Sin pasar por el Congreso y sin intervención de la Cancillería, un área menor del Gobierno le abrió el río Paraná al Ejército estadounidense. Claudicación de la soberanía y afectación de la defensa nacional.
Unos días después de que el gobierno británico decidiera unilateralmente la ampliación de la zona de veda pesquera en las islas Georgias y Sandwich del Sur, las personas a cargo del Poder Ejecutivo argentino le abrieron el río Paraná al Ejército de los Estados Unidos, en línea con la pérdida de soberanía y “apertura” que guían las acciones del admirador de la ex primera ministra inglesa Margaret Thatcher y el expresidente norteamericano Donald Trump. Un legislador se preguntó “qué hace el Ejército de los Estados Unidos en la hidrovía” y un miembro del Foro por la Recuperación del Paraná consideró que “es una claudicación total a la soberanía, a la integridad fluvial y territorial” del país. La apertura al ejército estadounidense se decidió en paralelo a otra habilitación que involucra a fuerzas armadas, en este caso las argentinas, a las que se convocó a Rosario a sumarse a la “guerra sin cuartel” contra el “narcoterrorismo”, en la que la Casa Blanca tiene para aportar a la Casa Rosada una larga y cruenta trayectoria, aunque pocos resultados concretos si de frenar el tráfico de drogas se trata.
El Gobierno de Javier Milei firmó a través de la Administración General de Puertos (AGP) un “acta de inicio de vigencia del Memorandum de Entendimiento” con la embajada de Estados Unidos en Argentina, para profundizar con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de ese país “el intercambio de información entre ambas gestiones, con el eje puesto en la eficiencia y la concreción de nuevas capacitaciones en aspectos de gestión de puertos y vías navegables, mantenimiento de la navegación y equilibrio ambiental, así como desarrollo de infraestructura, entre otras áreas”, de acuerdo a una comunicación de la administración local.
La que difundió la embajada extranjera fue más abarcativa: “Nuestros países reconocen los objetivos compartidos de garantizar operaciones portuarias de vías navegables eficientes y transparentes en medio de dinámicas ambientales en evolución, incluyendo las realidades del cambio climático y la necesidad de mejorar las medidas de seguridad para combatir actividades ilícitas en las operaciones de vías navegables”.
La versión estadounidense incluye, entonces, “las realidades del cambio climático” en el que el presidente argentino no cree –“El calentamiento global es otra mentira del socialismo”, ha dicho– y el combate a “actividades ilícitas” a través de los barcos que transitan por la vía navegable con salida marítima.
Se entiende
La información se conoció el 7 de marzo, cuando las partes rubricaron el Memorandum de Entendimiento, cuyo contenido no se hizo público hasta ahora.
El Gobierno informó por medio de una comunicación que “durante el acto de firma del acta de inicio de vigencia del Memorandum de Entendimiento, del que participó el Secretario de Empresas y Sociedades del Estado de la Jefatura de Gabinete de la Nación Mauricio González Botto, el Embajador de los Estados Unidos de América, Marc Stanley, el interventor de AGP Gastón Benvenuto y el representante del Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos, Adriel McConnell, se firmó el Acta de Inicio del Memorándum”.
El acta llevó la firma del Embajador de Estados Unidos, el Interventor de AGP y el representante del Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos.
“El convenio permitirá profundizar el intercambio de información entre ambas gestiones, con el eje puesto en la eficiencia y la concreción de nuevas capacitaciones en aspectos de gestión de puertos y vías navegables, mantenimiento de la navegación y equilibrio ambiental, así como desarrollo de infraestructura, entre otras áreas”, señala el comunicado.
“Este es el inicio de una nueva etapa en la gestión de la Vía Navegable, aprovechando los conocimientos técnicos que genera este acuerdo para seguir mejorando en la gestión de recursos, en los sistemas de tecnificación de dragado y balizamiento y para seguir profundizando la capacitación de los cuadros técnicos de la Administración General de Puertos”, señaló el interventor de la AGP, quien le dijo Benvenuto al Ejército estadounidense, sin que el asunto tuviese intervención de la Cancillería local ni el Congreso que, como se sabe, es un hogar de roedores.
De acuerdo a la información oficial, el embajador Stanley subrayó el trabajo conjunto entre AGP y el Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos al afirmar que “ésta relación es un ejemplo perfecto de cómo nuestros países pueden conectar expertos técnicos para mejorar la gestión de nuestra infraestructura crítica”.
