Este miércoles por la mañana se puso en marcha el juicio ora y público contra agentes de seguridad privada y policías por el asesinato de Carlos Orellano. Edgardo, su padre, señaló: “Si no hubiéramos peleado por todo esto, esta gente estaría afuera”.

A tres años del asesinato de Carlos Bochacha Orellano, empezó el juicio en el Centro de Justicia Penal de Rosario, donde este miércoles se concentraron familiares y amigos de la víctima, para seguir de cerca el caso en el que están involucrados dos patovicas y dos policías de la Provincia de Santa Fe.

Foto: Jorge Contrera

Antes de ingresar al edificio judicial ubicado en Sarmiento y Virasoro, Edgardo Orellano, padre de Bocacha, remarcó: “Son tres años de movilizaciones y lucha en búsqueda de testigos y pruebas”. Sobre el caso, cuestionó que “los encargados de investigar hicieron desaparecer cantidad de pruebas”, y “desde el primer momento borraron todos los rastros, se fraguaron actas y mucho más”.

Ante esta situación, Orellano afirmó en diálogo con la prensa: “Siempre nadamos contra la corriente”. Y se refirió a la declaración de los testigos: “Sabemos lo que han declarado anteriormente y seguro no darán vuelta su testimonio. Con lo que ya sabemos hasta ahora, esta gente debería ir presa”, agregó en relación a los dos agentes de seguridad privada y los dos policías acusados.

Foto: Jorge Contrera

“Mi hijo fue por primera vez a bailar ahí, y no salió vivo. Desapareció por 60 horas y salió flotando detrás del boliche. Que me van a negar, que mataron a mi hijo”, apuntó Edgardo, y expresó su disconformidad con el trabajo de la Fiscalía, que pedirá 19 años de prisión para la policía y 17 para los patovicas. “Como querellantes pediremos 23 y 19 años respectivamente.

“No estamos conformes de cómo se ha manejado la Fiscalía, siempre pensamos en una perpetua y creemos que no han preservado las pruebas y muestras”, ya que “donde la policía decía que no había nada, nosotros encontramos”, dijo al respecto, y añadió: “Si nosotros no hubiéramos peleado por todo esto, toda esta gente estaría afuera y nadie hubiera pagado por el homicidio”.

Foto: Jorge Contrera

“Mi hijo vio algo que no tenía que ver, por eso dieron la orden para matarlo. Era un buen pibe, que nunca anduvo en la calle buscando lío. Desde el boliche siempre nos agredieron, siempre se preocuparon para que no se sepa la verdad”, remarcó por último.

Desde la Asociación Bocacha Orellano recordaron el caso: el 24 de febrero de 2020, Carlos salió a bailar al boliche Ming River House, ubicado en el complejo La Fluvial. Esa noche dos agentes de seguridad privada y dos policías de la provincia de Santa Fe lo acorralaron contra el muelle del complejo, lo violentaron y lo agredieron en grupo generando su caída. Dos días después, su cuerpo sin vida emergió en las aguas del río Paraná, a la altura del patio del mismo boliche.

“Bocacha fue asesinado. Con dos agentes de seguridad privada y dos policías acusados como autores, sabemos que fue homicidio en contexto de violencia institucional y policial”, remarcaron desde la Asociación.

Foto: Jorge Contrera

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