Milei aprieta el acelerador de los recortes a las prestaciones estatales. Pullaro y Javkin bancan el objetivo, pero piden mayor equidad. Sciara y Saglione eran menos dogmáticos.

El mayor problema que ofrece la propuesta de ajustar sobre el ajuste que realizó el presidente Javier Milei al Congreso, al presentar el proyecto de presupuesto 2025, radica en la escasa oposición que provoca la idea de achique permanente de las funciones estatales como “única salida” a la crisis, y en el copioso consenso que genera el direccionamiento de los recortes, orientados hacia “la gente”. La única resistencia de los gobernadores aliados a la Casa Rosada respecto al programa neoliberal en marcha –cuyas consecuencias son conocidas por la mayoría de los argentinos– es acerca de quién pone la mayor parte de la torta: Nación o provincias. Esa fue, por ejemplo, la queja del mandatario santafesino, Maximiliano Pullaro, quien aseguró que “la provincia ajusta todos los días todo lo que puede”, pero aclaró que “los recursos no son para la Nación, son para el desarrollo de infraestructura, para el desarrollo de la energía, para sostener el empleo privado”.

Mientras se ajustan haberes jubilatorios y salarios –en el marco de una enorme transferencia de recursos del trabajo al capital que iniciaron Milei y Luis Caputo desde los primeros días de gestión, con una devaluación del 118 por ciento–, el gobierno nacional le quita presión impositiva a quienes más tienen mediante reducción de la alícuota de Bienes Personales, e impone la cuarta categoría de Ganancias para los trabajadores. Lo que la historia más o menos reciente del país conoce como ajuste neoliberal, ahora lo llaman clima de época.

Un poco

Pullaro dijo que “preocupa un poco que se le siga pidiendo esfuerzo a las provincias”. Un poco. Si bien en la retórica oficial de la Casa Gris el equilibrio de las cuentas públicas obedece a la eficiencia en el manejo de los recursos y al recorte de gastos de la política –menos ministerios y hoteles más baratos–, este último ítem significa alrededor del 1,7 por ciento de ahorro del presupuesto provincial para este año.

En cambio, la reforma previsional sobre la Caja de Jubilaciones de los empleados activos y pasivos de la administración pública, el presentismo new age para los docentes y las paritarias a la baja son las que explican, al menos en buena parte, el superávit del que el gobierno se ufana de haber obtenido en el primer semestre del año. La pregunta, entonces, es: ¿quién paga el ajuste?

La posición del municipio de Rosario en relación a la brutal reducción del fondo de subsidios al transporte público es reveladora. Algún planteo mediático y el incremento del valor del boleto de 300 a casi 1.000 pesos en unos meses.

Foto: Prensa ATE Rosario

En los años 90, durante el menemismo, los actores locales que hoy se muestran “racionales” ante el ajuste habían adoptado posiciones más radicales: tanto Pullaro como el intendente de Rosario, Pablo Javkin, eran jóvenes militantes de Franja Morada –el brazo universitario de la UCR– que se enfrentaban en los claustros y las calles al neoliberalismo que, entonces, lideraba el justicialismo.

Tras el anuncio de Milei sobre el recorte de recursos que aguarda para el próximo año de provincias y municipios, el intendente rosarino dijo que “nuestra voluntad siempre es acompañar y sostener”.

Y agregó que “lo que tiene que haber es un esquema más justo en términos federales”, donde todos pongan más parejos.

Javkin consideró que “no puede ser que la inversión nacional se concentre alrededor del Amba (Área Metropolitana de Buenos Aires) y en el interior nos tenemos que arreglar con lo nuestro, y encima nos piden que reduzcamos aún más nuestros servicios”.

Con descuento

El ministro de Economía, Pablo Olivares, calculó que el “esfuerzo” –eufemismo que se utiliza para indicar menores prestaciones estatales para quienes más las necesitan– que se realizará este año es 3 a 1 en favor de Nación, y le pareció que ya está bien.

“Hay un detalle que no se debe pasar por alto: la disminución del gasto nacional fue del 4 por ciento del PBI, pero el presidente les pide a las provincias que bajen un 11 por ciento del PBI”, dijo el ministro durante la semana.

Y agregó: “A pesar de que las provincias tienen una participación menor que la Nación en el gasto consolidado: Nación gasta el 52 por ciento, provincias gastan el 36 por ciento y municipios gastan el 12”. Olivares consideró que no es “justo” el planteo, porque mientras Nación ajusta 4 puntos del PBI, les pide 11 puntos a las provincias.

La principal diferencia entre el ajuste que plantea Milei y el que propone Pullaro consiste en los objetivos declarados: el primero es “el topo que viene a destruir el Estado”; el segundo afirma que lo hace para promover la producción y el empleo privados, como motores del crecimiento económico.

El domingo 15, Milei dijo en el Congreso que el conjunto de las provincias debían ajustarse en 2025 en 60 mil millones de dólares. Al día siguiente, una de sus espadas económicas y presidente de la comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, José Luis Espert, aclaró que sólo eran 20 mil millones de dólares. Algo muy propio de La Libertad Avanza: decir una cosa, todo lo contrario o más o menos sobre un mismo tema.

