“La alfabetización es un derecho” comparte la educadora Fernanda Felice para desde allí profundizar qué se propone formar la especialización en Alfabetización e inclusión, de la cual es su directora. Se trata de un posgrado que cumple 10 años y es del Centro de Estudios Interdisciplinarios (CEI), radicado en la Universidad Nacional de Rosario (UNR).  

La carrera nació hace una década. Su creadora es la doctora Mónica Báez, una investigadora -destaca Felice-  “muy comprometida con los procesos de alfabetización, con una enorme formación, recorrido y trayectoria con el marco teórico y epistemológico del constructivismo, que es propuesto por Emilia Ferreiro (doctora en psicología) y sus discípulos y discípulas”.

Para celebrar los primeros 10 años, desde el posgrado publicarán un libro digital que estará disponible en la página del CEI, y será de acceso abierto a quienes se interesen por su lectura.

“La mayoría de las personas que cursan esta carrera son docentes de los distintos niveles educativos, de escuelas especiales, profesores y profesoras de letras y de lengua y literatura, fonoaudiólogas y psicopedagogas”, señala la directora Felice sobre la diversidad de personas interesadas en esta formación.

Más allá de la diferencia de motivaciones entre quienes trabajan en la enseñanza o en la salud, -dice la directora Felice- la mayoría de quienes eligen la carrera lo hacen porque trabajan en contextos vinculados a esta a esta temática. “Por un lado sienten que su formación no es o no ha sido suficiente para afrontar los nuevos desafíos de estas nuevas infancias; los procesos de inclusión, las modificaciones que ha tenido el proceso de alfabetización por la inclusión de las nuevas tecnologías, y sienten que necesitan continuar formándose para repensar, revisar sus prácticas y pensar en nuevas intervenciones”.

Infancias
Foto: Télam (Archivo)

Valorar la diferencia

La carrera pone el acento en la alfabetización y en la inclusión, de ahí su denominación. ¿En qué se busca hacer hincapié cuando se habla de inclusión?

“Si lo pensamos desde el modelo social de la discapacidad -explica Felice-, la inclusión, que es la conceptualización más clara y que no es lo mismo que integración, aunque a veces se utilicen como sinónimos, se sostiene justamente en la valoración de las diferencias y en la perspectiva de derechos. Desde esta concepción, se entiende que todos los sujetos del aprendizaje son diferentes, no solamente quienes presentan una dificultad o una discapacidad. Lo que se pretende lograr es que el sistema educativo, las instituciones, sean las que se transformen para habilitar las posibilidades de aprendizaje de todas las personas y que no sean siempre las y los estudiantes los que deben adaptarse al sistema”.

En cierta oportunidad, quien era directora de la Escuela Braille de Rosario, la profesora Mariel Massari, escribió un artículo que tituló “Incluir no es dejar entrar, es dar la bienvenida” ¿Va en línea con esta idea la formación de la carrera? 

Claro que sí. Incluso dentro de los seminarios que se dictan, por ejemplo, uno de tiene que ver con la alfabetización en el contexto de la diversidad cultural y lingüística y otro aborda la discapacidad, la inclusión, los diseños curriculares en torno a cómo fueron sucediéndose inicialmente el proceso de integración y luego el proceso de inclusión escolar. Y, pensando en la inclusión y en los derechos, esta carrera también pone en cuestionamiento las categorías diagnósticas que suelen utilizarse para nombrar los errores que suceden en todo proceso de aprendizaje. Por eso, se apuesta al abordaje interdisciplinario entre profesionales de la educación y de la salud, a fin de que puedan reflexionar sobre sus propias prácticas y proponer intervenciones que acompañen y promuevan la alfabetización, evitando contribuir al fenómeno de la patologización de las infancias y adolescencias.

—Desde hace un tiempo, abundan las campañas nacionales, planes oficiales, para “alfabetizar” en los primeros grados. ¿Qué mirada se tiene desde la especialización sobre esta especie de furor alfabetizador?

Otra inquietud que tienen las personas que se interesan en esta especialización, y tiene que ver con esta pregunta, es que muchas veces la oferta de formación les propone la aplicación de una técnica, de un método. Sabemos del auge de la conciencia fonológica desde hace mucho tiempo, que sigue vigente y que no profundiza realmente en lo que implica el proceso de alfabetización, en la complejidad de la lengua escrita, en el rol que deben llevar a cabo quienes son docentes y el lugar que ocupan las niñas y los niños en ese proceso. Siempre que hablemos de un método o una técnica es cuestionable porque, en líneas generales, desde esas miradas se toma la lengua escrita como la enseñanza de una técnica, se la tiende a reducir como un código de transcripción donde la oralidad se transcribe en escritura y no se comprende la complejidad que tiene la lengua escrita en tanto sistema de comunicación y representación lingüístico, en tanto objeto cultural y social. Y además siempre se dejan de lado las conceptualizaciones que realizan las niñas y los niños desde muy pequeñitos, porque la escritura se encuentra presente en todas partes. El docente termina convirtiéndose en alguien que aplica un determinado ejercicio, que propone un determinado estímulo y esa niña o niño debe reproducir esa conducta; con el riesgo que eso implica, porque si el niño no responde de la manera esperada, o esa escritura que realiza no es convencional corre el riesgo de ser sancionado no solo con un error, sino quizás con un posible indicador de una patología, un cuadro, un trastorno.

—La gran diferencia entre pensar la alfabetización como un derecho a pensarla como una técnica. 

Por supuesto. La alfabetización es un derecho. Como lo sostiene (Emilia) Ferreiro: “La alfabetización no es ni un lujo ni una obligación: es un derecho”. Y está especialización claramente lo dice en su plan de estudios y sostiene esta perspectiva durante todo el cursado. Por eso también que aparezca en el título la palabra inclusión junto con la alfabetización apuesta a entender la complejidad de los procesos de desarrollo y aprendizaje, que están signados por la diversidad.

Foto: UNR

Más sobre la especialización

El equipo de docentes de esta especialización de la UNR está integrado por la directora de la carrera, Fernanda Felice, junto a Fernando Avendaño, Alicia Porcel, Mónica Báez, Stella Perino, Gloria Bereciartua, Ofelia Madile, Carolina Hecht, Flora Perelman, Natalia Raimondo, Regina Cellino y Marcos Alinois.

La inscripción a la carrera ya está abierta (para informes escribir al correo: alfabetizacioneinclusion@gmail.com), en abril comenzarán sus clases, que son de modalidad semipresencial (seminarios teóricos virtuales y prácticas presenciales). La duración de los estudios está prevista en un máximo de 18 meses, a los que se le agregan 12 meses más para la elaboración del trabajo final integrador.

Para poder cursar la especialización es requisito tener título de grado en carreras en ciencias humanas, sociales y de la salud expedido por la UNR o su equivalente otorgado por universidades argentinas o extranjeras oficialmente reconocidas.

En marzo próximo (fecha a confirmar), la especialización realizará una charla informativa orientada para quienes ya se inscribieron o aquellas personas interesadas en hacerlo.

También en marzo, la carrera dictará un seminario optativo que aborda los procesos de construcción del sistema de escritura en niñas, niños, adolescentes y jóvenes con discapacidad intelectual.

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