“Tal vez no todos sepan, pero esta gestión municipal ha terminado el Programa Escuela Móvil Rosario”. Así comienza el posteo que la educadora y actriz rosarina Elena Guillen compartió en las redes sociales para dar cuenta del cierre de un proyecto pedagógico y cultural único. El programa municipal fue creado en 2006 por la entonces secretaria de Cultura de la ciudad, Chiqui González. Invitaba a apropiarse del espacio público desde el arte, la historia y el juego. Y cada año pasaban por sus recorridos entre 2.500 y 3 mil chicas y chicos al año por esta experiencia de pedagogía urbana.
Ya por febrero de cada año, las docentes empezaban a preguntar por los turnos para subirse -apenas empezadas las clases- a la Escuela Móvil de Rosario con sus alumnas y alumnos. Una semana antes de que abriera la inscripción, las preguntas por conseguir un lugar se multiplicaban y a los pocos días de abierta se agotaban para todo el año. El recorrido por el programa Escuela Móvil comenzaba con encuentros con las maestras, para conocer las postas (paradas en distintos sitios de la ciudad) y de los objetivos del programa. Al tiempo, planificadamente, la Escuela comenzaba a rodar, y las chicas y los chicos a conocer espacios de Rosario. El arte, el juego, el teatro, las canciones, los cuentos, las palabras hacían el resto.
“No sabemos por qué la cerraron. Veíamos que la iban vaciando: cuando no te dejan funcionar, no te dan un peso para nada, te van desfinanciando lentamente, todo lo hacíamos nosotras con nuestras computadoras… En un momento nos informan que no iba a haber colectivos para Escuela Móvil, que además ‘hay demasiadas cosas para las infancias’ y que ‘no querían trabajar con las escuelas’. Entonces nos dijimos: si no quieren las infancias, nos sacan lo móvil y no quieren las escuelas, nos están cerrando el programa”, repasa con infinita desazón Elena Guillen.
No todo termina en el vaciamiento paulatino del programa. Ante las preguntas por conocer sobre el destino del proyecto educativo, les respondieron: “Necesitamos gente que reparta libros (de la Editorial Municipal) en la peatonal”. También les llegó la “sugerencia” de trasladarse a otras áreas municipales. “Es decir, no lo dicen, pero el cierre del programa está decidido”, apunta Elena.
La decisión de hacer pública la situación es por el vínculo construido en tantos años de trabajo con la docencia y sus escuelas, además de las diferentes áreas del propio Municipio involucradas en este programa pedagógico destinado a las infancias, como museos y centros culturales de la ciudad. “Ante el silencio, sentimos un gran compromiso por contar lo que pasaba, decirles que ya no existe más”, expresa Elena.
Trabajo colectivo
El posteo de Elena se replica por estos días por las redes sociales, en particular por Facebook. Se comparte infinidad de veces, y cada quien que pasó o supo del programa Escuela Móvil, en estos 15 años, rescata el trabajo colectivo, en equipo, suma una anécdota, un recuerdo, pero más un reconocimiento a lo valioso de la iniciativa pedagógica. “Con cada política pública que se cierra, hay un derecho que se pierde. Y nunca es suficiente el trabajo para las infancias”, expresa Elena.
En el Programa Escuela Móvil trabajaban 10 personas en forma permanente y de la planta municipal. “Cada año -salvo en pandemia- se contrataba muchísima gente más para estar en las postas del programa”, repasa la educadora.
Ninguna de las y los trabajadores de planta perdió el trabajo, pero sí les piden que se trasladen a otras áreas sin darles ninguna explicación sobre la decisión tomada en la gestión actual de Cultura y Educación, a cargo de Dante Taparelli y del intendente Pablo Javkin. Y más, sin explicar por qué una política pública destinada a las infancias se termina.
El Programa Escuela Móvil lo creó Chiqui González cuando era secretaria de Cultura Municipal, en 2006. “Yo estoy en ese equipo desde que se fundó. Desde el inicio con Yeni Mata, Nora Schujman, Silvia Moya y Pablo González. Se crea con la idea de que la ciudad sea un territorio de aprendizaje y que los chicos salgan de su casa, de su barrio, de su escuela y vayan a recorrer la ciudad visitando ciertos lugares emblemáticos, importantes de la cultura, para encontrarse con un mundo plagado de propuestas atravesados por distintos lenguajes, sobre todo el arte”, repasa Elena de cómo surge y en qué se sostiene esta idea de diseñar “rutas” y “postas” de aprendizajes sobre la ciudad.
