La integrante de Hijos Rosario y de Abuelas de Plaza de Mayo, Sabrina Gullino Valenzuela Negro, recodó que Daniel Amelong, el genocida que defendió la candidata de La Libertad Avanza, fue quien la dejó en un hogar a poco de nacer.

Sabrina es la nieta recuperada n° 95 y militante de derechos humanos. En una entrevista con Radio Nacional Rosario repudió la defensa que hizo la candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza, Victoria Villarruel, sobre el represor Daniel Amelong, condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad.

“Amelong me dejó abandonada en el hogar del huérfano cuando yo era bebé”, remarcó la mujer, que aún busca a su hermano mellizo, y recordó que “los represores y genocidas han tenido todas las garantías de la ley” a diferencia de los militantes desaparecidos y asesinados en los 70.

“Me sorprende cómo Villarruel busca poner al represor Amelong como una víctima a la que no se la deja escuchar, con quien no se cuenta la memoria completa, como dice ella, cuando en realidad estos represores y genocidas han tenido la posibilidad de ser juzgados en tribunales ordinarios, con todas las garantías de la ley, los debidos procesos judiciales”, señaló Gullino.

Además, la nieta recuperada en 2008 –cuando supo que era hija de Edgar Tulio Valenzuela y Raquel Negro– señaló que “las y los rosarinos y en la región estamos consternados” ante los dichos de Villarruel en el debate de vicepresidentes en TN “porque sabemos los graves delitos por los que fue juzgado Amelong, entre ellos, fue él junto con Pagano, otro represor, quien me dejó a mi abandonada en el Hogar del Huérfano de Rosario”.

Antes, en un posteo en su cuenta de Instagram, Sabrina remarcó que “el teniente Daniel Amelong, a quien Villarruel defiende y presenta como una víctima de esta «Memoria incompleta», fue junto con Pagano, uno de los represores que me buscaron en el Instituto Privado de Pediatría y me abandonaron, con apenas días de nacida, en la puerta del Hogar del Huérfano de Rosario”.

“Era la madrugada del 27 de marzo de 1978 y para garantizar que alguien atienda la puerta (como buenos cristianos), colocaron un escarbadientes en el timbre”, continúa el escrito, y agrega: “Amelong seguramente sabe -si no es que fue él mismo- quién asesinó a mi madre y puso su cuerpo desnudo, con los brazos atados atrás y con una bolsa de nylon en la cabeza, en un baúl de un Peugeot 504 para reunirlo con los cuerpos de los otros 14 compañeros -asesinados- en el CCD conocido como La Intermedia, una propiedad de la flia de Amelong, ubicada camino a Santa Fe”.

Y cierra el texto, apuntando a la candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza: “Puede Villarruel preguntarle a su amigo Amelong, su defendido, juzgado a varias cadenas perpetuas en 5 juicios, ¿ A quién le entregó al Melli?” el hermano que aún busca. “Nuestra familia está incompleta”, concluye.

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