Juan Cruz Revello, escritor y periodista, que ha cubierto grandes shows de artistas de culto como los Rolling Stones, autor de un libro sobre los fans de la banda británica, también fue a ver a L-Gante en Rosario. Y defendió la autenticidad del joven artista.

El periodista y escritor Juan Cruz Revello, juninense radicado en Rosario, cobró notoriedad  por un libro de su autoría La lengua universal que recopila historias de fanáticos de The Rolling Stones de distintas partes del mundo. Justamente una de sus pasiones ha sido y aún es cubrir grandes shows y en especial los de la famosa banda británica. Entonces, cómo se iba a perder el show de L -Gante, que aparece como un nuevo fenómeno popular local en ciernes, pero con una fuerza que rompe todos los límites geográficos. Su curiosidad y olfato de crítico, lo llevó al estadio cubierto de Newell’s Old Boys en donde además hizo su trabajo de cronista para el diario La Capital. Aunque de entrada aclara que dejó de lado el rol de especialista para ponerse en el rol de espectador del fenómeno, adelanta: “Lo disfruté muchísimo. Fue impresionante”.

“Tenía expectativa por ver cómo se iba a manifestar el público, qué tipo de público iba a ir, porque una cosa es el micromundo de L-Gante y otra cosa es lo que está pasando ahora con la masividad”, cuenta Revello. “Pero, después, una vez que llegué, me di cuenta que el tema de la masividad no se reflejaba ni en la cantidad de gente que fue –que pensé que iba ver a bastante más–, ni en el público que supuestamente habla todo el dia de L-Gante”, advierte. “Porque nosotros nos movemos en micromundos que parecen ser un mundo en sí, por ejemplo el de las redes sociales, creemos que todo lo que leemos tiene que ver con la realidad posta, ¡y no!”, dispara el escritor, sobre el universo de las redes: “Tiene que ver con la gente que nosotros seguimos (en las redes) o que nosotros likeamos o que nos likean a nosotros, pero después nos chocamos con la realidad posta, y la realidad posta es que ¡hay un montón de gente que se siente identificada con lo que le está pasando a L-Gante y con lo que canta él!”, analiza. 

“Trato de apartarme del dedo acusador o de la crítica musical, y lo veo como un fenómeno de un pibe que además, está relatando lo que identifica a un montón de gente y eso ya es valioso desde el vamos”, considera Revello, autor de La lengua Universal, durante una charla radial con Santiago Garat, en el programa Poné la Pava, en Radio Rebelde Rosario.

Elian Ángel Valenzuela​, conocido como L-Gante fue tema de la agenda mediática local, desde el mismo día del anuncio del show para la venta de entradas. Y más allá de las polémicas que se desataron por la declaración del Concejo que lo designó como visitante ilustre, los debates increíbles por las letras de su temas recitadas en el recinto por la indignada edila Daniela León, o la foto del artista con el Viejo Cantero que circuló en las redes, y a pesar de tanto ruido, los pibes y las pibas no solo que se sienten identificados con el artista sino que su música les provoca cosas en el cuerpo y hasta ganas de cambiar sus propias realidades. “Él se hace recontracargo de ese lugar que ocupa”, sostiene Revello. “Y de hecho en el show le habla a los chicos de su edad y les habla también a la pibada más chica, me sorprendió eso, muchos chicos que no superaban los ocho años. Yo diría que el grueso de la gente era de ese segmento, obviamente acompañados por sus madres, padres, tíos, y en muchos casos decían que eran los pibes los que la habían pedido ir el show”, relata el escritor que, por otra parte, destacó la calidad del show, y que el propio L-Gante dijo que era la primera vez que actuaba en un estadio. “Era la primera vez que se planteaba un show grandilocuente desde todo punto de vista, de sonido, pantalla y puesta en escena. Los músicos eran todos sesionistas de grandes bandas taquilleras y las que mejor suenan, integrantes de las bandas como la de Emmanuel Horvilleur o Wos, DJs y bailarines, con juegos de luces, pantallas y videos”, resaltó. 

El periodista especializado en el fenómeno de los Stones, analizó a L-Gante bajo dos extremos: “Va desde un perfil de Pipo Pescador (el cantante infantil de los años 70) a Tupac (rapero estadounidense asesinado en 1996) en dos segundos, en un momento sube unos chiquitos al escenario y después cuenta su dura experiencia de vida para los adolescentes, parece ser dos personas distintas y sin embargo es la misma persona”, se asombra el cronista, para el que estamos frente a un artista poderoso de 21 años con mucho por explorar aún.

“Me pasó –continuó– con alguna gente conocida, de clase media o acomodada, que tiene un laburo, que le cuestionan el tema de las letras de los temas, y se quejan mientras tienen puesta una remera de Los Ramones, y yo les digo, loco ¿qué cantaban Los Ramones?, que aspiraban pegamento en la esquina del barrio y salían a romperle la cabeza a los amigos con un bate de béisbol…”.  

“Están analizando la historia de este pibe –prosiguió– como historia reciente y no la están proyectando como se puede llegar a ver dentro de 40 años porque no hacemos futurología, pero la historia de estas bandas como Los Ramones que cantaban cosas que tiene que ver con la violencia cotidianas en los barrios vulnerables, en otros países, si lo ven como una obra de arte”. 

¿Y por qué medir la vara para un pibe de Argentina, del Conurbano, distinta a la de uno del conurbano yanqui?”, se preguntó.

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