Perotti insiste en las leyes de conectividad para llevar fibra óptica pública a toda la provincia. El 72 por ciento de las escuelas no tiene para uso pedagógico. En los hogares hay que elegir entre Netflix o Zoom. Tecnología y dimensión humana.

— Pa, cerrá Netflix que tengo que conectarme a Zoom.

— ¡Uh! Justo ahora cuando estoy en el final del segundo capítulo.

El diálogo –más o menos imaginario- replica conversaciones cotidianas en hogares santafesinos, intensificadas desde el inicio de la pandemia, aunque ya existían con anterioridad. Pueden haber ocurrido en aquellos que pertenecen al 70 por ciento que tienen conexión a Internet. En el 30 restante no. Pero ni siquiera en los primeros, los “privilegiados”, esa charla reúne todas las condiciones de posibilidad, porque el promedio de la velocidad de conexión en la provincia es de 21 Megabit por segundo (Mbps). El promedio. Por lo que en muchas casas ese diálogo es fácticamente imposible.

A seis meses de que el Senado provincial diera media sanción a los dos proyectos de ley sobre conectividad impulsados por la Casa Gris, el gobernador Omar Perotti reiteró en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias de la Legislatura, el sábado 1° de mayo, la necesidad de que ambas iniciativas obtengan sanción definitiva.

Por planteos detallistas de la oposición y demoras adjudicables al Ejecutivo, los proyectos descansan en la Cámara de Diputados desde noviembre pasado a la espera de tratamiento.

El contagio de Covid del presidente del cuerpo y principal figura de la oposición, Miguel Lifschitz, quien finalmente falleció este domingo, y el desbarajuste general que provocó la pandemia de coronavirus en la vida institucional y cotidiana de todes, se combinaron para que el debate vaya más lento que la internet hogareña del 70 por ciento de los santafesinos que poseen el servicio, que corre a un promedio de 21 Mbps según los datos del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom).

El promedio nacional es de 28 Mbps –según la misma fuente– y Santa Fe ocupa el noveno lugar en velocidad de internet entre las provincias argentinas. Como este asunto reproduce otras desigualdades semejantes, el promedio de conexión en España es de 106 megabits. Joder.

4 mil k

Ante diputados y senadores, el gobernador dijo en su discurso del Primero de Mayo que “es importante entender la necesidad de la conectividad”.

“Queremos llevar adelante una obra para poder conectar a cada uno de nuestros pueblos y ciudades. Una obra de 4.000 kilómetros de fibra óptica que nos permita garantizar internet de calidad en cada municipio y comuna”, abundó Perotti.

Se trata de un “caño” de “48 pelos”, como se dice en la jerga, que permitiría a la sociedad estatal encargada de prestar el servicio en las 365 localidades de Santa Fe hacerlo en condiciones homologables a las compañías privadas. Que, redundancia mediante, tienen por objetivo el lucro y no el acceso igualitario al mundo digital.

Por eso saltaron con tanto énfasis cuando el presidente Alberto Fernández firmó el año pasado el decreto de necesidad y urgencia (DNU) que declara servicio público a los servicios de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y congeló las tarifas. ¡Qué olor a Estado!

Volviendo a Perotti, al explicar los beneficios del tendido de 4 mil kilómetros de fibra óptica pública y su posterior servicio, el mandatario empezó por lo que más garpa en el ranking de preocupaciones: “Nos mejora la seguridad, no sólo en los grandes centros urbanos con la video vigilancia, sino en cualquier acción de contralor en rutas de la provincia”, dijo en la Asamblea Legislativa.

También puntualizó que “las empresas ganan mercados si tienen buena conectividad, porque mantienen sus vínculos con proveedores y clientes”. Y, además, “tenemos la posibilidad, con conectividad, de unir cada pueblo y cada ciudad. Permite tener internet en los barrios más vulnerables y llegar allí con un plan de inclusión digital, haciendo un vínculo estrecho con cada una de las escuelas”.

Las claves son la universalidad en el acceso, la prestación de un servicio de calidad, posibilidades de conexión sin tener que desembolsar un toco de guita. Es decir, reducir la brecha digital, hija punto cero de otras inequidades económico-sociales históricas y estructurales que afean al mundo.

