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Según el New York Times, el presidente Trump opera más como un padrino de la mafia que como un presidente: “Bonito territorio tienes ahí (Groenlandia, Panamá, Gaza, Jordania, Egipto); sería una pena que le pasara algo”.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó su deseo de “anexar” Canadá, “comprar” Groenlandia, “recuperar” el canal de Panamá, y “hacerse cargo”, “ser dueño” y “poseer” la Franja de Gaza, luego de desplazar a toda la población gazatí. Acorde con el espíritu de los tiempos que el propio Trump contribuyó a configurar, sus propuestas desconocen la soberanía, la libre autodeterminación de los pueblos, los derechos humanos y, en resumen, todo el derecho internacional, las normas y los tratados que regulan las relaciones internacionales.
El artículo 6 del Estatuto de Roma define en forma clara y tajante la noción de “genocidio”, en la que incluye “cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal: a) Matanza de miembros del grupo; b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; d) Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; e) Traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.
Por su parte, el artículo 7 ofrece la definición de “Crímenes de lesa humanidad”, concepto en el que incluye: a) Asesinato; b) Exterminio; c) Esclavitud; d) Deportación o traslado forzoso de población; e) Encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales de derecho internacional; f) Tortura; g) Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada o cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable; h) Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género definido en el párrafo 3, u otros motivos universalmente reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho internacional, en conexión con cualquier acto mencionado en el presente párrafo o con cualquier crimen de la competencia de la Corte; i) Desaparición forzada de personas; j) El crimen de apartheid; k) Otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física.
El Estatuto de Roma es el instrumento constitutivo de la Corte Penal Internacional (CPI). Fue adoptado en Roma, Italia, el 17 de julio de 1998, durante la Conferencia Diplomática de plenipotenciarios de las Naciones Unidas sobre el establecimiento de una Corte Penal Internacional. Esta normativa estableció cuatro crímenes internacionales centrales: genocidio, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y el crimen de agresión esos delitos no estarán sujetos a prescripción alguna.
Según el Estatuto de Roma, la CPI sólo puede investigar y procesar los cuatro crímenes internacionales principales en situaciones en las que los Estados no pueden o no quieren hacerlo por sí mismos. La competencia del tribunal es complementaria de la competencia de los tribunales nacionales. El tribunal tiene competencia sobre los crímenes sólo si se cometen en el territorio de un Estado parte o si son cometidos por un nacional de un Estado parte. Una excepción a esta regla es que la CPI también puede tener jurisdicción sobre crímenes si su jurisdicción está autorizada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
El mandatario estadounidense no sólo desconoce en los hechos la competencia de la CPI, sino que fue al ataque e impuso sanciones a los magistrados de ese tribunal. Lo acusó de cometer “acciones ilegítimas” y sin fundamento dirigidas “contra Estados Unidos y nuestro estrecho aliado Israel”, según informó el sitio de noticias Euronews.
“El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el jueves una orden ejecutiva que impone sanciones a la Corte Penal Internacional por las investigaciones a Israel, estrecho aliado de Estados Unidos”, indica el sitio europeo, al tiempo que recuerda que ni Estados Unidos ni Israel son miembros del Tribunal ni lo reconocen. El Tribunal emitió recientemente una orden de detención contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por sus acciones hacia los palestinos de Gaza tras el ataque de Hamás contra Israel en octubre de 2023. Más de 50 mil palestinos, muchos de ellos niñas y niños, han muerto durante la respuesta del Ejército israelí.
La orden ejecutiva (decreto) firmada por Trump acusa a la CPI además de “abusar de su poder al emitir “órdenes de arresto infundadas contra Netanyahu y su ex ministro de Defensa, Yoav Gallant”.
Las sanciones pueden incluir el bloqueo de propiedades y bienes y no permitir la entrada en Estados Unidos de funcionarios, empleados y familiares del TPI. Por su parte, los organismos de derechos humanos de Estados Unidos y el mundo, dijeron que sancionar a los funcionarios del tribunal tendría un efecto amedrentador y sería contrario a los intereses de EEUU en otras zonas de conflicto donde el tribunal está investigando.
“Las víctimas de abusos contra los derechos humanos en todo el mundo recurren a la Corte Penal Internacional cuando no tienen otro lugar a donde ir, y la orden ejecutiva del presidente Trump hará que sea más difícil para ellos encontrar justicia”, dijo Charlie Hogle, abogado del Proyecto de Seguridad Nacional de la Unión Americana de Libertades Civiles en declaraciones a Euronews.
“Es un ataque tanto a la rendición de cuentas como a la libertad de expresión”, concluyó el integrante de Proyecto de Seguridad Nacional de la Unión Americana de Libertades Civiles.
Un terreno con vista al mar
En la nota titulada Mar-a-Gaza, publicada el domingo 9 de febrero de 2025 en el portal de noticias El Cohete a la luna, Horacio Verbitsky analiza la propuesta de Trump y revela que desde hace mucho tiempo, el mandatario, su yerno y parte de su entorno tienen la idea de “limpiar” Gaza (léase expulsar a 2 millones de personas de sus tierras) para aprovechar esas hermosas playas con vista al mar y construir complejos turísticos de lujo.
