Los escándalos que golpean al gobierno de Milei y reavivan el descontento popular atentan contra los planes oficialistas de provincialización de la campaña y renuevan esperanzas opositoras. 

Contra reloj y contra la torrentosa corriente de virtualización de la política, el frente entre el peronismo y Ciudad Futura busca con insistencia generar espacios que convoquen y entusiasmen de cara a la elección de convencionales constituyentes del 13 de abril. Con un primer cronograma de encuentros en las principales ciudades de la provincia ya comenzado, la coalición que lleva como primer candidato a convencional a Juan Monteverde aspira a recrear la intensificación de la militancia y la participación popular que se dieron ante otras coyunturas electorales. En contra de esa intención juega de arranque lo apretado y amañado del proceso de aprobación y el cronograma de instrumentación de la convocatoria a la reforma. A favor se puede contar la profundización, en las últimas semanas, de la efervescencia política y las expresiones de descontento con la gestión presidencial, que derraman sobre aliados de rangos inferiores del gobierno como por ejemplo el gobernador de Santa Fe Maximiliano Pullaro y el intendente de Rosario Pablo Javkin.

A muy poco de la jornada de votación en territorio santafesino, son muchos los que saben muy poco de lo que se va a votar. Y de lo que se sabe más es de la compulsa para cargos comunales y municipales, que más allá de las periódicas modificaciones de los sistemas electorales, sostiene su frecuencia casi inalterable desde la recuperación de la democracia. 

La anterior reforma constitucional santafesina, en cambio, data de más de una década antes de la última dictadura cívico militar. Y las acciones de difusión de la reforma en ciernes por parte del Estado y la alianza oficialista Unidos para Cambiar Santa Fe –que fueron sus principales impulsores y son los principales responsables de informar a la población al respecto– brillan por su ausencia o escasez.

Tormentas de verano

La ley que habilitó la reforma fue aprobada apenas iniciado diciembre pasado en medio de cuestionamientos opositores y enseguida, el 9 de ese mismo mes, el Ejecutivo provincial decidió, al filo del plazo establecido por la ley electoral provincial, convocar a elecciones para el 13 de abril, es decir, no menos de un par de meses antes de lo habitual desde que en territorio santafesino rige el sistema que incluye las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (Paso), que sin embargo no se aplicarán para la contienda por convencionales constituyentes.

De inmediato, lo resuelto por la Casa Gris fue leído como funcional a las ansias oficialistas de distanciar la campaña provincial de la correspondiente a la elección de legisladores nacionales –aún sin fecha definida– y potenciar y proyectar la figura de Pullaro con un triunfo contundente en las constituyentes que ratifique el respaldo que había obtenido en 2023.

Lo que seguramente no estaba en los planes es el nivel de nacionalización del debate político que se registra a esta altura de los acontecimientos. El criptoescándalo desatado en febrero golpeó muy duro sobre la imagen pública de Milei y erosiona el blindaje comunicacional que aporta al sostenimiento de un modelo económico y un proyecto de país novedosos sólo por su grado de salvajismo, pero ya impulsado por gobiernos anteriores como los de 1989 a 2001 y el de 2015 a 2019. En aquella década final del siglo pasado, el neoliberalismo a Cavallo terminó en una indigestión generalizada que jaqueó la institucionalidad y dejó como saldo niveles de desempleo y pobreza que provocaron un estado de malestar social casi sin precedentes cercanos. Después, Mauricio Macri completó su mandato en el sillón de Rivadavia, pero tras ser derrotado en 2019 no pudo recuperar niveles de adhesión que al menos le permitieran comenzar a reposicionarse. Vale como ejemplo que ni siquiera se animó a postularse a presidente de Boca.

Las fuerzas nerviosas del cielo

En cuanto a la fase actual de las políticas de ajuste a los sectores populares y entrega de las riquezas nacionales a potencias y grupos económicos extranjeros, el gobierno de Milei afronta, a apenas poco más de un año de mandato, un deterioro de su imagen que las fuerzas del cielo no esperaban y no logran, al menos por ahora, comenzar a revertir.

Incluso, las reacciones del oficialismo ante el aumento de críticas y expresiones de repudio dan cuenta de un nerviosismo enorme y lesivo para sus intereses y pretensiones, como la de presentar a Milei como un genio admirado por el mundo. El caso Libra y las maniobras para evitar que se investigue desde el Congreso, los decretazos para nombrar integrantes de la Corte Suprema y volver a pactar con el Fondo Monetario Internacional, la poca predisposición para aportar a la reconstrucción de Bahía Blanca tras las inundaciones y la profundización de la represión a las movilizaciones en defensa de los jubilados, fungen de combo que agota paciencias de esperanzados, revitaliza activismos de indignados y resignados y repercute en posicionamiento y planes de amigos y dialoguistas como Pullaro y Javkin.

Foto: Ana Isla

Otro hecho que difícilmente hayan previsto en la Casa Gris y el Palacio de los Leones es la extensión a toda la provincia del acuerdo entre Ciudad Futura y el peronismo, plasmado en la lista para convencionales que lidera Monteverde. 

Si bien es cierto que las encabezadas por Marcelo Lewandowski y Roberto Sukerman son listas que también invocan al peronismo, los pronósticos de fragmentación eran mayores y casi ninguna incluía la reedición del acuerdo que hace dos años tuvo en Rosario un debut prometedor, al quedar a sólo 14 mil votos de arrebatarle la Intendencia a la alianza oficialista.

Así, también pueden sonar a nerviosismo las críticas a Monteverde que Javkin incorporó a su discurso de apertura de sesiones del Concejo rosarino, las piruetas y contradicciones actitudinales y discursivas de Pullaro y los legisladores nacionales de Unidos frente a la saga de bolonquis del Mileinato y el empeño del gobernador por aferrarse al abordaje ultra punitivista de la cuestión de la seguridad como caballito de batalla de una elección para reformar la Constitución.

Cuánto incidirán estas cosas que pasaron y pasan en el caudal electoral de Unidos en la puja del 13 de abril no es fácil de estimar y dependerá lógicamente del devenir de la campaña, que entró en fase de definiciones. Por lo pronto, en Santa Fe Merece Más –tal el nombre oficial de la coalición PJ-Ciudad Futura–, lo que viene se encara más con esperanzas que con nerviosismos.

Publicado en el semanario El Eslabón del 15/03/25

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