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Pese a ser el que más propuso, Central se quedó con las manos vacías y sumó su segunda derrota consecutiva, esta vez como local y ante un rival débil como Colón.
Los hinchas de Central tienen la particularidad de encender rapidamente las ilusiones. El buen arranque en el Gigante ante Estudiantes hizo que sus hinchas coparan la cancha de River y agotaran las 5.200 localidades que el milonario le brindó. Pese a la derrota ante el último campeón, el hecho de jugar de local y ante un rival, a priori accesible como Colón, generó que la historia se repita. Una gran concurrencia se dió cita en el barrio Lisandro de la Torre pese a que se trataba de un día laborable y un horario bastante incómodo. Pero el marco fue mayor que la obra y la puesta en escena no estuvo a la altura de las espectativas.
De entrada el conjunto dirigido por Vitamina Sánchez tomó la iniciativa y estuvo cerca de abrir el marcador por intermedio de Vizcarra que no pudo finalizar de la mejor manera una gran jugada personal de Emilio Zelaya, que luego de dejar varios hombres en el camino le tiro un centro medido pero su cabezazo se fue lejos del arco rival. Enseguida la tuvo Jorge Nuñez, con un remate de larga distancia que se desvió en un defensor y se perdió por la raya final. A partir de ahi, la cosa se emparejó y ubo un par de llegadas por bandopero ninguna exigió demasiado al arquero contrario. Hasta que a los 41 minutos, Central dejó venir a Colón y tras un centro enviado por el ex Tiro Federal, Federico Chitzoff al que nadie molestó, encontro la cabeza del paraguayo Pablo Aguilar que venció elesfuerzo de Broun y decretó el 1 a 0 para la visita.
En el complemento, Vitamina decidió el ingreso de Andrés Franzoia por Vizcarra buscando darle más volúmen al ataque y permitir que Zelaya juegue bien de área, mientras el ex Huracán era el que se retrasaba algunos metros y se movía por los costados. Hubo algunas buenas coombinaciones entre el Kily y Ezequiel, pero esa sociedad de los González que se había visto ante Estudiantes nunca logró su esplendor. Los minutos transcurrían y pese a que el canalla era el que tenía la pelota y el que intentaba permanentemente acercarse al arco sabalero, no lograba vulnerar el cerrojo propuesto por los de Mohamed y la desesperación hacía que equivocaran los caminos. Para colmo, de contra, los santafesinos tenían chances para aumentar la diferencia pero se encontraron con un soberbio Ribonetto y un seguro Broun.
Central tuvo un par de ocasiones para, al menos, lograr el empate (que hubiera sido el resultado más justo) pero se fue diluyendo y terminó chocando permanentemente con la defensa rival y con sus propias limitaciones.Vitamina hizo debutar al pibe Jonathan Gómez que le cambió la cara al equipo con su picardía y su gambeta pero no alcanzó el tiempo y la derrota terminó golpeando fuerte en el corazón y la ilusión de los hinchas.
Central perdió como local y ante uno de los equipos que seguramente tendrá problemas con el promedio. La derrota ante River era esperable pero ésta no, de allí la desazón final de los hinchas y la preocupación de cara al futuro. El conjunto de Vitamina Sánchez debe hacer de su reducto un terreno inexpugnable y no puede darse el lujo de perder en su casa y ante esta clase de adversarios, sobre todo si aspira a pelear en los puestos de arriba, que es lo que hace un largo rato, viene reclamando su pueblo, el mismo que copó el Monumental de Nuñez y que hoy se fue mirando el piso del Gigante.