Familiares del jugador de la Selección argentina de fútbol, Ángel Di María, fueron amenazados en la madrugada de este lunes mediante una nota intimidatoria arrojada desde un auto en el barrio cerrado “Miraflores” de Funes, donde residen.

“Buscan generar conmoción pública”, dijeron a Redacción Rosario desde el Ministerio de Seguridad, que no dará a conocer el contenido de la nota para “no hacerle el juego a estos organizaciones criminales”.

La nota amenazante, que estaba envuelta en una bolsa de nylon color negro, fue arrojada alrededor de las 2.30 de la madrugada desde un automóvil color gris “que quedó registrado en las cámaras del country”, agregó el vocero de la cartera de Seguridad.

Por su parte, fuentes del Ministerio Público de la Acusación (MPA) explicaron a Redacción Rosario que “allí tiene domicilio el propio Di María”, y suele utilizar esa vivienda cuando está en Rosario.

Desde el MPA agregaron que interviene en el caso “el gabinete criminalístico de la Policía de Investigaciones” de Rosario y la Fiscalía en turno de Flagrancia.

“Se solicitó el levantamiento de rastros (huellas dactilares), el relevamiento de cámaras de seguridad y la toma de testimonios”, añadió el vocero.

La principal hipótesis de los investigadores consiste en que la amenaza a Di María, quien se desempeña en el Benfica de Portugal, procura causar “conmoción” pública.

En la misma mañana de este lunes se suspendió el servicio de transporte público de colectivos por una amenaza escrita que desconocidos dejaron en un galpón de la empresa Movi, ubicado en Provincias Unidas y Rueda, donde se guardan los coches.

Los choferes decidieron suspender el servicio ante el temor que generó la nota intimidatoria.

Las dos amenazas se producen dos semanas después de que la ciudad quedara casi paralizada –sin transporte de colectivos, taxis ni remises, sin clases y con comercios con las persianas bajas- tras una seguidilla de cuatro asesinatos de víctimas inocentes.

El Gobierno provincial adjudica esos hechos a los jefes de las bandas criminales encarcelados, como reacción al endurecimiento de las condiciones de detención.

Los propios detenidos denunciaron la aplicación de torturas en las cárceles, como parte de la política oficial de “guerra contra narcoterrorismo”.

En marzo del año pasado, en un hecho que puede tener similitud con el que afecta a la familia Di María, fue atacado de 14 balazos el supermercado Único, propiedad del suegro de Lionel Messi.

En aquella ocasión, lógicamente, la noticia dio la vuelta al mundo.

Por ese hecho, el MPA imputó como instigador –es decir, quien lo ideó- a un preso ligado a la banda narco “Los Monos”, quien habría utilizado el ataque en una interna con otra facción criminal de la misma organización, vinculada además al control de la barrabrava de Newell’s Old Boys.

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