La rebaja de dos tercios del ajuste en 24 horas animó a los gobernadores. El propio Pullaro dijo que, en definitiva, era todo un bolazo.

“A Santa Fe le corresponderían alrededor de 5.500 millones de dólares y tenemos un presupuesto de 8.000 millones de dólares. Es realmente una frase grandilocuente, pero que está muy lejos de la realidad”, sostuvo el mandatario provincial de Unidos.

De todos modos, ratificó su norte: “Nosotros vamos a continuar ajustándonos, pero para fortalecer el desarrollo de la provincia”.

Aún así, el gobernador pidió “que a Santa Fe le pague la Nación lo que debe. Nosotros no pretendemos que nos den nada por encima de la ley, pero tampoco nada por debajo de la ley. Más esfuerzo no se puede hacer. No corresponde que nosotros hagamos más esfuerzo porque a Nación no le debemos nada, y Nación nos debe mucho a la provincia de Santa Fe, y nosotros vamos a continuar con mucho respeto, pero con mucha firmeza, el reclamo ante la Corte Suprema de Justicia de Nación”.

En este sentido, estimó que la deuda previsional es de “alrededor de 700 u 800 mil millones de pesos, que se incrementa todos los meses”, a partir de la decisión de dejar de enviar desde Nación las transferencias automáticas para el saldo de las cajas de jubilaciones de trece provincias que no transfirieron sus sistemas, entre ellas Santa Fe.

Déficits dogmáticos

La cuestión del ordenamiento de las cuentas públicas –que forma parte de cualquier manual de administración de diferentes escuelas económicas– se convirtió en el último tiempo en un dogma. “No se puede gastar más de lo que ingresa”, es lema convertido en verdad indiscutible. Si bien se trata de un horizonte deseable, no es lo mismo su discusión académica o en abstracto que su aplicación en un contexto particular.

El déficit cero que promueve el dogma libertario implica un ajuste sobre la población de un país que no estaba tirando manteca al techo. Es un ajuste sobre niveles altos de pobreza y caída sostenida del poder adquisitivo del salario y las jubilaciones.

Pero hasta las fuerzas progresistas lo adoptaron como una verdad indiscutible. En febrero de 2012, el entonces ministro de Economía del Frente Progresista Cívico y Social, Ángel Sciara, decía en declaraciones periodísticas: “No sé por qué se horrorizan de los déficits. Todos los gobiernos han tenido déficit. Uno no quiere cargar las tintas con el pasado, pero si uno toma los últimos 20 años de los gobiernos anteriores se va a dar cuenta que tuvieron diez años de superávit y diez años de déficit”.

Ilustración: Facundo Vitiello | El Eslabón

Desde una visión menos dogmática, Sciara creía que determinados niveles de déficit fiscal eran manejables y aceptables en determinados contextos, cuando el Estado debía garantizar prestaciones de las que el mercado no se hace cargo. Proponía, incluso, administrar el déficit con deuda flotante. Hoy, sus planteos serían los de “un degenerado fiscal” e inocultable “comunista”.

En noviembre de 2021, el entonces ex ministro de Economía durante la gestión de Miguel Lifschtiz, Gonzalo Saglione, razonaba de un modo parecido.

En una entrevista con el diario El Litoral, criticaba el modo en que Omar Perotti había alcanzado el equilibrio fiscal en Santa Fe. “Hoy vemos superávit provincial, pero hay cinco mil empleos registrados menos en el sector privado de la construcción que cuando terminaba nuestra gestión”.

También se refería al déficit administrable. “Cuando nos tocó acompañar a Miguel Lifschitz, el criterio político fue preferir tener algo de déficit fiscal manejable, que no genere graves dificultades financieras, pero que estén esos cinco mil empleos producto de la inversión”.

Y, con lógica inclusiva, se preguntaba: “¿Qué es más deseable para una sociedad: la prolijidad de un número o el bienestar de cinco mil familias? Obviamente que debe hacerse dentro del marco de la responsabilidad fiscal”. En la narrativa dominante hoy, también sería un “degenerado”.

Austero y comprometido

En el doble juego de ser solidarios con el programa neoliberal de Milei y a la vez diferenciarse, algo que Pullaro practica con innegable habilidad, el documento de Unidos plantea que “todo el esfuerzo y reacomodamiento de las variables intrínsecas y extrínsecas apuntan a lograr tener un Estado provincial moderno, ordenado, austero y fuertemente comprometido con la educación, la salud, la producción y el empleo, para que sea factor de crecimiento en general y en particular de todos los santafesinos”. Toma distancia del topo estatal libertario.