Verbitsky considera que nadie en el mainstream tomó en serio esa fantasía. Pero advierte que el martes pasado fue el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien lo propuso, mientras a su lado exultaba de gozo el premier israelí Benjamin Netanyahu. “Estados Unidos se hará cargo de la Franja de Gaza. Seremos dueños de ella y responsables de desmantelar todas las bombas peligrosas sin explotar y otras armas que haya allí, de nivelar el lugar y deshacernos de los edificios destruidos. Crear un desarrollo económico que proporcione un número ilimitado de puestos de trabajo y viviendas para la gente de la zona… hacer un trabajo real, hacer algo diferente. Los palestinos no tienen otra opción que abandonar Gaza de forma permanente para poner fin a «la muerte, la destrucción y la franca mala suerte”, dijo, según reproduce la nota de El Cohete a la luna.
“A todos con los que he hablado les encanta la idea de que Estados Unidos sea dueño de ese pedazo de tierra, desarrolle y cree miles de puestos de trabajo, en una zona realmente magnífica que nadie conocería… No quiero parecer gracioso. No quiero parecer un sabelotodo. Pero la Riviera de Medio Oriente podría ser algo… magnífico”, agregó el mandatario estadounidense.
Verbitsky menciona además que el instituto CATO (usina de pensamiento de la derecha global) prefirió otra definición: “Mar-A-Gaza”.
“La propuesta implica sepultar en forma definitiva el proyecto de las Naciones Unidas de los dos Estados coexistentes en el territorio que pasó del control otomano al británico. Comenzando por la expulsión de 1948, forzada por una sucesión de crímenes abominables, que incluyeron violaciones y saqueos, el proyecto del establishment israelí se basa en la falsa idea de que un pueblo sin territorio se asiente en un territorio sin pueblo. Para hacer cierta esa falacia, se implantó la política de expulsar a ese pueblo invisible que no debía existir”, agrega Verbitsky, al tiempo que devela con nombre, apellido y razón social quiénes están detrás de los negocios inmobiliarios tan paradigmáticos a la hora de develar la esencia del capitalismo: los grandes negocios se hacen sobre los muertos, ruinas, fosas comunes, con la sangre de más de 50 mil personas masacradas.
Es imposible olvidar, agrega Verbitsky, que tanto Trump como su yerno, Jared Kushner, y el enviado presidencial a Medio Oriente, Steve Witkoff, son promotores e inversores inmobiliarios que han hecho negocios en la región. El año pasado Kushner mencionó “las increíbles oportunidades de desarrollo que presenta la zona costera de Gaza”.
La nota de El cohete a la luna también menciona al entusiasta ex embajador de Trump en Israel, David Friedman, quien dijo que era la idea más brillante que escuchó en medio siglo y que después de 15 años de reconstrucción, el mercado aportaría la estabilidad que no se logró de otro modo. “Se que parezco un empresario de la construcción, pero no puedo dejar de imaginarme las posibilidades de 40 kilómetros de playa frente al sol”.
“El año pasado, en la Facultad de Comercio de Harvard, Kushner dijo que la costa de Gaza sería muy valiosa, si Israel desplazara a su población y la limpiara. El yerno presidencial controla la empresa Affinity Partners que ha recibido inversiones por 4.500 millones de dólares, sobre todo de fondos soberanos de las ricas naciones petroleras de Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos, con los que entró en relación cuando era asesor de su suegro. Es decir que el yerno de Trump comparte negocios con un contratista de las Fuerzas Armadas de Israel, cuyas naves participaron en la guerra en Gaza, equipadas con armas estadounidenses. La Organización Trump ya tiene acuerdos de franquicia con el desarrollador inmobiliario Dar Al Arkan para construir y vender condominios de lujo, links de golf y hoteles en Oman, Dubai y Arabia Saudita. Parte del capital es aportado por el gobierno de Oman”, agrega la nota.
Detrás del delirio se esconde el horror
“El plan del presidente Donald Trump para apoderarse de la Franja de Gaza, expulsar a sus 2 millones de palestinos y convertir esta franja costera desértica en una especie de Club Med demuestra solo una cosa: qué corta es la distancia entre el pensamiento innovador y el pensamiento delirante. Puedo decir con confianza que la propuesta de Trump es la iniciativa de «paz» en Medio Oriente más idiota y peligrosa jamás presentada por un presidente estadounidense. Aun así, no estoy seguro de qué es más aterrador: si la propuesta de Trump sobre Gaza, que parece cambiar a diario, o la rapidez con la que sus asesores y miembros del gabinete –casi ninguno de los cuales fue informado previamente– asintieron con aprobación como una colección de muñecos cabezones”. Así comienza la nota publicada el 12 de febrero de 2025 en el diario estadounidense New York Times. Se titula “What’s most frightening about Trump’s Gaza ravins (“Detrás de la delirante idea de Trump para Gaza se esconde algo aún más aterrador”) y lleva la firma de Thomas Friedman.