La comunicación que difundió la embajada del país del norte es más amplia en cuanto a los objetivos: “Nuestros países reconocen los objetivos compartidos de garantizar operaciones portuarias de vías navegables eficientes y transparentes en medio de dinámicas ambientales en evolución, incluyendo las realidades del cambio climático y la necesidad de mejorar las medidas de seguridad para combatir actividades ilícitas en las operaciones de vías navegables”, dice.
El acuerdo que habilita la participación de una fuerza armada extranjera en la vía navegable más importante de la Argentina –por donde circulan alrededor del 70 por ciento de los envíos locales al exterior y viajan los estupefacientes producidos en otros países de América latina hacia los puertos de Europa–, se da en un contexto de indefinición por parte del Gobierno de Milei en relación a la continuidad de la administración, control y mantenimiento de la mal llamada hidrovía, que era el nombre de la empresa que prestó ese servicio durante los 26 años de concesión tras la privatización durante la gestión de Carlos Menem. El mejor presidente democrático, según el principal morador actual de la Casa Rosada.
¡Green go!
El diputado nacional santafesino de Unión por la Patria (UP), Eduardo Toniolli, presentó un proyecto para que el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, acuda al Congreso a responder “qué hace el Ejército de los Estados Unidos en la hidrovía”, y enmarcó la firma del memorándum en la decisión oficial de establecer “un alineamiento decidido en el marco de la disputa comercial y geopolítica” entre EEUU y China.
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EEUU es una fuerza de 37 mil hombres y mujeres que presta servicios públicos de ingeniería en más de cien países, tanto en obras civiles como militares.
Entre sus objetivos persigue el de fortalecer la seguridad nacional (de su país), dinamizar la economía y reducir los riesgos de desastres naturales.
En Estados Unidos, es el encargado de administrar el río Misisipi, una extensa cuenca fluvial que atraviesa diez estados. Es decir, que aquél país mantiene el control estatal, a través de un cuerpo de sus fuerzas armadas, del principal río por el que fluye su producción. Acá también, pero no es el cuerpo de ingenieros del Ejército local el que lo hará.
El diputado Toniolli recordó en un posteo su cuenta de la red social X que “es sabido que EEUU considera la presencia China en la hidrovía Paraguay-Paraná como una amenaza a su seguridad nacional y a su competitividad global”.
Es sabido que EEUU considera la presencia China en la Hidrovía Paraguay – Paraná como una amenaza a su seguridad nacional y a su competitividad global. Un informe elaborado en Washington DC en 2022 por el Eno Center For Transportation así lo expresaba👇🏽https://t.co/p8PuQGIv78
— Eduardo Toniolli (@eduardotoniolli) March 12, 2024
“Un informe elaborado en Washington DC en 2022 por el Eno Center For Transportation así lo expresaba”, agregó el diputado rosarino, para agregar que “ya en marzo de 2023, los gobiernos de EEUU y de Paraguay firmaron un convenio similar para la elaboración de un plan maestro para la navegabilidad del río Paraguay con el apoyo técnico del cuerpo de ingenieros militares” del país norteamericano.
Un proyecto similar ya había sido retirado en Paraguay en 2019 por el rechazo del gobierno argentino, y en un nuevo intento provocó en 2022 la reacción de los gobernadores del Norte Grande argentino y un pedido de explicaciones de nuestra Cancillería, señaló Toniolli.
En 2022 “el tema fue abordado en un proyecto presentado por el diputado Pedrini, que expresó preocupación ante la presencia militar de los EEUU en la Hidrovía, «por amenazar la seguridad nacional y desequilibrar las relaciones de Defensa entre los países integrantes del Mercosur»”.
El proyecto, que llevaba la firma de otros 17 diputados, señalaba: “La presencia militar del gobierno de Estados Unidos en nuestra hidrovía Paraná-Paraguay, compromete la seguridad de los estados ribereños y convierten a la región en escenario de conflictos ajenos”.
El escenario actual es –casi– similar. “Hoy nos toca reiterar la misma preocupación, pero en este caso por decisiones del gobierno argentino que configuran a todas luces un alineamiento decidido en el marco de la disputa comercial y geopolítica entre dos potencias”, sostuvo el diputado de UP sobre las tensiones chino-estadounidense.