Error de conexión

El 7 de julio del año pasado, Perotti firmó un decreto por medio del cual creó el “Programa Estratégico de Conectividad de Santa Fe”.

Los considerandos de la norma trazan una radiografía del atraso y la desigualdad. “En la provincia la participación de servicios hogareños brindados por Fibra Óptica, considerada la red de mejores prestaciones técnicas, es sólo del 3,7 por ciento”, dice.

Explica que la situación es más deficiente en los barrios populares ubicados en el territorio provincial, de los cuales y según información del Renabap (Registro Nacional de Barrios Populares), existen 341. De estos, el 48 por ciento (164 barrios) se encuentran en Santa Fe y Rosario, lo que significa el 67 por ciento de las familias que viven en territorios de esas características.

Foto: Prensa Gobernación

“En los casos de Santa Fe y Rosario –dice el decreto-, se da la paradoja de la mala calidad del servicio de internet en general en esos barrios, sumado a la imposibilidad de afrontar el costo por parte de las familias, cuando en su cercanía la provincia cuenta con red de fibra óptica que se utiliza para el sistema de video vigilancia que podría utilizarse para desplegar redes especiales de Wifi y así brindar servicio de conectividad de internet desde el sector público”. Para vigilar, sí. Para educar, producir o comerciar, no.

Llevado al ámbito educativo, el panorama no es más alentador. Cinco siglos de escuela presencial no se derriban de un solo shock de megas.

Según el Enacom, el 72 por ciento de las escuelas santafesinas no tiene conexión a internet para uso pedagógico. Del 28 por ciento (793 establecimientos) de las escuelas que sí poseen conexión a la red para uso pedagógico ese dato se desagrega, conforme a la calidad del servicio y si tienen red interna, de la siguiente manera: el 66 por ciento tiene un tipo de conexión muy mala o mala y el 44 por ciento restante tiene una conexión regular o buena; y de éstas, el 92 por ciento posee instalación de red interna y el 18 restante no.

De acuerdo a los datos de la Secretaría de Tecnologías para la Gestión provincial, sólo el 18 por ciento de los hogares (205 mil) tiene acceso a internet de buena calidad en Santa Fe. Mientras que 334 mil no tienen acceso a internet fija y 561 accede a un servicio “no óptimo” (como diría Julio Cobos) que complementa con internet móvil. 

La plata está

El Programa Estratégico de Conectividad se expresa en dos leyes. Una es la denominada “Santa Fe más Conectada”, que según el Gobierno “permitirá ampliar la inclusión digital y reducir la brecha tecnológica que la pandemia puso en evidencia, a través del tendido de más de 4.000 kilómetros de fibra óptica llegando a las 365 localidades de la provincia (200 con banda ancha y 165 a través de radio enlace) para garantizar más igualdad de oportunidades, más posibilidades de desarrollo y más calidad de vida”.

Eso cuesta unos 124 millones de dólares. Perotti consiguió que el CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) le otorgue un préstamo por 100 millones de dólares para financiar el “ambicioso plan”.

“El programa tiene el financiamiento otorgado por la CAF, necesita la ley para ponerse en marcha”, dijo a El Eslabón el diputado del Frente para la Victoria, Leandro Busatto, quien tiene la tarea de procurar su aprobación en la Cámara baja.

Cree que, con algunas modificaciones, el Frente Progresista le dará el aval y puede salir, aunque la modorra legislativa por ahora conspira contra ese objetivo. “La tasa es al 2 por ciento y con cinco de gracia”, agregó el legislador sobre los beneficios del crédito.

La otra ley que aprobó el Senado en octubre y descansa en Diputados es para la creación de una sociedad anónima del Estado, “Santa Fe Redes y Servicios”, que se encargará de la prestación y las obras.

El Frente Progresista, que posee mayoría en Diputados, pidió a fines del año pasado una serie de precisiones al Ejecutivo, por medio de una nota, y la presencia de funcionarios para brindar detalles.

