Hace unos días se supo que el periodista Oscar Bertone fue condenado por declaraciones injuriosas por TV, contra el concejal Jorge Boasso. Pero, hasta ahora, nadie publicó los dichos en cuestión. ¿Qué le dijo el periodista al edil para ofenderlo tanto? Un teleteatro de nuestra farándula doméstica que se retrotrae a 2005 cuando, en plena campaña electoral, surgió el sonado escándalo por el gimnasio vidriado del parque España. La noticia corrió como reguero y, en algunos medios locales, los patrones se mostraron muy interesados en que se publique el fallo.
La Sala primera integrada de la cámara de apelación en lo penal de Rosario, con los jueces Ernesto Pangia, Ramón Ríos, Juvencio Mestres, Rubén Jukic y Otto Crippa García confirmó el fallo condenatorio del juzgado correccional Nº 10 en la querella por injurias que interpuso el edil Jorge Boasso contra el periodista Oscar Bertone.
La noticia corrió como reguero y, en algunos medios locales, los patrones se mostraron muy interesados en que se publique el fallo que condena a un periodista. Incluso, por ejemplo en uno de los diarios de la ciudad, publicar el fallo fue una orden. Cabe recordar que Bertone es un enemigo declarado de Eduardo J. López en la interna de Newell’s. A propósito ¿Se acuerdan cuando Boasso era también de la oposición a López y andaba a los gritos? ¿Se habrá hecho de otro equipo?
Pero ¿qué fue lo que dijo Bertone aquella mañana del 3 de agosto de 2005 en su programa de televisión por cable Rosario Express?
Al parecer, al conductor se le soltó la chaveta por el recordado escándalo del Gimnasio Planet del Parque España. En plena campaña electoral –Boasso por aquel entonces se postulaba a intendente y era opositor–, surgió la presentación de un amparo contra el funcionamiento de aquel célebre gimnasio vidriado. Uno de los firmantes de la presentación era un supuesto vecino de la zona del parque España que después resultó ser un cuidacoches, integrante de la comunidad toba de Roullión al 4300, quien dijo ignorar por completo el hecho. Cabe recordar que las denuncias, además del escándalo del cuidacoches, eran por distintas irregularidades, entre ellas, la adjudicación del emprendimiento con una reducción del canon –por parte del municipio a la empresa–, del 7 por ciento al 7 por mil, según decía La Capital. “Sobre un terreno público se montó un espectacular negocio inmobiliario”, advertía el concejal Boasso a la par que señalaba que “es difícil pensar que atrás de esto no hubo un acto irregular”. Más contundente aún, el edil disparaba: “Mañana (por la apertura del local) reabre la caja de cristal de la corrupción”.
El sonado escandalete tuvo acusaciones cruzadas y en el medio, durante aquella mañana de agosto de 2005, Bertone –un férreo defensor del municipio comandado por Hermes Binner – apuntó todos los dardos contra el por entonces, y como ya se dijo, opositor, concejal Boasso.
Bertone, exaltado por lo que consideraba un ataque electoralista de la oposición contra Binner, puso bajo sospecha al edil. Recordó, casi fuera de sí, algunas de las graves denuncias que pesaban sobre el concejal a lo largo de su carrera política. Al final, como enloquecido, Bertone terminó a cámara: “Este tipo de gente con esos mecanismos yo no los quiero en política y voy a hacer los posible para que no estén…” Ahora, el periodista fue condenado por dos tramos de sus dichos en los que, según el juez, cruzó el límite de la libertad de opinión
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Aquí la reproducción de los dichos de Bertone que fueron estudiados sesudamente por los juristas y, más abajo, algunos detalles del fallo.
“…¿por qué uno dice lo que dice, por qué no nos gusta Boasso, por qué no nos gusta Miatello?, porque son una forma corrupta de hacer política…no digo que se hayan robado un peso –aunque lo sospecho pero no lo puedo decir– pero un tipo que falsifica firmas, como Boasso, para presentar un recurso de amparo para parar el gimnasio este y un juez que sin certificar la firma quiere clausurar algo que ya está funcionando no es un pavada, es una cosa que se puede hacer pero debe tener una justificación importante… si el tipo falsifica la firma ahí…ya falsificó la firma en el año 2001 cuando se presentó a elección, y tiene una investigación de la fiscalía, que será por política, pero la tiene, porque falsificó su declaración jurada para entrar a la universidad, con la carga horaria todo esto hizo Boasso…¿usted quiere que sea intendente?, yo no puedo entender cómo le gusta que esto sea intendente….no es un problema político o que no me gusta o que me gustan los socialistas; este tipo de gente con esos mecanismos yo no los quiero en política y voy a hacer los posible para que no estén…”.
El fallo
El dictamen tuvo que dividirse en cuatro puntos, dentro de los tramos discursivos vertidos por el conductor televisivo. Por dos parte de ellos, Bertone fue absuelto de culpa y cargo, y en otros dos, fue declarado “autor penalmente responsable del delito de injurias”.
Una de las afirmaciones “injuriantes”, según el fallo, es cuando hizo referencia a Boasso –aunque tambien acusaba a otro edil (Osvaldo Miatello) – porque dijo ambos tenían “una forma corrupta de hacer política”.
“…no digo que se hayan robado un peso, aunque lo sospecho, pero no lo puedo decir…”, añadió.
El dictamen judicial consideró: “Si sabe –a punto de que lo manifiesta– que no lo puede decir, el decirlo presupone una actitud dolosa; esto es con conocimiento y voluntad; es más, conocimiento y voluntad realizadora del tipo”.
El otro trozo injuriante, según la condena, fue cuando, Bertone calificó a Boasso de «esto», lo que para el fallo “lo coloca fuera del género humano”. La frase completa –el periodista interpelaba a cámara– era: “¿Usted quiere que (Boasso) sea intendente? Yo no puedo entender como le gusta que «esto» sea intendente”. El fallo agrega: “A tal punto lo ha deshonrado, que no ha reconocido en el recipendiario de la especie su humana condición, relegándolo a la categoría de una cosa”.
En otras consideraciones del fallo se habla de que existe “la posibilidad” de que Bertone haya caminado “en la cornisa de su derecho a informar”. Además de la suma indemnizatoria de más de 10 mil pesos, el fallo impone la reproducción del dictamen en el mismo medio en donde se vertieran “las especies injuriantes”.