“Presten atención, damas y caballeros: esto no se trata solo de Medio Oriente. También es un microcosmos del problema que enfrentamos ahora como país. En su primer mandato, Trump estaba rodeado de filtros: asesores, secretarios del gabinete y generales que muchas veces desviaron y contuvieron sus peores impulsos. Ahora, Trump está rodeado solo de amplificadores: asesores, secretarios del gabinete, senadores y miembros de la Cámara de Representantes que viven con miedo a su ira o a ser atacados por multitudes en línea desatadas por su ejecutor, Elon Musk, si se salen del guión”, advierte Friedman, al tiempo que considera que esta combinación de un Trump desatado, un Musk sin restricciones y gran parte del gobierno y del sector empresarial viviendo con miedo a ser mencionados en un tuit por cualquiera de los dos es una receta para el caos dentro y fuera del país. Trump opera más como un padrino de la mafia que como un presidente: «Bonito territorio tienes ahí (Groenlandia, Panamá, Gaza, Jordania, Egipto); sería una pena que le pasara algo»”.
“Eso puede funcionar en las películas, pero en la vida real, si la administración Trump realmente intenta obligar a Jordania, Egipto o cualquier otro estado árabe a aceptar a los palestinos que viven en Gaza —y hacer que el ejército israelí los reúna y los traslade, ya que Trump ha dicho que la transferencia no involucraría tropas estadounidenses ni costaría un centavo a los contribuyentes—, esto desestabilizará el equilibrio demográfico en Jordania entre los habitantes de Cisjordania y los palestinos, desestabilizará Egipto y desestabilizará a Israel. Por mucho que los israelíes odien a Hamas, estoy seguro de que muchos soldados, fuera de los más radicales, se negarían a participar en una operación que pudiera compararse con la deportación de judíos de sus hogares durante la Segunda Guerra Mundial”, agrega la nota publicada por el diario estadounidense.
Brutalismo
En la primera página de su libro Brutalismo, el historiador camerunés Achille Mbembe explica que el concepto que da nombre a su ensayo es una categoría que remite al punto de unión de lo inmaterial y la corporalidad. En una era en que el pensamiento económico se superpone cada vez más con lo tecnológico y lo biológico, el término, afirma el pensador africano, permite sintetizar un proyecto de transformación de la humanidad en materia y energía que fácilmente trae a la imaginación del lector la metáfora de una humanidad conectada a la máquina, como en la película Matrix. “Así, el proyecto brutalista sería la consecuencia última de extender a todas las esferas de la vida una lógica de cuantificación y de clasificación que, por la deshumanización que conlleva, permite la explotación del ser humano y la apropiación de aquello que es, por naturaleza, inapropiable: la vida en su más amplio espectro. Y por ello, necesita sustituir la democracia por el mercado; de ahí su obsesión por «abolir lo político»”.
Achille Mbembe (1957), es un historiador, teórico político, y pensador camerunés. Desarrolló su trabajo en las universidades estadounidenses de Columbia, Pensilvania, California, Berkeley y Yale, entre otras. E integró el Consejo para el Desarrollo de la Investigación en Ciencias Sociales en África (CODESRIA) en Dakar, Senegal. Actualmente es profesor-investigador de Historia y Política en la Universidad de Harvard.
“El brutalismo es también una forma de administrar la fuerza. Se basa en la producción de secuencias múltiples y complejas, que casi inevitablemente resultan en una herida, una fatalidad, un grito ahogado, el desplome de algún humano, o más generalmente, de algún ser, y entonces todo revive, vuelve a empezar. En esta permanente reanudación o rutinización reside, tal vez, su especificidad. Sin embargo, al acto de matar hay que añadirle la exultación y el deleite, es decir, el placer de matar, de ejecutar sumariamente, y a veces en masa. O, simplemente, la frialdad glacial”, agrega Mbembe en la página 15 de la edición en inglés de su libro (Brutalism. Theory in Forms).
Según el filósofo camerunés, el objetivo es mitigar los sentimientos de repulsión ante el asesinato, romper la prohibición de asesinar. “Los instintos, que antes estaban censurados, ahora se liberan. Las conductas de guerra se convierten en un valor en sí mismas y se transfieren al ámbito civil. La deshumanización se convierte en una práctica habitual, los estallidos de impulsos violentos se legitiman e incluso se alientan, la búsqueda de lo diferente reina y proliferan las técnicas exculpatorias. La vida civil pasa a estar regulada por unidades especiales. La «limpieza» se convierte en un programa. Eliminar individuos, o incluso rematar a los heridos y matar prisioneros se convierte en la norma, sin que nadie se atreva a pedir rendiciones de cuentas. Pero el brutalismo también funciona sobre la base de una desrealización tanto de sus hechos como de sus efectos. La desrealización consiste en ocultar el horror de la violencia y especialmente de la muerte masiva pero molecular”.
Publicado en el semanario El Eslabón del 15/02/25
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