La Federación sobreseyó a un entrenador argentino de fútbol femenino, denunciado por acoso sexual. El oscuro pasado de la Comisión que investigó el caso. El repudio de sectores feministas también llegó a la AFA.
El 23 de mayo fue el Día Internacional del Fútbol Femenino, pero en la Argentina hubo poco para festejar: ese mismo lunes, la FIFA sobreseyó al entrenador Diego Guacci, denunciado –con escalofriantes testimonios de cinco jugadoras– por acoso sexual. El DT trabajó en los equipos femeninos de la UAI Urquiza, River y selecciones juveniles de la AFA, que hoy lo apaña en Defensa y Justicia, donde es Coordinador del Fútbol Femenino. La decisión de no sancionarlo fue de la polémica Comisión de Ética de la FIFA, de oscuros antecedentes y conformada sólo por varones en los más altos cargos. “Da mucha impotencia, rabia”, le dice a Redacción Rosario Mónica Santino, referente feminista del deporte de la redonda y quien acompañó –como varias otros organizaciones– el reclamo realizado a Zúrich por el sindicato mundial de futbolistas Fifpro.
Comisión de (est)ética
Para maquillar los casos de corrupción y “limpiar” la decaída imagen de la FIFA, el por entonces presidente Joseph Blatter crea en 2006 la Comisión de Ética, aunque con un par de condiciones. La primera es que sólo puede intervenir cuando Sepp y sus secuaces lo dispongan; la segunda, no revisar el pasado de la entidad. Lo pasado, pisado. Así y todo, este órgano judicial de la Federación aún se presenta de “carácter independiente”.
Este Comité también le sirvió de herramienta al suizo para atacar opositores, y hacer duradero su trono, que se extendió desde 1998 a 2015, cuando renunció al cargo a días de ser reelecto. Es que las balas picaron cerca tras el FIFAgate con el que el FBI encarceló sólo a dirigentes del continente americano.
Blatter se calzó el traje de la ética para atacar a un oponente, por un supuesto caso de racismo. Sin embargo, gambeteó el caso de Julio Grondona, quien en 2003 habló en televisión despectivamente de los árbitros judíos. “No creo que un judío pueda ser árbitro de Primera, porque es un trabajo difícil y a los judíos no les gustan las cosas difíciles”, tiró el histórico presidente de la AFA y fiel ladero de Sepp. A la Comisión de Ética le alcanzó con las disculpas de Don Julio a la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (Daia). También la usó ante Bin Hammam, el opositor qatarí que quiso desbancarlo en las elecciones de 2011. “En círculos de Qatar se comentaba que el acuerdo establecía que, si Bin Hammam retiraba su candidatura, la Comisión Ética dejaría de investigar”, cuenta el alemán Thomas Kistner en su libro FIFA mafia, publicado en 2015, con un nombre condenado a tener eterna vigencia.
La Comisión también miró para el costado en casos de sobornos que involucraban a altos dirigentes como Joao Havelange, Ricardo Teixeira, Nicolás Leoz. Tanta credibilidad perdió ese órgano que las y los coterráneos de Blatter votaron como slogan no deseado del año 2010 la expresión “Comisión Ética de la FIFA”.
La casa ¿madre?
Más allá de avances y conquistas del fútbol de mujeres casi a la par de la revolución feminista, en este popular deporte aún mandan y deciden los hombres. Y la FIFA, pese a denominarse como la “casa madre del fútbol mundial”, continúa teniendo un régimen patriarcal. La Comisión de Ética que desestimó las denuncias de las jóvenes jugadoras del seleccionado juvenil a cargo de Guacci está presidida por Martin Ngoga (Ruanda) y Vassilios Skouris (Grecia). Lo secundan en la vicepresidencia Bruno De Vita (Canadá), Fiti Sunia (Samoa) y Parusuraman Subramanian (Malasia). Todos varones.
En la Argentina, también las cuestiones de género suelen “resolverla” los dirigentes. El Consejo de Fútbol de Boca –liderado por Juan Román Riquelme– decidió que Sebastián Villa esté en cancha pese a que nuevamente fue denunciado por una mujer, esta vez por violación e intento de homicidio. El periodista Ezequiel Scher reveló que cuando Jonatan Cristaldo jugaba en Racing y fue denunciado por su ex pareja, la discusión para tomar medidas se dio entre nueve varones y una mujer. El resultado fue una semana de suspensión y la capacitación en género que el delantero nunca hizo, ni siquiera en Newell’s, tal como lo exigía su Secretaría de Género y Diversidad para su arribo: “Tuvo la disposición de hacerla, pero no llegamos por las elecciones del club, y en plena pandemia”, le confirman a este medio desde esa área de la entidad del Parque Independencia.