Los funcionarios no fueron a las comisiones que los citaron y la data exigida por la oposición recién arribó a la Cámara hace unas semanas, por escrito.

La presidenta de la comisión de Obras Públicas, la socialista Clara García, realizó una serie de planteos.

“Desde que ingresaron los dos mensajes (con los dos proyectos de ley) los funcionarios de su propio gabinete no se hicieron presentes en la comisión para que podamos evacuar las contradicciones y falta de información precisa que presentan”, se quejó.

Entonces, en diciembre de 2020, el Frente Progresista quería que “se adjunte un documento detallado y a nivel definitivo que precise la tecnología para la conectividad, la tecnología y modo de tendido de fibra óptica, la infraestructura de nodos, la cantidad de radio enlaces, el tipo y tecnología redes wifi, los equipamientos, las obras civiles, la estructura de mantenimiento de red, soporte y capacitación técnica, entre otros”.

Se preguntaba “¿por qué no se citan en el Presupuesto 2021 los 24 millones de dólares que debe aportar la provincia?” al plan y “cuál será el organismo que opere los servicios de conectividad”, así como si “lo hará por administración o concesionando a una prestadora privada”.

Algunas de esas dudas fueron evacuadas con el papeleo enviado por el Ejecutivo a la Legislatura.

Geografía de la injusticia

El secretario de Tecnologías de Gestión, Sergio Bleynat, dijo en una reciente entrevista que el programa requiere “124 millones para las 25 trazas”, pero “el tema es cómo hacemos para que eso impacte en una mejora de la calidad de vida de la gente, accediendo a una mejor salud, educación y seguridad”.

“Necesitamos el debate en la sociedad acerca de cómo va a poder usar esto que la provincia les va a poner a disposición. Tenemos que pensar una sociedad en la que el centro sea el ser humano, y la tecnología una herramienta”, sostuvo.

El funcionario se inclina por el modelo japonés de 5.0, por sobre el alemán del 4.0 relacionado al uso de lo digital para las industrias con prescindencia del humano, o ubicado en un segundo plano.

“Los japoneses plantean el modelo de 5.0 que señala que las tecnología es una herramienta, no tenemos que enamorarnos de ellas, lo importante es el ser humano, eso tiene que estar en el centro del modelo”, dijo Bleynat, que cuando regresa de Santa Fe a su ciudad natal, Villa Mugueta, reniega con la conexión a internet.

“Crear ciudadanía es hacer el Estado más cercano a las personas, pero también más accesible”, planteó el secretario. “Lo que tenemos que lograr es que esa herramientas digitales lleguen a las personas de una manera que puedan aprovecharlas, en un lenguaje al que puedan acceder”.

Por eso, afirmó que “hay un actor fundamental en esto que son las personas, y la construcción es colectiva y entre todos”. Para el funcionario encargado del plan, que depende del Ministerio de Gestión Pública, el problema de la conectividad no se aprecia con exactitud si se lo observa desde un punto de vista geográfico.

“La dimensión de la cuestión geográfica no es la más valiosa para mirar este problema, porque aun en Rosario y Santa Fe tenemos lugares sin coberturas”, dijo, para agregar que las actuales desigualdades “tienen que ver más con una cuestión social, de posibilidades de ingreso, o una decisión comercial que tomaron las empresas” privadas prestadoras del servicio. ¿Para qué llevar el tendido a Gato Colorado, o a Villa Divisa de Mayo, si hay escasa población para que el negocio sea rentable?

“No puede ser que haya un sector de la sociedad que quede fuera de este mundo. Hay una nueva realidad, que es la unión del espacio físico con el ciberespacio. Estamos dejando fuera de esa realidad al 50% de los chicos de la provincia, no es una cuestión geográfica sino de justicia social”, ponderó Bleynat.

Por último, sostuvo que con la sociedad estatal “no queremos competir con los privados, pero sí queremos poder asistirlos. Lo que queremos es dar la posibilidad de que (un prestador local de una ciudad o un pueblo) acceda a un precio mucho menor que el del mercado para utilizar la fibra óptica de la provincia y mejorar el servicio de la comunidad”. Intervenir y regular, como se le dice.

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