El zaguero de Central Juan Cruz Komar, presente en cada marcha del 24 de Marzo, repasa sus primeras inquietudes sobre la dictadura: “Me conmueve mucho”. De su etapa antiimperialista a los mates con Estela de Carlotto y visitas a ex centros clandestinos.

Cuando a Juan Cruz Komar le avisaron que había quedado en Boca y que al año siguiente ya tendría su lugar en la pensión, se fue a probar a Rosario Central. “Si quedé en Boca –pensó entonces–, capaz que tengo la suerte de quedar en Central también y obviamente que lo prefiero”. Pero en la prueba en el Canaya había más chicos que tiempo para mostrarse: “Fui el último día de entrenamiento, éramos como 60 pibes y hacían partidos de 15 minutos en los que teníamos poca participación. Prácticamente no toqué la pelota, apenas di un par de pases y nada más. No quedé, así que decidí irme a Boca”. En el Xeneize debutó en 2014 y, tras dos años con poca continuidad, pasó a Talleres de Córdoba. En 2022, tras una larga novela, vengó aquella prueba frustrada de pibe y cumplió su sueño de jugar en Central.

No importa el lugar: en CABA, en la Docta o en Rosario, Komar siempre es uno de los miles que marchan cada Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia. “Si siempre hay que ir, este año me parece más importante aún”, dice el futbolista en diálogo con El Eslabón.

El domingo tenemos que marchar

Hijo de docentes –su padre de Educación Física, su madre Maestra Jardinera–, Juan Cruz asegura que la profesión de sus viejos “sin dudas te orienta y te forma” para la vida. “Mi papá especialmente, desde muy chico me inculcó esas preocupaciones, me ponía a disposición algún libro de Galeano”, recuerda. Mientras vivió en Rosario cursó sus estudios primarios y secundarios en la Dante Alighieri, donde conoció a sus actuales amigos, con quienes “nos empezamos a interesar en temas sociales”. Un poco entre risas revela que “en esos primeros momentos eran como más extremos nuestros posicionamientos, te ponés como antiimperialista, antiyanqui, estábamos como en esa onda, escuchábamos Ska-P”, banda española de ska-punk. “Esas fueron las primeras preocupaciones que se fueron manifestando”.

De cara a un nuevo y especial 24 de Marzo, Komar confiesa que “me pasa algo especial con todo lo vinculado a la dictadura, creo que les pasa a muchos argentinos y argentinas”, y se explaya: “A mí es algo que me toca de muy chico, de forma muy visceral, que no me pasa con otras cosas. Lo siento cercano y siempre presente. Me conmueve, me emociona mucho”. Recuerda películas que lo marcaron, como Infancia clandestina (“quedé muy conmovido”) o lo que significa escuchar a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. A Estela de Carlotto, una de las máximas referentes, la conoció en 2018 en La Plata. Una tarde a puro mate y facturas “charlando un poco de todo”. Y agrega sobre ese encuentro: “Ella con la calidez, el cariño y la amabilidad con que se la ve públicamente nos recibió. Fuimos con mi viejo, fue una tarde inolvidable. Quedamos muy conmovidos, siempre recordamos lo hermoso de esa tarde”. 

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de Juan Cruz Komar (@juancruzkomar6)

Las charlas sobre esos tiempos oscuros de la historia del país y de la lucha posterior por Memoria, Verdad y Justicia “se empezaron a dar en el ámbito familiar”, cuenta el futbolista, respecto de cómo fue recolectando información para saciar esas inquietudes que le surgieron desde chico, y sigue: “También a través de películas y mucha lectura. Me cuesta armar el esquema de cómo te vas formando con todo eso, pero es la suma de todo: interpelaciones, escuchar interpretaciones de otras personas, ya de más grande fue visitar ex centros clandestinos, escuchar testimonios, toda esas situaciones le van dando forma a la visión sobre el tema”.

En su paso por Córdoba conoció el D2, hoy un espacio de memoria que ofició como reclusión ilegal durante el terrorismo de Estado. “Tiene la particularidad de estar en pleno centro, al lado de la Catedral, una muestra clara de la complicidad” entre la Iglesia Católica y la dictadura. También visitó La Perla, el centro clandestino más grande del interior devenido en Museo: “Conocí a los que organizaban las visitas, así que pude ir varias veces. Y en una de esas pudimos llevar a los chicos de la pensión de Talleres, estuvo muy bueno”. Entre otros, también estuvo en la ex Esma “que tiene un impactante recorrido”.

Otra manera de canalizar su militancia en derechos humanos y de expresar su compromiso al respecto es en las marchas de cada 24 de Marzo: “Todos los años voy, me parece la más importante”. Además, se posiciona respecto de la actual, la de este domingo: “Si siempre  hay que ir, este año me parece más importante aún, por el ataque que han recibido de parte del gobierno nacional” los sectores de derechos humanos “con la vicepresidenta (Victoria Villaruel) vinculándose con genocidas, el intento de desprecio por el número de desaparecidos, falacias que atentan contra esa etapa negra de nuestra historia”.

