En el Cilindro se enfrentaron el hambre y las ganas de comer: la diferencia a favor de Racing la hizo un frentazo de Enzo Copetti en el complemento. Al Canaya le faltó hambre. Fue 1 a 0, que deja más dudas que certezas en Arroyito.
El estadio Presidente Perón fue testigo de dos equipos que llegaban con muchas necesidades a esta 4ª fecha de la Copa de la Liga Profesional. Con Juan Antonio Pizzi en la cuerda floja –tras el mal arranque y peor actuación en la Supercopa Argentina (0-5 ante River)–, la Academia de Avellaneda recibía a la rosarina, con un presente también poco alentador.
Y todo el primer tiempo fue un claro reflejo del presente de ambos en la Zona A, lejos de los puestos clasificatorios. No hubo registro de jugadas peligrosas, casi nulo juego elaborado, y la pelota siempre lejos de las áreas. Pizzi y Cristian González, cada vez más alejados de encontrar un aceptable funcionamiento en sus equipos.
En el segundo tiempo, el dueño de casa empezó de a poco –muy de a poco– a inclinar la cancha a su favor. Un tiro libre de Tomás Chancalay que se movió en el aire se convirtió en la primera jugada de riesgo. En seguida lo tuvo Carlos Alcaraz con un remate desde el borde del área, que fue a parar a las manos de Jorge Broun.
Más allá de la leve superioridad local, el conjunto vestido íntegramente de celeste no encontraba el juego asociado suficiente para esclarecer en los metros finales. Por eso, el gol de Enzo Copetti, a los 18’, fue gracias a una jugada de pelota parada. El delantero anticipó a su marca en un córner, y con un cabezazo de pique al piso dejó sin chances a Fatura.
El Kily mandó a la cancha a toda su tropa de ataque: Marco Ruben, Luciano Ferreyra y Alan Marinelli. Pero Central se le reveló tarde a la adversidad, y no le alcanzó. El zaguero Nicolás Ferreyra (ingresado por el lesionado Gastón Ávila) tuvo el empate en su cabeza casi en tiempo cumplido, pero abrió demasiado el frentazo.
Sólo en esos minutos finales el Canaya inquietó a Gabriel Arias, más por la obligación de ir y arriesgar que por el buen juego, y sacando algo de provecho de la falta de confianza de su rival, que se refugió para cuidar el resultado. No hubo caso, y el auriazul se vuelve con una nueva derrota, ante un caído Racing.
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