Aulas de entre cuatro y ocho alumnos agrupados hacia los lados con el docente en el centro, menos horas de clase en función de la división por grupos, ingresos y egresos escalonados y una infraestructura que garantice condiciones de seguridad e higiene son algunas de las características que tendrá la nueva escuela pospandemia que abrirá en gran parte del país a partir de agosto,  según informó el Ministerio de Educación.

La cartera educativa terminó de elaborar los protocolos básicos que deberán cumplirse en forma obligatoria en cada establecimiento y las recomendaciones a las provincias que decidirán en función de sus propias modalidades y características de su población escolar.

Después de arduas reuniones con sindicatos, especialistas, infectólogos y funcionarios de otros ministerios, la cartera que conduce Nicolás Trotta, confeccionó los protocolos básicos para el retorno a las clases y serán presentados la semana entrante para su aprobación en el Consejo Federal de Educación.

A partir de allí, quedarán unas seis semanas para que las escuelas se adecuen a este nuevo modelo de organización escolar “que será muy distinto a la escuela que teníamos en marzo pasado”, dijo el ministro de Educación, durante la presentación realizada mediante una videoconferencia desde el Palacio Sarmientos.

Una escuela antes de abrir sus puertas deberá tener a su personal docente y no docente capacitado en medidas sanitarias y de higiene en función de la pandemia de coronavirus, mientras que las familias también deberán estar preparadas en ese sentido.

A su vez, la escuela que no tenga los insumos necesarios de higiene, acceso al agua potable, desagües cloacales, jabón, toallas descartables y cestos de basura no podrá recibir a los alumnos cuando se decida volver a las clases presenciales.

El “modelo burbuja”

Respecto a los alumnos, se los dividirá por grupos con un máximo de ocho en función del espacio físico de cada aula, para que haya un metro y medio de distancia mínima entre uno y otro, a la vez que todos deberán ir con barbijos, al igual que las docentes.

La distribución que propone el Ministerio de Educación es el “modelo burbuja” con ocho alumnos agrupados a los lados del aula y el docente en el centro, o con los alumnos sentados en zig zag hacia los costados y el maestro en uno de los extremos.

Además, una vez abiertas, las escuelas deberán establecer su propio protocolo de ingreso y egreso de alumnos, el cual deberá ser escalonado. Habrá recreos, pero el tiempo y la frecuencia de los mismos, deberá ser determinado por cada director con el fin garantizar el distanciamiento social.

El distanciamiento será de dos metros entre alumnos con los estudiantes sentados y de 1,5 metros para los alumnos de nivel primario, al tiempo que deberá estar coordinado el transporte escolar para evitar aglomeraciones en la entrada.

Medidas si surgen contagios

Cuando se detecte un caso positivo de coronavirus en una escuela, el protocolo del Ministerio de Educación indica que se cerrará el establecimiento por un día hasta desinfectar el inmueble, mientras que cada docente deberá tener desarrolladas las estrategias para aquellos alumnos que les toque ese día recibir educación a distancia.

Dentro de la escuela no habrá reuniones ni eventos y se deberá efectuar una ventilación constante de las instalaciones.

“Creemos que podemos iniciar las clases en agosto en gran parte de las provincias, salvo el Área Metropolitana de Buenos Aires, el gran Resistencia y alguna provincia patagónica como Río Negro, por eso en estas cuatro o cinco semanas que nos quedan debemos trabajar en forma ardua para preparar a las escuelas, docentes y no docentes con estos protocolos y recomendaciones», dijo Trotta y añadió “vamos a encontrar una escuela distinta, con un abordaje complejo en los primeros años del nivel primario”.

En ese sentido destacó que «nos queda saber cómo vamos a encarar el proyectado desgranamiento de nuestro sistema educativo no solo a partir de la pandemia sino de todas sus consecuencias”.

“Cuando volvamos vamos a tener dos tipos de alumnos, los que han podido establecer vínculos con sus docentes y los que no. Unas semanas antes de iniciar las clases presenciales vamos a lanzar un programa junto a las autoridades de cada provincia y de cada municipio para ir en búsqueda de aquellos chicos que no vuelvan a la escuela”, dijo el ministro.

Trotta destacó además que “hay distintas realidades y posibilidades de regreso, es distinta la situación del AMBA y del gran Resistencia, en el Chaco, que el resto del país y en todo el país hay que derribar los temores a partir de la información y del diálogo, la decisión final de volver a clases en las provincias que están en fase cinco la va a tener cada gobernador o rector en el caso de una universidad”.

Por último, el ministro indicó que los alumnos de quinto o sexto año del secundario y de sexto o séptimo grado del primario “son los que tendrán prioridad para volver a las clases presenciales”, mientras que para los que están cursando el proceso de alfabetización “estamos debatiendo aún como se instrumentará ese distanciamiento social”.

Fuente: Claudio Campanari-Télam

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