La multifacética actriz y defensora de los derechos de las mujeres, Laura Azcurra llega a Rosario con una obra que promete. “Este juego que hacemos con el arte de realidad y ficción, es muy liberador y necesario”, expresó.
Laura Azcurra y Valeria Stilman son Tita & Rodhesia, la obra que desembarca el sábado 6 de abril a las 21 en Plataforma Lavardén. Se trata de dos mujeres unidas por el debate de las formas hegemónicas del pasado con la nueva visión abarcativa y diversa de los nuevos tiempos. Con una música en escena, construyen delirantes historias junto al público que ayudará con la consigna, proponiendo ideas y títulos, para que las intérpretes puedan componer sus personajes e historias en el momento, corroborando así que lo que sucede es una creación en tiempo presente.
El título con referencia a la marca de las golosinas, tan icónico y que data de las primeras grandes grietas argentinas surgió, justamente, por su relación con la popularidad y la dulzura. Nombrarse como Tita & Rodhesia nace hace unos ocho años atrás, cuando las actrices se presentaron en una competencia de duplas de improvisación y notaron que eran las únicas mujeres, entonces quisieron hacer de ello una aparición fuerte y arrabalera.
La presentación que darán el próximo sábado es una obra de teatro compuesta de cuatro espacios y momentos de improvisación. Consultada por El Eslabón, Laura Azcurra confiesa: “Yo, como actriz, que vengo de un palo más teatrero y conservador, quería que tuviese un marco de alguna manera abrasador al momento espontáneo de construir con el público una historia, personajes y consignas”. La obra tiene una estructura teatral y dentro de ella aparecen momentos de improvisación, que son el 80 por ciento del espectáculo. Existe un guión para tener cierto orden y para que se pueda ponderar el vínculo de las personajes y la mirada de la perspectiva de género”.
Proveniente de una familia de obreros del arte, como ella lo llama, era casi inevitable para Laura dedicarse al arte sabiendo que siempre será un espacio de unión, de disfrute y de mucho compromiso social y profesional por parte de sus padres. “A lo largo de toda mi existencia fui creciendo en un espacio donde había mucho arte: si no estaban los amigos actores de mis papás estaban los pintores. Y en mi casa se construían historias desde revisiones de texto de obras que escribía mi papá o vestuarios que hacía mi mamá”.
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La década del 90 encuentra a una Laura adolescente trabajando en lugares mucho más normados y binarios, teniendo que ser condescendiente a pedidos de la época: portarse bien, ser simpática, reírse de chistes poco graciosos. Por suerte, advierte la actriz, estas situaciones comenzaron a cambiar, aunque vaya lento, y afirma que hoy en día puede decir: “Esto que era así yo ya no lo quiero sostener más”.
En este contexto y en su experiencia como trabajadora mujer en el mundo de la industria cultural, Azcurra cuenta haber atravesado situaciones de desigualdad de género como cualquier otra mujer: “Teniendo que hacer nuestra tarea explicando y justificando que podemos hacerla y hacerla bien. Siempre me sentí más exigida en relación al mismo trabajo que hacían mis compañeros varones”.
De esta manera, no es difícil sospechar que la artista haya sido parte de la creación del Colectivo Actrices Argentinas, en 2018, una unidad de sentido diferencial en el contexto de la lucha feminista en Argentina. Pero en un estado coyuntural actual que vapulea a todo lo concerniente al trabajo social, se les hace muy difícil la tarea de no claudicar. “Nos preguntamos todo el tiempo cómo hacemos para no caer, pero es que si lo hacemos nos hemos dado por vencidas. Cuando una sale a exponer y a poner el freno, principalmente a cuestionar las viejas formas y cuestionar los privilegios, no les gusta escuchar eso de la otra parte. Entonces siempre hay una ofensiva y siempre se va a tratar de denostar el movimiento de mujeres unidas organizadas”.
Azcurra no es partidaria política pero sí cree en el poder del colectivismo, del agruparse con otres por fuera de las instituciones y de los sindicatos. Y recuerda “en el calor de exigir la Ley IVE en aquel 2018, esa unión fue muy potente realmente y nos sigue interpelando en cada una de las asambleas que hacemos. Allí se plantean situaciones y decimos che qué hacemos, cómo salimos a hablar de esto, hay algo que decir y en algunos temas nos podemos meter y en otros, no”. De ahí que también reciben injustos reclamos pidiendo que se expidan sobre causas difundidas televisivamente o preguntándoles dónde están ellas. “Y es que las actrices estamos laburando, las actrices están tratando de generar el mango, están cuidando y criando a sus hijos y también están intentando tener una vida. Porque somos actrices, no somos ni abogadas ni sociólogas ni especialistas en un montón de cuestiones”.
En el mismo sentido y en relación al trabajo de las y los artistas de hoy, Azcurra sostuvo: “Los artistas, con nuestro trabajo llegamos a fibras que no pueden tocarse pero pueden sentirse. Las expresiones artísticas embellecen un poquito más este mundo cruel. Nos invita a pensarnos, a espejarnos como sociedad, como individuos, desde un lugar muy distinto, un lugar sensible, un lugar posible”.
Finalmente, la actriz se sumerge en ejemplos para dilucidar el papel fundamental de la cultura, que más allá de ser espectáculo, es energía vital. “Cuando vas a un concierto, cuando te metés en una obra de teatro, cuando compartís una situación artística que retroalimenta el alma; el pensamiento posiciona al ser humano en otros lugares y es necesario para poder sostener el esqueleto emocional que representa llevar adelante una vida en estos tiempos. No solamente en la Argentina, digo en un mundo que está siendo complejo, que está rompiéndose en muchos espacios. Entonces ¿qué nos sostiene? y nos sostiene la juntada, nos sostiene el poder unirnos a representar la realidad”.
Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 30/03/24
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