A menos de 24 horas de iniciado el paro de Smata por tiempo indeterminado en la planta que la empresa trasnacional General Motors posee en la localidad de Alvear, el Ministerio de Trabajo de la Nación resolvió dictar la conciliación obligatoria por un período de 15 días. Tanto los empleados y su organización sindical como la firma de origen estadounidense acataron la medida dispuesta por la autoridad laboral. Este martes terminaba una medida similar establecida por la cartera laboral santafesina, que a pesar de sus esfuerzos no había conseguido sellar un acuerdo entre los representantes del capital y del trabajo. Ahora será la Nación la que encare la difícil tarea de unir lo que la desconfianza rompió.

Según informó la cartera laboral nacional a la agencia Télam, “se ha dictado la conciliación laboral obligatoria por el término de 15 días, abriéndose así una nueva instancia de negociación en el Ministerio de Trabajo de la Nación entre el Smata y la empresa General Motors”.

De esa manera se consiguió un nuevo período de paz social en la planta de Alvear, que había sido parada por los trabajadores a media tarde del lunes, como consecuencia de los despidos de contratados que la empresa siguió produciendo durante la conciliación obligatoria establecida por el Ministerio de Trabajo santafesino.

Ahora las partes se sentarán nuevamente a buscar un acuerdo, pero tendrá como paraguas la cartera laboral nacional, que conduce el ministro Carlos Tomada.

Para el gobierno nacional el conflicto en GM es un caso testigo, puesto que es el único de las automotrices que todavía no encontró un camino de acuerdo entre la patronal y los trabajadores.

Iniciado hace más de un mes por la decisión de la firma automotriz estadounidense de desprenderse de 435 trabajadores, el conflicto entre Smata y General Motors Argentina no encontró un punto de equilibrio en todo este tiempo.

Desde la cartera laboral santafesina, la subsecretaria de Trabajo Decente, Alicia Ciciliani, celebró la determinación de la Nación. “Lo importante es que no se rompió la negociación, una cuestión que nos preocupaba porque habíamos avanzado muchísimo”, dijo la funcionaria a Radios Dos. A la vez, confío en que ahora la discusión pueda encaminarse porque, sostuvo, "la Nación tiene otros instrumentos" para resolver el conflicto.

El avance al que hace referencia Ciciliani tiene que ver con un preacuerdo alcanzado entre las partes que consistía en la suspensión de unos 150 trabajadores hasta que la planta de GM comenzara a producir un nuevo modelo de automóvil, a fines de 2009. mientras tanto, los suspendidos cobrarían sus sueldos.

Pero la firma apuntó esa medida sobre la cabeza de 150 operarios en forma particularizada. Y Smata pidió que las suspensiones fueran rotativas entre todo el personal, unos dos empleados.

Según explicó este martes el vocero de la empresa, Bernardo García, GM no acepta la rotación porque los 150 que quiere suspender eran los encargados de fabricar la Suzuki Vitara, que ahora se dejó de producir. Y, por lo tanto, estaban capacitados para esa tarea y corrían riesgo de accidente laboral.

En Smata, en cambio, creen que la fábrica quiere desprenderse de esos 150 contratados para que ya no vuelvan a vestir el overol azul.
 

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