La Cámara de Diputados de la provincia aprobó por unanimidad un proyecto de los legisladores Marcelo Brignoni, José María Tessa, Gerardo Rico, Luis Rubeo y Oscar Urruty en adhesión a la campaña nacional que propugna que los billetes de cien pesos de circulación legal en nuestro país, lleven en su frente la imagen de la teniente coronela Juana Azurduy, en reemplazo de la imagen actual de Julio Roca.

El diputado Brignoni, autor de la iniciativa, aseguró que “es imprescindible recordar y rendir homenaje a la Teniente Coronela Juana Azurduy. Lamentablemente muchas corrientes historiográficas no le han asignado el lugar de relevancia que merece aquella mujer que con gran audacia y compromiso se puso al frente de una lucha tan desigual, como fue la guerra independentista de nuestro territorio americano”.

El legislador agregó que “felizmente la diputada nacional por Córdoba Cecilia Merchán, y miles de hombres y mujeres de nuestro país, han iniciado una campaña que conlleva un justo y merecido homenaje, propugnado la colocación de su imagen en algo de uso tan cotidiano y popular, como los billetes de circulación pública”.

Juan nació en Chuquisaca, un 12 de julio de 1780. Por entonces ese era un lugar central del Virreinato del Río de La Plata, sede de la Universidad de San Francisco Xavier, de la Audiencia y del Arzobispado.

Desde su compromiso por aprender el quechua y el aymará, se mostrará desde muy joven su vocación por la justicia, la libertad y la igualdad.

En 1816, abocada de lleno a la lucha por la liberación del yugo español, y junto a su compañero Manuel Padilla –al mando de 6.000 hombres– sitiarán por segunda vez la ciudad de Chuquisaca.

Los realistas lograron poner fin al cerco y, poco más tarde, Manuel Padilla encontraría la muerte. En un hecho inédito y enterado de esto, Manuel Belgrano le enviará una carta a Juana Azurduy de Padilla, nombrándola Teniente Coronela.

Desde entonces Juana Azurduy intentó reorganizar su tropa con escasos recursos. Acosada por los realistas, decide dirigirse a Salta a combatir junto a las tropas de Güemes, con quien permanece tres años hasta ser sorprendida por la muerte de éste, en 1821.

En 1825 participa de la lucha por la independencia de Bolivia y el mariscal Sucre, nombrado presidente, le otorga a Juana Azurduy una pensión, que le sería quitada luego por gobierno de José María Linares.

Juana Azurduy termina sus días olvidada y en la pobreza, paradójicamente el día de nuestra independencia, el 25 de mayo de 1862 cuando estaba por cumplir 82 años. Sólo 100 años después, sus restos fueron exhumados para ser guardados en un mausoleo que se construyó en su homenaje.

Fuente: prensa diputado Brignoni

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