Llevo el fútbol en la memoria

“En los vestuarios, no en todos y no siempre, pero sí se habla”, dice Juan Cruz, como para desterrar ciertos prejuicios que arrastran los futbolistas sobre su interés en estos temas. Con el montevideano Facundo Mallo, ocasional compañero de zaga, también comparte estas inquietudes: “Con Facu hablamos de las similitudes y diferencias con la dictadura uruguaya. Ellos allá no han tenido la reparación que tuvimos en Argentina con los juicios a los militares”.

El defensor revela que “no a todos les interesa o les interpela el tema, pero como a mí sí, lo he hablado” en distintos planteles. “Comentarios que sean opuestos a los míos escucho cotidianamente”, aclara, y añade: “Pero en este tema es diferente. Por suerte no he escuchado apologías a la dictadura. Creo que es un tema que si bien todo el tiempo hay que disputar, no he tenido la desgracia de que alguien se posicione así”.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de Juan Cruz Komar (@juancruzkomar6)

También celebra la postura de los clubes sobre el tema, sea con banderas en las tribunas, actividades en sedes sociales y reconocimientos como la restitución de carnet de socios a desaparecidos. “La memoria es una acción que hay que hacer de manera colectiva y la participación de los clubes de fútbol, con lo que el fútbol representa para nuestra sociedad, es muy importante. Está bueno que la mayoría se involucre y se exprese en esta fecha tan especial”.

Consciente del lugar que representa, Komar se planta: “Entiendo que soy una figura pública, que lo que digo va a repercutir y que tengo que tener conciencia de mis palabras, del mensaje, de cuándo y cómo darlo, eso lo tengo claro. Pero por otro lado me parece que está bueno que nos involucremos. Yo tengo mis ideas claras, trato de manifestar a mi manera lo que pienso y creo que está bueno que los jugadores, o las figuras públicas como los artistas, se manifiesten si sienten la necesidad de hacerlo. Y el que no quiera hacerlo que no lo haga”. 

A su vez, considera un “pensamiento absurdo” las críticas ante una derrota sobre quienes piensan por fuera de la pelota “porque no va a cambiar el resultado de mi equipo ni de lo que yo haga por dar mi pensamiento en un medio”. Y por el contrario, remarca que “está bueno estar formado en otras cosas para encarar el fútbol con más herramientas”.

De barrio somos

Juan Cruz Komar se crió en el populoso barrio República de la Sexta y recuerda que en aquel tiempo “todavía podíamos ir solos al Parque Urquiza”, a un par de cuadras de su casa. “Quedamos como en el umbral de las nuevas generaciones que vivieron sólo las nuevas tecnologías, y fuimos como los últimos que pudimos hacer un montón de cosas que coincidían con lo que hicieron nuestros padres”, reflexiona.

Entre las primeras versiones de la Play Station y los últimos potreros (en la calle o en espacios verdes) atravesó una infancia “muy linda”, según resalta. Con la pelota no hubo amor a primera vista: “Muy de chico, me cuentan, medio que le esquivaba”. Pero entre los 5 y los 6 ya jugaba en Adiur, donde trabajaba su papá, y “me re enganché”.  Tras probar “como algo más ocasional” con la natación y la gimnasia deportiva, se metió de lleno en el deporte de la redonda. Pasó por casi todas las posiciones en cancha de 7: arrancó arriba porque “pateaba fuerte y era una ventaja”, pero “después fui yendo para atrás”. Tan para atrás que hasta se animó a ponerse los guantes: “¡Alguna vez atajé penales!”. Ariel García, un DT al que le tiene “mucho cariño”, fue quien le encontró la posición.

Renato Cesarini, su siguiente club, fue el primer gran paso hacia el jugador que es hoy: “Cuando lo analizo en retrospectiva no es que estaba con claridad forjando mi camino para ser profesional pero de alguna forma sabía que si quería intentarlo, ir a Renato en ese momento era como un acercamiento, porque tenía la posibilidad de que un montón de clubes de Buenos Aires o de acá de Rosario hicieran pruebas y se llevaran jugadores. Y fue lo que pasó”.

Ahí se le dio lo de Boca y el intento fallido en Central. Luego pasó a Talleres, a préstamo primero, por venta después. Y tras semanas intensas de lucha, se convirtió en jugador canaya. Tardó en llegar, pero al final tuvo su recompensa.

Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 23/03/24

¡Sumate y ampliá el arco informativo! Por 2000 pesos por mes recibí todos los días info destacada de Redacción Rosario por correo electrónico, y los sábados, en tu casa, el semanario El Eslabón. Para suscribirte, contactanos por Whatsapp.

Más notas relacionadas
Más por Santiago Garat y Facundo Paredes
  • Central empató ante Caracas en Venezuela

    El Canaya igualó 1-1 en su visita a Caracas, en el marco de la 3ra. fecha del grupo G de l
  • Club de lecturas

    En el marco del Día del Libro, Argentino obsequió obras de Fontanarrosa a capitanes rivale
  • Los siete Locos

    El Marcelo Bielsa de Newell’s, Vélez, Athletic Bilbao, Leeds United, y las selecciones de
Más en Deportes

Dejá un comentario

Sugerencia

Fuga en la Bolsa

El gobernador Pullaro pidió bajar retenciones al agro; recursos nacionales para infraestru