“Hoy los guarismos nos indican que esas variables se van acomodando pudiéndose lograr un pequeño superávit fiscal luego del primer semestre”, sostienen los partidos de Unidos, pero agregan que ese equilibrio en las cuentas públicas está acompañado de logros: “Con la menor tasa de criminalidad de los últimos 10 años, con un constante apoyo a sectores de la producción, con obras de infraestructura nuevas y haciéndonos cargo de otras tantas abandonadas por el Gobierno nacional”

Al igual que el gobernador, las fuerzas políticas de Unidos –donde conviven el Partido Socialista, opositor a nivel nacional, con el PRO “aliado” a Milei– señalaron que “es de esperar que Nación cumpla con el cronograma de obras que se comprometió a desarrollar en el territorio santafesino, en el marco del Pacto de Mayo”. Llegando a octubre, la espera se convierte en ansiedad.

Por último, realzan el federalismo. “Siempre acompañaremos a nuestro gobernador en el ideario de contar con un Estado federal, menos centralista y que apueste al desarrollo y progreso del interior del país con un real sentido productivista”.

Y piden el pago de las deudas. “Asimismo, queda claro, como ya es tradición en nuestra provincia, que los reclamos que no se cumplen según el marco legal vigente se continuarán ante la Corte Suprema de Justicia, ya que no hay dudas que ese es el camino que corresponde en un Estado federal y republicano”, agregaron, en relación al planteo que en su momento hizo el gobernador, Hermes Binner, por la deuda de Ansés con Santa Fe, que la provincia terminó por cobrar recién en la gestión de Omar Perotti.

Para Educación, financiavetos

La Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) remarcó que el proyecto de Presupuesto presentado por el gobierno nacional “significa una pérdida del valor real del 50 por ciento para los programas educativos con respecto a lo destinado en el año 2023”.

Desde la organización sindical docente, cuya conducción encabeza la rosarina Sonia Alesso, advirtieron que “la degradación del Ministerio de Educación a Secretaría llevada a cabo por el gobierno actual se vio reflejada desde el primer momento en un brutal ajuste y desfinanciamiento de la educación pública, que ahora se profundiza con este proyecto de ley que pretende dejar de lado” el cumplimiento de normas nacionales.

Entre ellas, destacaron la que ordena al Estado nacional “proporcionar los recursos destinados a educación en valores no menores al 6 por ciento del PBI”. La aprobación del proyecto oficial también significaría ignorar “el financiamiento del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación hasta alcanzar, en el año 2032, como mínimo, una participación del uno por ciento del PBI” y lo establecido por ley respecto del Fondo Nacional para la Educación Técnico Profesional, “que significa el 0,2 por ciento del total de los Ingresos Corrientes previstos en el Presupuesto Anual Consolidado para el Sector Público Nacional”.

“Todos los ítems del Presupuesto se ven afectados, especialmente el Plan Conectar Igualdad, el fortalecimiento territorial y el Mejoramiento de la calidad educativa, que directamente desaparecen del presupuesto 2025. A su vez, también se ven seriamente afectadas las Acciones de Formación Docente (-63 por ciento), la construcción de Jardines de Infantes (-59), las Becas estudiantiles (-64), la Infraestructura y el equipamiento (-69), entre otras”, describieron desde Ctera, tras denunciar la intención del Ejecutivo de avanzar en una suerte de veto encubierto de leyes jurídicamente vigentes.

Para nada encubierto, en cambio, es el veto anunciado por el presidente Javier Milei para la ley de financiamiento universitario recientemente aprobada. La decisión presidencial reavivó reclamos y repudios que se expresan en la convocatoria a una nueva movilización para principios de octubre.

Pese a la tradición de defensa de la educación pública en todos sus niveles que pueden declamar algunos partidos que la integran, la profundización del ajuste en Educación no parece preocupar a Unidos por Cambiar Santa Fe. La cuestión ni fue mencionada en el documento lanzado tras la presentación del proyecto de Presupuesto nacional, en el que sí se destacan como positivas de la gestión provincial las reducciones del déficit fiscal “eliminando la no repitencia” y “estableciendo controles en el sistema educativo”.

Publicado en el semanario El Eslabón del 21/09/24

¡Sumate y ampliá el arco informativo! Por 4000 pesos por mes recibí todos los días info destacada de Redacción Rosario por correo electrónico, y los sábados, en tu casa, el semanario El Eslabón. Para suscribirte, contactanos por Whatsapp.

Más notas relacionadas
  • Fiesta retro

    Como en los 90, el gobernador Maximiliano Pullaro obtuvo la semana pasada la emergencia pr
  • Más terrenal que un milagro

    El brusco descenso de asesinatos en Rosario, sin cambios estructurales en las agencias de
  • Disperonismo

    Tras el impacto de la doble derrota electoral, nacional y local, el disgregado peronismo s
Más por Luciano Couso
  • La plata que va pero no viene

    Apenas “un poco” de “preocupación” fue lo que manifestó el gobernador santafesino Maximili
  • El dinero no puede comprarme

    Yo no sé, no. Apenas terminamos de jugar el primer tiempo en la cancha del balneario Los Á
  • Subjetivación digitalizada

    Estamos en un bar de Playa del Carmen, podría ser una hamburguesería en Pichincha, el bode
Más en El Eslabón

Dejá un comentario

Sugerencia

Denuncian el avance del mercado en los institutos de educación superior

Instituciones de Rosario advirtieron sobre el avance privatizador en los estudios técnicos