Yo no sé, no. La pequeña Susi se pasó toda una semana subiendo al tapialito de su casa para ver el recorrido de una gran mariposa amarilla y negra que todas las tardes aparecía por su cuadra. Nos decía: “Es raro, no es tiempo de mariposas”. La última banda de lecheras (mariposas de color blanco) había pasado unos 3 meses atrás.
José nos pidió un bolón cuando terminó de colocar unas canaletas que recogían agua de lluvia. Cuando vio que el bolón se hacía un recorrido sin problemas, era hora de cobrar por el trabajo. Manuel vino con la noticia de que el 52 iba a alargar el recorrido rumbo al mercado de productores, cosa que ocurrió años después y que Manuel no llegó a ver. Tiguín y Tamba se fueron una noche hasta una lagunita porque escucharon que las ranas se iban a mudar en masa y querían saber el recorrido de esos batracios. Raúl sostenía que en el arroyo Saladillo se harían unas obras que cambiarían el recorrido del arroyo a la altura del puente Gallegos. Carlos quería que practiquemos en la cancha grande que estaba entre la Vía Honda y el tambo de Tito. Decía que en esa cancha, la que tenía el piso más parejo, el recorrido de las pelotas por abajo era casi perfecto. Pedro y Juancalito fueron una tarde hasta Garibaldi y pasaje Leet para comprar unas tortas fritas y unos churros porque el churrero de las cinco de la tarde había cambiado de recorrido. De paso, vieron el recorrido que hacían unas pibas que se mandaban a jugar al fútbol a escondidas. Por Lagos unas bicicletas, a eso de las siete, volviendo del sur de la ciudad, tenían un recorrido distinto al habitual. Esa tarde los ciclistas metalúrgicos dejaban unos volantes por debajo de las puertas. En ese marzo nos parecía que algo nuevo podía pasar. Manuel una noche, viniendo de la panadería de Biedma y Santa Isabel, nos dijo que el 52 había alargado el recorrido. Lo que no nos dijo fue si el cambio era para la izquierda o para la derecha. Pedro, cuando leyó el volante de los metalúrgicos que estaba usando como servilleta mientras comía una torta, dijo: “Capaz que un recorrido nuevo se avecina con buenas nuevas”. En el volante se podía leer: “Plan de lucha por mejores salarios”. Mientras tanto, la pequeña Susi decía que la mariposa, cuando pasó por su casa, le había dicho que una primavera estaba por llegar.
Publicado en el semanario El Eslabón del 15/03/25
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