para que determinados actores empiecen a perder y queden rezagados frente a otros. La crisis financiera del 2008, nosotros la vimos como una gran crisis que tuvo un impacto muy fuerte en la economía y después hubo un conjunto de realineamientos. Uno no lo sintió muy fuerte en su vida cotidiana. Acá, lo que se está tratando es que determinadas empresas, determinadas compañías y determinado patrón monetario queden derrotados frente a un patrón nuevo. Ahora, la principal potencia en ascenso es la República Popular China. Su moneda, el yuan, es la principal compradora de petróleo y a su vez tanto China como Rusia están comprando grandes cantidades de oro y también son los principales productores de oro. Entonces están anclando sus monedas en el oro.
* Gabriel Fernández es el director La Señal Medios / Área Periodística Radio Gráfica
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