Los mismos policías y militares que participaron del golpe de Estado contra Evo Morales y las masacres contra el pueblo que resiste a la dictadura serán los encargados de cuidar y transportar las urnas en las elecciones de este domingo 18 de octubre en Bolivia, en las que se elige presidente y vice, 36 bancas del Senado, 130 diputados y nueve representantes ante organismos supraestatales.
Y para verificar que todo vaya bien, actuará, una vez más y con los mismos veedores, la Organización de Estados Americanos (OEA), la misma que contribuyó de manera decisiva en el derrocamiento de Evo Morales en 2019. Esta organización emitió un informe que puso en duda el triunfo del ex presidente. Más de 20 organizaciones de todo el mundo criticaron duramente el trabajo de la OEA. Y quedó claro que el único fraude fue perpetrado por este organismo, conocido como una extensión de Departamento de Estado de EEUU. Pero como suele ocurrir en la realidad paralela que crean las noticias falsas, “el daño ya está hecho”. Y costó sangre, represión y torturas.
El 7 de junio el diario New York Times publicó un artículo sobre un nuevo estudio que confirmaba, una vez más, que la OEA “hizo afirmaciones falsas sobre el conteo de votos en las elecciones del 2019 en Bolivia”. Dichas afirmaciones ― basadas en un análisis estadístico “defectuoso,” según el Times ― alimentaron una narrativa de fraude electoral El Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR, por sus siglas en inglés) con sede en EEUU, examinó las presuntas irregularidades en un extenso informe de 82 páginas y múltiples anexos y no encontró pruebas. Es que la OEA nunca presentó pruebas. https://cepr.net/press-release/extenso-informe-del-cepr-desvirtua-el-resto-de-supuestas-evidencias-de-la-oea-sobre-las-elecciones-de-bolivia/
El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), también publicó un texto en el que denunció que la OEA fabricó el citado informe. En diciembre de 2019, más de un centenar de expertos de todo el mundo pidió a la OEA retirar las declaraciones «engañosas» sobre el fraude electoral en Bolivia. https://www.publico.es/internacional/bolivia-estudio-academico-cuestiona-informe-oea-fraude-electoral-bolivia.html
Y para estas elecciones, otra vez estará la OEA y además enviará las mismas personas que perpetraron el fraude. El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, aclaró ante el Legislativo, controlado por el MAS, que la OEA eligió a los miembros de su misión electoral y aseguró que no hay misiones vetadas. “La OEA ha considerado a las personas idóneas para observar el proceso electoral en Bolivia. No le corresponde al TSE tomar decisiones sobre qué personas integran las delegaciones de observación que han solicitado su acreditación en Bolivia”, explicó Romero. La aclaración surgió luego de que la diputada Brígida Quiroga (MAS) cuestionó que la misión de la OEA esté integrada por los mismos miembros, que efectuaron la auditoría de la votación de las elecciones del 20 de octubre de 2019.
“Nos permitimos decir que a la fecha (la OEA) no tiene un informe claro y evidente con pruebas de que se haya registrado un fraude electoral. Por tanto, como no tenemos respuestas claras sobre un informe conciso de que hubo fraude, de estos observadores, que han generado toda la desgracia en Bolivia, (no se puede permitir que) sean los mismos”, afirmó la legisladora.
Otras organizaciones de Bolivia y de otros países estarán también presentes, como por ejemplo La Internacional Progresista. Pero todo el proceso electoral se desarrollará en el contexto de una dictadura sangrienta que demostró su intención de perpetuarse en el poder y evitar el regreso del MAS a cualquier costo.
El candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) y ex ministro de Economía de Evo Morales, Luis Arce, encabeza todas las encuestas, pero no está asegurado su triunfo. Para ganar en primera vuelta la persona elegida deberá alcanzar más del 50 por ciento de los votos o un mínimo de 40 por ciento con una diferencia de 10 puntos sobre la segunda.
Detrás de Arce, que según los sondeos cuenta con una intención de voto de entre el 32 y el 42 por ciento, se ubica el preferido de EEUU, el ex presidente neoliberal Carlos Mesa (entre 27 y 33 por ciento), y el ultraderechista y racista de Santa Cruz de la Sierra, Fernando Camacho (entre el 10 y el 16 por ciento).
Mesa y Camacho representan, y no solo para Bolivia, dos variantes de la derecha regional, todas neoliberales pero con distintos grados y formas de autoritarismo y violencia. Una se presenta con una inverosímil máscara menos virulenta: Mesa.
Y la otra variante, sin caretas, es la ultraderecha más violenta, racista y neocolonizadora: “El macho” Camacho, que fue dirigente de la escabrosa Unión Juvenil Cruceñista.http://www.nuestrasvoces.com.ar/otras-voces/quien-es-camacho-el-hombre-que-encabeza-el-golpe-de-estado/
La vocera del Movimiento Al Socialismo (MAS), Marianela Paco, denunció ante la comunidad internacional y ante su país, que está en curso un “segundo golpe” a la democracia debido a varios aspectos que detalló. Aseguró que su partido teme una ausencia total de transparencia en el conteo rápido de votos del TSE, el retorno de los mismos veedores de la OEA, la declaratoria de “toque de queda” por seis días y la custodia de las actas por parte de militares y policías que participaron en el “golpe de Estado” del año pasado.
“A la fecha (el TSE) no le ha mostrado al pueblo boliviano si el sistema de conteo rápido tiene certificación internacional, como la que tenía el sistema de conteo del año pasado; no ha mostrado cuáles son las diferencias que han mejorado este sistema de conteo a diferencia del año pasado. Si se muestran los resultados por actas y con las fotografías, si se muestra los resultados por mesa o recinto, no nos han demostrado cómo va a funcionar ese sistema. Por tanto, ahí no hay transparencia”, denunció Paco.
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