Alejandra Palavecino es maestra de 5° grado de la Escuela N° 1.209 Provincia de Chaco, de Pérez. El martes de la semana pasada estaba por entrar a la biblioteca cuando justo llaman a la puerta de la primaria. Era Correo Argentino que le acercaba una gran caja con libros del Plan Nacional de Lecturas (PNL). “De la emoción que me dio la noticia, casi abrazo al señor que traía la caja”, se ríe Alejandra de aquel momento. Hace pocos días este programa comenzó a distribuir casi un millón ochocientos mil libros (1.797.398), en 47.300 jardines y escuelas de todo el país.
Apenas Alejandra abrió la caja le echó el ojo al libro de María Teresa Andruetto, El país de Juan, que integra la colección Leer abre mundos. Ya lo leyó y no quiere que su 5° grado se lo pierda. Cada caja tiene una cuidada selección de obras literarias elegidas con un criterio federal, respetando la variedad de regiones. Son 138 títulos, de 209 autoras y autores y 79 editoriales.
En los 20 años de trabajo en docencia de Alejandra, la lectura siempre fue una prioridad de cada día. Aunque este año es la primera vez que le asignan el área de lengua, siempre dio clases de ciencias o matemática. Asegura que eso nunca fue un impedimento para leer cuentos y poesías en el aula. Tan es así que las chicas y los chicos la llaman “La seño de matemática que lee”.
Ya le había sacado bastante provecho a los libros que llegaron con el Plan Nacional de Lectura anterior. “Cada libro es como una caricia”, regala, como imagen de lo que le provoca recorrer las autoras y autores reunidos, las ilustraciones y las historias contadas en las nuevas colecciones. También valora esta política de Estado como un reconocimiento a lo que hace: “Siento que alguien le da una cuota de valor a mi función de docente”.
Alejandra todos los días lee en voz alta a su clase, por lo general poesía. ¿El momento? “Cuando mejor resulte, siempre se encuentra porque es una práctica diaria”, asegura. Además, llevan adelante Los miércoles de novelas, día en que lee un capítulo de diferentes libros. “En este momento estamos leyendo El Principito. Y ya leímos Receta para hacer un bosque (María Inés Garibaldi) y Cuentos desobedientes para cuidar las infancias (Fernanda Felice)”, dice.
También llegaron a su escuela libros de la colección Leer x Leer. “Son títulos maravillosos que también permiten hacer una lectura diaria. Es una hermosa variedad de autoras y autores”, anticipa Alejandra.
Este año, el préstamo de libros de la biblioteca a los hogares estuvo limitado por razones de protocolos sanitarios. Alejandra se las ingenió con “un stock propio de libros” que organizó en bolsas individuales. “Los lunes llevan una que eligen y la devuelven los jueves. Luego se dejan descansar, también siguiendo el protocolo, y a la semana siguiente cambian de burbujas. A lo largo del año van a terminar leyendo 12 libros”, celebra.
Dice que las respuestas de las chicas y los chicos a estas iniciativas están a la altura de lo ofrecido: “Una nena, que nunca deja pasar nada, siempre me dice: «Vos, de todos los libros que nos leés, siempre decís que es el mejor libro del mundo». Y es cierto, porque cada vez que les presento un nuevo libro, lo hago como el mejor. Eso entusiasma”.
Para la maestra de Cabín 9, la lectura en la escuela primaria es decisiva para facilitar “el acceso a la cultura escrita”. “También –destaca– es fundamental que el maestro sea lector. Creo que los maestros necesariamente debemos ser lectores porque no podés compartir algo que no te gusta o no sabés si te gusta”.
A las prácticas lectoras que propone, Alejandra las define como “sencillas y reales”. Y dice más: “La lectura no necesita cotillón, porque se trata de disfrutar de eso que te está ofreciendo”. La invitación es también a conocer la cocina de los textos: quién los escribe, los ilustra, los acerca para ser leídos.
Esa misma valoración la proyecta a los libros del PNL. Cuando revisaban la colección que llegó a la escuela, Alejandra invitaba a apreciar el trabajo que hay detrás: “Les hablaba del tiempo amoroso puesto por un grupo de personas pensando qué libros les mandamos a las chicas y a los chicos de la 1.209. O cuando hicieron la compilación de Leer x Leer reuniendo hermosas y hermosos autores. No es una caja de libros que llega a las escuela, es un gesto amoroso pensado por alguien que ni siquiera nos conoce”. Y agrega que el plan es siempre bienvenido, pero “más en contextos donde no se sabe si van a poder comprar un libro”.
