Desde que Cintia lo despidió, como un perro, deambula por el barrio. En su casa está poco, porque no quiere encontrarse con su mujer. Ella también lo rajó, pero él no le da bolilla: ¿a dónde se metería ahora, sólo, sin un mango, sin casa ni otra mina que lo banque y le haga el aguante?…

Sos un gil de cuarta, escucha que una voz le dice. Sos un gil, porque te hacés el poronga, el garca, y no tenés dónde caerte muerto. En la vida, los únicos porongas son los que la tienen bien larga, no como vos, que tenés una mechita corta. Bien corta, prosigue la voz.

Sorprendido, se da vuelta. Mira hacia todos lados, buscando a ese hablante misterioso y desconocido, pero no ve nada. Está parado al lado de la canchita donde estuvo la vez pasada, que está vacía por completo. Son las dos de la tarde y es de suponer que, por la hora, ningún pibe vino a jugar un picado.

Nervioso, sigue buscando, hasta que la voz vuelve a hablarle. Dice: ¿Sabés una cosa?… Para ser poronga, hay una condición. Una sola: tener mucha guita. ¡Pero, mucha, eh!… 

La voz retumba, potente, en medio de la nada. Comienza a sudar frío en una tarde en la que el sol pega liviano, sin calentar. Se pasa la mano sobre los ojos, frotándose, como si fuese a limpiarlos para ver quién habla. A pesar de eso, no ve a nadie.

Entonces comienza a jadear, en vez de respirar, cada vez con más fuerza. El pecho parece explotarle, por lo que apoya sus manos sobre el frente de su torso, como si fuese a contener una fuerza a punto de estallar.

Hasta que empieza a correr, sin poder evitarlo. Siente que no lo hace por su propia voluntad sino movido por algo, o alguien, que no sabe qué es. Eso lo arrastra, cada vez con más fuerza, haciendo que, a medida que corre, sus pies levanten un polvo espeso que se eleva por el aire formando unas nubecitas oscuras que lo rodean, acompañándolo en la huida.

Y justo cuando está por llegar al borde de la cancha, desesperado por el pánico que lo ha invadido, otra voz le dice: ¡Eh, loco!… ¿A dónde vas?… ¿Qué te atacó que andás corriendo como un colifa?….

Capítulo anterior

¡Sumate y ampliá el arco informativo! Por 1000 pesos por mes recibí todos los días info destacada de Redacción Rosario por correo electrónico, y los sábados, en tu casa, el semanario El Eslabón. Para suscribirte, contactanos por Whatsapp.

Más notas relacionadas
  • La lengua del peronismo

    Días atrás, Kueider, el maletero de dólares, declaró suelto de cuerpo: “Soy peronista y ja
  • Revisitando a Sábato

    Hace más de 50 años leí Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sábato. Recuerdo que me impresio
  • Lo que se cifra en el nombre

    Jorge Luis Borges creyó que los rasgos eminentes de una vida y un destino pueden cifrarse
Más por Roberto Retamoso
  • Fichas botánicas

    Agapanto: Durante mi juventud trabajé de bibliotecaria en una escuela secundaria, la Gurru
  • La lluvia de febrero

    Yo no sé, no. El pronóstico decía que en pocas horas caería un toco de agua, y todos sabía
  • La imaginación contra el poder

    Pasó la marcha y la evaluación que podemos hacer en cuanto a la participación es muy inter
Más en Columnistas

Dejá un comentario

Sugerencia

Central lo hizo de nuevo: venció Newell’s en el clásico

Con goles de Duarte y Campaz, uno en cada tiempo y con Quintana como jugador clave en amba