Claudicar
“Es una claudicación total a la soberanía, a la integridad fluvial y territorial de nuestra soberanía”, dice el investigador Luciano Orellano en diálogo con El Eslabón.
Autor del libro Argentina sangra por las barrancas del río Paraná, Orellano considera que el memorándum de entendimiento firmado por la AGP con el Ejército de los Estados Unidos es la rúbrica de una entrega.
“Esto es la declinación total de nuestra soberanía”, abunda Orellano, quien entiende que el control y administración de puertos y vías navegables no es solamente una cuestión comercial sino que “es un tema de defensa”.
“No sólo los Estados Unidos, sino en los países centrales, no hay ninguno en el mundo que te vaya a dar la administración y el control de los ríos, y menos la concesión de los puertos”, dice.
Si bien no se conoce la letra del entendimiento, más que a través de comunicaciones oficiales, considera que “van en el sentido del gobierno de Milei y su alineamiento internacional hacia los Estados Unidos y la Otan (Organización del Tratado del Atlántico Norte)”, además de recordar que el presidente “es muy amigo de los ingleses”.
“Este hombre trabajó 15 años para Eduardo Eurnekian, que tiene Aeropuerto Argentina 2000, tiene una empresa de biocombustible en Santa Fe que se llama Patagonia, y este es condecorado por el imperio británico. Por eso tiene una profunda admiración por Thatcher”, abunda.
En relación a la participación del Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense en la vía navegable del río Paraná, Orellano afirma que “se sabe muy bien que desde los vikingos para acá, por más que estemos en la era de la inteligencia artificial, que se sigue conquistando por las aguas”.
Por eso, considera el asunto, fundamentalmente, como “un tema de defensa”.
Además, contrasta la decisión del gobierno de Milei con lo que se había avanzado en la gestión anterior en material de administración, mantenimiento y control de la Vía Navegable Trocal (VNT), la mal llamada hidrovía.
“Esto tiene una enorme significación, porque se había avanzado con el control y la administración del río Paraná, en el Consejo Federal, donde se había dado un paso en el sentido del reconocimiento al federalismo, la democratización y la participación de las provincias de los estados ribereños”, explica.
Y agrega que “después de 26 años (de concesión en manos privadas) habíamos logrado el control y la administración del río. En ningún lugar del mundo, esto es ridículo, nadie te da para que controles, administres y gestiones el río”. En casi ningún lugar del mundo.
Orellano puntualiza que “esta cuenca representa el 40 por ciento de la seguridad alimentaria del mundo, para tener una dimensión de lo que estamos hablando”.
“No hay reunión de los países más importantes del mundo en que no se mencione, es un tema de carácter global y estratégico. De aquí salen 250 millones de toneladas, esa es la importancia estratégica”, señala.
En esa línea, agrega que “hoy la seguridad alimentaria depende en buena medida del cono sur, porque Brasil se convirtió en el principal productor de soja, que es la proteína del siglo XXI, ha superado largamente a los Estados Unidos y lo mismo en maíz. Por eso quieren tener el control total y absoluto de esto”.
El investigador considera que “la situación es de extrema gravedad. Y no se trata sólo de un memorándum de entendimiento, ampliaron su plataforma marítima en cuanto a Malvinas los ingleses, ahora los puertos, nos ponen radares en Ushuaia”.
Como se trata de un tema de Defensa, cree que el acuerdo entre la AGP y la embajada de EEUU en la Argentina no puede eludir el Congreso.
“Esto tendría que pasar por el Congreso, es una injerencia total de fuerzas armadas de otro país, nadie dice nada, no habla la Cancillería”, señala.
Además, sostiene que las políticas del gobierno de Milei van “a contramano del mundo”. “El mundo se protege, protege su mercado interno, su consumo, su industria, su tecnología, desarrolla su industria naval, administra sus ríos”, enumera, mientras La Libertad Avanza en “desregular totalmente, a contramano del mundo”.
La noticia de la firma del memorándum de entendimiento que habilita la participación del Ejército estadounidense en el río Paraná pasó casi desapercibida en medio de las disputas que tensionan cada día al Gobierno y de su estrategia de poner cotidianamente en el centro de la conversación pública a un nuevo enemigo, que dinamice a su tropa y distraiga a la opinión pública de las consecuencias reales de las principales políticas oficiales, que por ahora sufre con cierta resignación y la ilusión de un futuro venturoso.
Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 16/03/24
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