En el corazón de la escuela
“Siempre me gustó leer, y aunque no teníamos recursos mi mamá siempre se las ingeniaba y me impulsó en eso. También contaba con una biblioteca en el barrio que me prestaba libros o donde me iba a pasar la tarde. De grande me pude comprar algunos de esos libros que encontré ahí, como Mi planta de naranja lima o El diario de Ana Frank”, repasa Alejandra, de su recorrido como lectora.
Ya de maestra, afirma que aprovechó las propuestas ofrecidas por el anterior Plan Nacional de Lectura, como unas jornadas de formación impulsadas por el plan y la Biblioteca Popular Cachilo, que les permitieron crecer y afianzarse. O la vez que –en el marco del PNL– recibieron la visita en la escuela de la escritora Graciela Bialet, de quien habían leído Sapos de la memoria. “Un libro hermosísimo que toda docente debería leer”, recomienda.
Entre las valiosas experiencias encaradas alrededor de la práctica lectora, está la emprendida en 2015 de lectura entre pares. Una idea que surge ante la necesidad de cambiar la mirada sobre el barrio, del que sólo se contaban malas noticias. Así empezaron a asistir a contraturno, un día a la semana, organizados en grupos de alumnas y alumnos a recorrer los grados más chicos e invitar a leer.
Para esa actividad necesitaban de un espacio propio. Alejandra pidió permiso para usar “un salón de arriba, del fondo, al que casi nadie llegaba” y que terminó funcionando como biblioteca. “Con el paso del tiempo, pedí que la biblioteca fuese el primer salón de entrada, porque es como el corazón de la escuela. Ahora cuando entrás a la escuela el primer salón es la biblioteca”, recorre orgullosa lo construido colectivamente.
La maestra de Cabín dice que ahora espera enriquecer estas prácticas con los libros y propuestas del actual Plan Nacional de Lecturas.
Colecciones y libros en Santa Fe
Las obras de la colección Leer abre mundos –según se detalla desde el PNL– fueron elegidas por una comisión asesora integrada por los equipos técnicos y referentes de los planes de lecturas, las bibliotecas escolares y las direcciones de nivel de cada una de las provincias.
Entre los títulos reunidos para los distintos niveles, figuran Un mar para Emilia, de Liliana Bodoc; Héroes y casi héroes, de Beatriz Actis; Tanimbú la cenicienta correntina, de Horacio Tignanelli; Cuentos policiales argentinos con tinta y sangre, de Pablo de Santis, Elvio Gandolfo, Juan Sasturain, Adolfo Pérez Zelaschi y Oche Califa. La colección es acompañada por una Guía y orientaciones para trabajar desde las bibliotecas y las aulas,
En tanto que los textos incluidos en la colección Leer x leer para las escuelas primarias fueron seleccionados por una comisión de autores y especialistas conformada por María Teresa Andruetto, María Cristina Ramos, Oche Califa, Mario Méndez, Graciela Bialet, Cintia Kuperman y Oscar Yaniselli, coordinada por el escritor Mempo Giardinelli. Entre otros cuentos están Kibú, de Paula Bombara; El surubí y el mar, de Adela Basch; Yo soy un hombre sincero, de José Martí, y El Mundo, de Eduardo Galeano.
Vale recordar que entre 2003 y 2015 se distribuyeron 96 millones de libros a escuelas y a diferentes instituciones, a través del entonces Plan Nacional de Lectura. El plan de derechos del Ministerio de Educación de la Nación fue clausurado durante los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri.
En Santa Fe, la logística para distribuir los libros del PNL está a cargo de cada Regional educativa. La coordinadora de la zona sur del plan provincial, Patricia Feuli, detalla que las escuelas secundarias reciben una caja de 80 ejemplares de diferentes libros, las primarias 68 y el nivel inicial 54. Además de que los tomos de la colección Leer x Leer se distribuyen en relación a la cantidad de docentes. Los libros llegan tanto a escuelas públicas como privadas de cuota cero.
Feuli señala que las actividades y propuestas del plan en la provincia se comparten en el blog del campuseducativo.santafe.edu.ar
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