La educadora rescata esa acción de pedagogía urbana. “Es maravilloso”, dice una y otra vez cuando recorre con palabras e imágenes cómo se unían al programa chicas y chicos de los distintos barrios de la ciudad: “Que llegaban por ejemplo a la Casa del Tango, bailaban tango, veían a una bandoneonista, aprendían el 2X4; o participaban en una posta dedicada a María Elena Walsh en el Parque de España. O a Lola Mora invitando a las chicas y los chicos al patio del Palacio Municipal a hacer las esculturas. Se trataba siempre de la apropiación y recreación del espacio público para las infancias y las juventudes. El gran legado de Chiqui para las infancias”.
Además de poner siempre como protagonistas a las niñas, niños y jóvenes, el programa buscaba “hacer de la ciudad una escuela, que sea real y tangible y se contagie al adulto”.
Aprendizajes que perduran
El repaso de Elena de lo hecho desde el programa es infinito, cada palabra remite a un recuerdo, a una anécdota, a un aprendizaje de esos que perduran y por eso es imposible no compartirlo: “Yo armé la posta de La Comedia. Los chicos iban detrás de escena, hacían juegos teatrales, hablaban con Gardel que les cantaba, hacíamos que Romeo hable con Julieta en el balcón. Un día veo un nene tirado en el piso del escenario, acariciando las cortinas que hacen de telón. El profesor me pide que lo deje ahí, porque está disfrutando de algo que nunca vio, que eran ese piso y ese telón. Eran chicos muy pobres. Porque todos los chicos de Rosario pasaron por Escuela Móvil y lo hicieron con el mismo derecho”.
En 2020 con la pandemia Escuela Móvil no dejó de funcionar, se transformó. Se hicieron 24 micros virtuales con lo que llamaron las Rutas de las estatuas. Se trata de un trabajo de animación, con dos personajes, Manu e Irupé, que recorren en las bici públicas las estatuas de Rosario. La idea siempre va acompañada con distintas propuestas didácticas que apuntan a la virtualidad y a la presencialidad posibles.
Para este año, la Escuela Móvil proyectaba crear diálogos con los murales que hay en toda la ciudad, siguiendo con esa idea de trabajo que contempla la virtualidad y los momentos de presencialidad posibles. Ya en 2020 diseñaban este proyecto para este año, pero llegó la decisión de cerrar el programa.
El programa se sostuvo por 15 años con una demanda -destaca Elena Guillen- que superaba ampliamente toda expectativa: aproximadamente entre 2 500 mil y 3 mil niñas, niños y jóvenes de escuelas primarias, de Eempas o los profesorados. “Había alumnas que llegaban con sus bebés en brazos. Una siente que se desarticula algo de lo público que fomentaba el acceso de los chicos y de los jóvenes al espacio público, que los llamaba a apropiarse de la cultura”, apunta la actriz rosarina.
Lo que hace más inexplicable el cierre del Programa Escuela Móvil es que el 7 de mayo pasado, el intendente Pablo Javkin, firma el decreto 0761 referido al nuevo organigrama de la Secretaría de Cultura y Educación. En ese esquema, Escuela Móvil figura como dependiente de la Dirección General de Aprendizajes Colectivos, junto a las escuelas municipales como las de música, danza, arte, de Artes Urbanas, el Tríptico de la Infancia y el Programa de Alfabetización y Promoción de la Lectura.
“No lo entendemos. A principios de mayo se firma este decreto y ahora el programa está vaciado”, dice Elena y reitera que la intención de hacer público lo que pasaba es para que sepan las maestras, para que sepan por qué si llaman al programa no hay respuestas, que también se enteren las demás dependencias con quienes se despidieron el año pasado proyectando uno nuevo. “Lo que pasa es una decisión política del Municipio sobre la cultura y la educación”, lamenta.
Las infancias, ¿una prioridad de Javkin?
Vale recordar que cuando el intendente Pablo Javkin asumió el gobierno municipal de Rosario -el 10 de diciembre de 2019- lo hizo con un acto público en el Monumento Nacional a la Bandera, junto a la llama votiva. “Su primera acción como intendente será recibir a niños y niñas con propuestas para la ciudad”, señala una de las crónicas de aquel acto publicada en el portal oficial Rosario Noticias.
“No por casualidad quise que la primera actividad sea con chicos. Creo que si hay un compromiso que tenemos que tener todos en la Argentina y también en Rosario es con las infancias. A mí me gustaría ser un intendente durante cuyo mandato todos los chicos de esta ciudad en algún momento hayan escuchado un cuento, puedan imaginar, soñar, tener la libertad de pensar. No lo digo en términos simbólicos ni románticos, sino en términos concretos. Creo que esa siempre es la prioridad”, prometía Pablo Javkin apenas asumido al frente de la intendencia de Rosario.
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Liliana Vives
09/07/2021 en 6:35
Qué tristeza ¡¡¡¡ Un programa tan valioso y en este momento en que la presencialidad con distanciamiento afecta a los niños.las propuestas desde el arte podían ser sanadoras