Se cumplieron 25 años de la ordenanza que creó el Museo de la Memoria. Hubo homenajes a los concejales que en aquel entonces la impulsaron y a integrantes de las distintas comisiones directivas, entre ellos Juane Basso, cofundador del periódico El Eslabón e integrante de la cooperativa La Masa, que produce este portal.
En 1998, el Concejo Municipal aprobó la ordenanza impulsada por el entonces edil radical Roberto Bereciartua que propiciaba la creación del Museo de la Memoria “con el objetivo de promover el acceso al conocimiento y la investigación sobre la situación de los derechos humanos y la memoria social y política en nuestra región, en el país y en Latinoamérica. Su acervo incluye material de diverso tipo que informa acerca de las violaciones a los derechos humanos en América latina y el mundo, especialmente sobre el accionar del terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico militar en la Argentina”, según se lee en el sitio oficial del Museo.
Recién el 23 de marzo de 2010, un día antes del 34 aniversario del golpe, se tomó posesión del caserón ubicado en la esquina de Moreno y Córdoba, donde había funcionado el Comando del II Cuerpo de Ejército, un emblema de la dictadura, con un acto multitudinario que contó con la presencia –además de las Madres de la Plaza 25 de Mayo, los organismos de derechos humanos y familiares de las víctimas–, del gobernador Hermes Binner y el intendente Miguel Lifschitz, junto a legisladores locales, provinciales y nacionales. Entre ellos el diputado provincial Daniel Di Pollina que había presentado el pedido de expropiación del inmueble que hasta unos meses antes había albergado al bar temático Rock&Feller’s. Muchos recuerdan los emotivos discursos de Elsa Chiche Massa y del miembro de la comisión directiva del museo Iván Hernández Larguía. Y del himno entonado por Juan Carlos Baglietto.
A 25 años de la aprobación de aquella norma que no determinaba aún el lugar en el que iba a funcionar el futuro museo, Roberto Bereciartua rememora y destaca: “La ordenanza salió por el apoyo de los demás concejales pero sobre todo de los organismos de derechos humanos sin los cuales no hubiera sido posible. Sabíamos que teníamos una gran responsabilidad con la memoria, la verdad y la justicia, por lo que había ocurrido durante el terrorismo de Estado en la Argentina”.
“Había que preservar archivos, testimonios, bibliografía, notas periodísticas, y construir un verdadero museo de Memoria sobre los hechos reales, pero no mostrando el horror, sino sobre todo a través del arte”, continúa el licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales, y agrega: “Y que fuera a la vez una escuela, porque había que concientizar, educar a las generaciones venideras para que nunca más pasara lo que pasó en nuestro país. Un museo para toda la sociedad pero sobre todo para alumnos que sean acompañados y guiados por docentes conscientes de la responsabilidad que tienen, además del dictado de las materias formales, para con la defensa de la democracia y con los derechos humanos”.
En el acto llevado a cabo el miércoles 1° de marzo, Bereciartua recordó la figura de Juane Basso, referente histórico de Hijos Rosario y uno de los fundadores de este periódico y de la Cooperativa La Masa, fallecido el 3 de marzo de 2021. “Juane estuvo desde un principio apoyando, acompañando, asesorando en todo lo que tenía que ver con la temática del Museo desde su creación”, dice Roberto, y suma: “Fuimos elegidos al mismo tiempo por el Concejo –porque más allá de su carácter municipal los custodios del Museo son, además de los organismos de derechos humanos, los concejales y concejalas de todas las fuerzas políticas que conforman el cuerpo legislativo– para integrar la Comisión Directiva. Y poder compartir esos cuatro años con Juane fue algo muy gratificante y de mucho aprendizaje para mí que tenía una mirada desde mis setenta y pico de años mientras que él venía con toda la fuerza de su juventud, su militancia y por supuesto su historia personal. La verdad es que su muerte fue una pérdida muy grande. Muy grande por lo que significaba para Hijos su presencia y para todos quienes tuvimos la suerte de conocerlo”.
En el acto por los 25 años de la ordenanza que promovió la creación del Museo de la Memoria, se homenajeó a los concejales que en 1998 impulsaron el proyecto y a ex miembros de las distintas comisiones directivas. “Llegué sabiendo que íbamos a recibir una mención por la participación de Hijos en la CD del Museo, y que particularmente quien había estado siempre en ese lugar era el Juane”, dice Nora Pastorini, integrante de esa agrupación de derechos humanos, y añade: “Lucas (Massuco, director del Museo) me preguntó si yo iba a subir a recibir el reconocimiento y aunque me tomó desprevenida le dije que sí. Cuando me dieron el diploma, al ver el nombre de Juan Emilio Basso me causó una enorme emoción, mezcla de admiración y tristeza. Admiración por el Juane, tristeza por haberlo tenido tan cerca y sentir que me faltó muchísimo más tiempo con él para compartir la militancia, las discusiones y los asados. Quise agradecer y se me quebró la voz. Sólo pude pedir un aplauso en su memoria. A la tarde en análisis me escuché diciendo «extraño a un compañero». Este viernes 3, apenas me despierte lo voy a sentir cerca, llegando a casa para poner en funcionamiento la transmi pirata, como bautizó a la transmisión de mi declaración en la causa Klotzman en pandemia. Juane, querido amigo, te extraño”, evoca Nora, en alusión al juicio en el que se investigaron los responsables de la desaparición de su papá y otras víctimas del genocidio.
Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 04/03/2023
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