Trabajadores de General Motors difundieron un video en el que varios de ellos discuten con gerentes de la empresa sobre la situación generada por los despidos que aún están bajo el paraguas de la conciliación obligatoria. El video fue grabado el lunes 10 de noviembre, cuando la planta reabrió sus puertas pero no permitió que todo el personal retomara sus tareas habituales. Un grupo de los no reincorporados fue reunido en un galpón de la planta de Alvear en el que los gerentes les bajaron línea. Pero los operarios no se quedaron callados y expusieron sus razones para reclamar que no los expulsen.
La discusión pasa ahora por el reclamo gremial de que las suspensiones que se aplicarían para evitar los despidos abarquen a todo el personal y no solamente a 150 obreros, como pretende la empresa.
Es que si no hay rotación, el esquema planteado por la patronal, que prevé suspensión con reducción progresiva de salarios desde ahora hasta diciembre de 2009, es prácticamente una condena al despido para los 150 afectados.
Pero estos trabajadores a los que la empresa quiere hacer cargar la salida al conflicto insisten en reclamar lo de la rotación. El sábado pasado estuvieron en el cruce de las peatonales volanteando y siguen atentamente todas las alternativas de la negociación bajo la órbita del Ministerio de Trabajo de la provincia. Según indicaron a este diario digital, se sienten respaldados por la comisión interna y tienen expectativas en que el sindicato se niegue a firmar algún acuerdo que no contemple lo que reclaman, que es volver a sus puestos de trabajo.
Esa esperanza tenían también el pasado lunes 10 de noviembre, cuando volvieron a la planta tras un parate general de un par de semanas. “Pero nos mandaron a un galpón y nos vinieron a querer explicar que nos tenemos que quedar afuera”, relató un operario. “La empresa está incumpliendo las leyes y el convenio con el gremio para evitar que haya despidos, pero ellos se ríen en la cara de todo el mundo”, añadió.
El convenio entre Smata y General Motos al que se refirió el trabajador crea un sistema de reducción de jornadas laborales con escasa afectación de los salarios llamado banco de horas y pensado para situaciones en las que, como ahora, se registren mermas en la producción.
La idea es que la empresa pueda afrontar eventuales caídas en las ventas frenando el ritmo de producción sin tener que prescindir de ningún trabajador.
Este convenio, o una versión del mismo adaptada a la actual situación, es lo que el gremio y los trabajadores reclaman para cerrar el conflicto. Pero la patronal parece dispuesta a insistir contra los 150 obreros a los que no permite retomar sus tareas: este lunes hubo una nueva señal de apriete contra ese grupo desde el llamado Ocho Hojas, una suerte de boletín interno para comunicar novedades al personal de la planta de Alvear en el que se dice a los obreros que sí están produciendo que la falta de solución a lo de los 150 podría “afectar la estabilidad del resto”.
“Nos quieren enfrentar con nuestros propios compañeros, pero no lo van a lograr”, dicen desde los 150.
Lo de aplicar el convenio fue reclamado por los trabajadores también ese lunes que discutieron con los gerentes, según se puede escuchar claramente –la imagen, tomada con un celular, no es tan nítida– en el video que se comenzó a difundir y al que aquí se puede acceder.