En el intento de reforma de la FIFA, Blatter rechazó en su momento la incorporación de una mujer al Comité de Ética. Sue Akers, ex subcomisaria adjunta de Scotland Yard, la policía londinense. Mark Pieth, quien encabezaba la reforma blatteriana, explicó: “Akers fue nuestra segunda candidata, pero los venerables ancianos de la FIFA dijeron: «¿Es que vamos a confesarle a una mujer las cosas malas que hemos hecho? ¡Eso es pedir demasiado!»”. El primer candidato fue el argentino y ex fiscal del Tribunal de La Haya, Luis Moreno Ocampo, rechazado fervientemente por dirigentes sudamericanos como Grondona y Leoz. Antes de su renuncia por el fracaso de la reforma, la abogada canadiense Alexandra Wrage (quien era jefa del organismo anticorrupción Trance Internacional) le confesó a Forbes en 2013: “A mí se me comunicó que era inaceptable que una mujer ocupara una posición de liderazgo en la Comisión de Ética. No se me ocurre un ejemplo peor de sexismo”.
Con el arribo del también suizo Gianni Infantino al edificio ubicado en la colina de Zúrich, la Comisión de Ética buscó “deconstruirse”. Por lo menos así lo dio a entender cuando nombró en el cargo a la colombiana María Claudia Rojas (quien estaba al frente del área cuando llegó la denuncia de las jugadoras argentinas) para “reflejar mejor la diversidad geográfica y de género”. De todas formas, son más los que afirman que la medida del mandamás de la FIFA fue desplazar a los anteriores responsables porque lo investigaban por supuesta mala práctica. El vecino suizo de Blatter, finalmente se salió con la suya.
El futuro, ya llegó
En la carta de presentación de su amplio currículum, Diego Guacci cierra con una frase del ex amo de la FIFA, Sepp Blatter: “El futuro del fútbol es femenino”. Y concluye: “Argentina, somos muchos y nos conocemos poco”. Su nombre no circuló hasta conocida la resolución de la Sala de Adjudicaciones de la Comisión de Ética de la FIFA, que lo exculpó. El caso llegó a principios de 2020 a las oficinas ubicadas en algunas de las seis plantas subterráneas de la millonaria sede de Zúrich. “La FIFA opera mayormente bajo tierra”, dice Kistner. Pero las investigaciones iniciaron más de un año después. Fifpro aseguró que las pruebas fueron “contundentes y creíbles” contra el DT. Las futbolistas lo acusaron de meterse con sus cuerpos, de pedir exhibirlo ante él, de recibir insultos obscenos y comentarios referidos a la orientación sexual, entre otros agravios. “Cuánta evidencia se necesita para la acción disciplinaria”, se preguntan desde el gremio, que rechaza “la falta de diversidad de género” en esa área.
Mónica Santino, creadora de La Nuestra Fútbol Feminista –un espacio futbolero y de militancia en la Villa 31 de CABA– fue arquera y es entrenadora. Reconoce que “siempre existió mucho miedo a denunciar o a decir, con muy poca evidencia. Porque estas situaciones generalmente transcurren al interior de los clubes y quienes las ejercen, que ostentan un poder y un privilegio, se ocupan muy bien de ocultarlas”.
Para la también periodista y escritora, no son todas malas noticias. “A diferencia de otros momentos, hay un montón de compañeras militando en distintos espacios feministas dentro de los clubes”, como áreas, secretarías o subsecretarías de género. “No pasa como otro tema más, ahí está mi esperanza, mi optimismo”.
Santino reconoce que “era difícil” que la investigación avanzara en Zúrich, aunque esperaba que el caso hiciera mella en calle Viamonte. “Viniendo del ámbito internacional pensábamos que podía ejercer alguna presión sobre la AFA”, ya que las denuncias datan del paso del entrenador en los seleccionados femeninos sub 15 y sub 17. “Pesan más las influencias, los privilegios y el tramo que este técnico ejerció como parte de la FIFA también”.
Guacci es instructor de FIFA y Conmebol. La entidad internacional se valió de la falta de un proceso judicial en la Argentina para cajonear la causa. Al parecer, echó mano del viejo lema de Blatter: En la gran familia de la FIFA, todos los conflictos se resuelven en casa.
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